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- El equipo de El Diario conversó con dos especialistas sobre los consejos que puedan ayudar a los jóvenes a llevar la situación de una forma más sana, entendiendo que hay otras opciones para alcanzar las metas propuestas
Al finalizar el bachillerato, los jóvenes que desean continuar con sus estudios de pregrado comienza con la búsqueda de la mejor opción universitaria que se acople a su capacidad económica. Debido a que para algunos entrar a una universidad privada no es posible por los costos de las carreras en esas instituciones, su opción es tratar de ser admitidos en las universidades públicas del país.
Aunque existen varios métodos para ingresar a instituciones universitarias públicas (Sistema Nacional de Ingreso y las pruebas internas), estas casas de estudio no se dan abasto para cubrir toda la demanda estudiantil, dejando como resultado a muchos jóvenes aspirantes sin el cupo. En algunos estudiantes esta situación podría generarles preocupación y desmotivación en los estudios.
“El no empezar una carrera universitaria si bien es un problema que puede generar ansiedad, estrés, depresión en algunos casos y desmotivación, también es una oportunidad para experimentar y explorar actividades”, precisó Zena Sleiman, psicóloga clínica y directora de Psiconfío (@psiconfioo).
En entrevista para El Diario, la especialista detalló que los jóvenes podrían explorar hobbies y otros oficios que pueden no ser carreras que tradicionalmente se cursan en universidades, pero sí son profesiones que de igual forma requieren de formación y experiencia.
Mantener la salud mental en medio de las adversidades
Zena Sleiman sostuvo que se debe reconocer que el país está en un contexto adverso para los jóvenes, por lo que es recomendable que los adultos (padres y representantes) no minimicen o subestimen el estrés o la ansiedad que la situación puede generarles a los adolescentes.
Khinverly Marrero, psicóloga clínica, coincide en que debido a la crisis política, social y económica que atraviesa el país es una realidad que para muchos jóvenes sea complicado ingresar a una universidad pública, debido a que existe una mayor demanda de estudiantes que la que pueden cubrir.
“Es importante entender que es un proceso de duelo que atraviesa el joven. Es muy probable que la persona atraviese por emociones como la rabia, la tristeza y la frustración que genera el no poder acceder a esa meta que se quería cumplir”, indicó en entrevista para El Diario.
En este sentido, recomienda la búsqueda de apoyo y el reconocimiento de que esas emociones están allí. Además, comenta que se pueden buscar otras opciones dentro de los estudios, quizás no desde el punto académicamente formal, pero sí en áreas que se desean fortalecer o puedan ser de utilidad para la carrera que están anhelando cursar.
“Una recomendación para no perder la motivación en los estudios es entender que la situación no siempre sale como se espera y permitir que las emociones fluyan. También es necesario reconocer que los resultados no dependen netamente del estudiante, sino de una serie de variables que la persona no puede controlar, por lo que es importante ver el esfuerzo que se puso en intentar lograr la meta”, enfatizó Marrero.
La especialista aseveró que en ocasiones los jóvenes se enfocan únicamente en estar constantemente logrando algo desde el punto de vista académico con el pensamiento de que la persona se define solo por esos logros. Por ello, considera importante que la persona se pueda reconocer por su valor propio.
Un oportunidad para explorar intereses
La psicóloga Khinverly Marrero señaló que los estudiantes pueden explorar alternativas respecto a las carreras universitarias que desean estudiar para tener varias opciones disponibles en diferentes universidades. “No se debe centrar en una sola carrera o universidad porque de alguna forma se limita el acceso a la educación universitaria”, destacó.
Por su parte, Zena Sleiman resaltó que es importante entender que el abanico de oportunidades es mucho más grande que solo las carreras universitarias de 4 o 5 años en universidades específicas. El Internet, por ejemplo, también puede permitir hacer un estudio gratuito a distancia.
A su juicio, el tiempo que le puede tomar a un adolescente volver a intentar ingresar en una universidad puede ser tomado para explorar sus intereses, así como reconocer y ganar otras habilidades (artísticas o deportivas). También puede ser una forma de aprender idiomas u oficios, ya que existen muchas opciones a las que se pueden dedicar.
Actualmente, las universidades también ofrecen cursos y propedéuticos, al igual que está la opción de los oficios que se están estudiando y profesionalizando cada vez más. “Ampliar el abanico de oportunidades va a requerir también del interés de la persona en explorar e investigar”, señaló.
La importancia de la elección vocacional
Zena Sleiman resaltó que la elección vocacional es una decisión importante que no debe tomarse a la ligera o de forma prematura o apresurada. “En muchas ocasiones existe esta presión, a veces de los padres o de la sociedad, de que apenas se gradúan de bachiller a los 16, 17 o 18 años de edad deben comenzar la universidad para que salgan de eso lo antes posible”, agregó.
En este sentido, contó que en ocasiones los jóvenes que se apresuran a estudiar las carreras que eligen los padres, terminan con mayores dificultades a lo largo de sus estudios.
“Es importante considerar que si bien la formación académica universitaria es importante, no es la única vía, a pesar de que en Venezuela aún le damos mucho peso a ese tipo de formación. Creo que es bueno que los chicos puedan tomarse ese tiempo para descansar, ganar experiencia en algún oficio que les guste e incluso para poder explorar qué es lo que les gusta y es de su interés”, explicó.
De esa forma, considera que pueden elegir una carrera un poco más orientados o empezar los estudios con más experiencias o habilidades.
El apoyo de los padres
La psicóloga Khibverly Marrero precisó que los padres tienen un rol significativo en todo el proceso porque de alguna forma los estudiantes tienen el temor de decepcionarlos por no cumplir sus expectativas.
“Hay que reforzar que más allá que si se logra o no entrar a la universidad, se debe entender que la persona está poniendo todo sus recursos en práctica y que el resultado final no depende de ellos”, detalló. Además, indicó que los padres deben transmitirles a sus hijos que la situación es temporal y que se pueden buscar otras formas de redirigir esa energía hacia lo que desea.
Zena Sleiman considera que es importante que los padres sean una fuente de apoyo, en lugar de ser una fuente de presión para sus hijos. “Deben acompañarlos y orientarlos en ese proceso de búsqueda y reconocimiento de sus intereses, en lugar de exigirles una carrera universitaria y elegir por ellos la profesión”, enfatizó.
