• En entrevista para El Diario, la candidata de Encuentro Ciudadano habló sobre los principios que rigen su pensamiento político y cómo influirían en su potencial gobierno

Las primarias opositoras del 22 de octubre serán la oportunidad para que quienes se identifiquen con la oposición elijan no solo a su candidato para las elecciones presidenciales de 2024, sino también el rumbo que quieren ver en esa dirigencia. Si bien los 13 aspirantes tienen como objetivo común derrotar a Nicolás Maduro en las urnas y promover una redemocratización de Venezuela, cada uno cuenta con sus propias propuestas, ideas y principios que serán determinantes durante la próxima campaña.

De allí la importancia de conocer cuáles son las posturas que definen a cada uno de los candidatos dentro del espectro ideológico, y cómo esto podría influir en su toma de decisiones en el futuro. Como parte del seriado Lo que propone tu candidato, El Diario busca presentar a cada de ellos en sus ideas políticas más básicas, para que el votante sepa quiénes se ajustan mejor a sus propios principios para lograr esa identificación política.

En entrevista para El Diario, la candidata del partido Encuentro Ciudadano, Delsa Solórzano, compartió sus posiciones acerca de diferentes temas de interés público. Durante el debate Hablan los candidatos, la parlamentaria y defensora de los Derechos Humanos se definió a sí misma como  de “centro derecha” en el espectro ideológico, mientras su organización en diversas ocasiones se ha identificado con el socioliberalismo. 

Estas son las ideas que perfilan su candidatura a las primarias:   

¿Quién es Delsa Solórzano?

Nació en El Hatillo, estado Miranda, el 18 de noviembre de 1971. Es abogada egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV), especializada en Derecho Penal, Criminología y Seguridad Ciudadana. Como activista se dedicó especialmente en la defensa de presos políticos.

En 2010 fue electa diputada por Venezuela en el Parlamento Latinoamericano y también es diputada de la Asamblea Nacional electa en 2015. Allí presidió la comisión de Política Interior y la comisión especial de Justicia y Paz.

A pesar de considerarse de centroderecha, inició su carrera política a finales de los años noventa en el partido de centroizquierda Solidaridad, parte del Polo Democrático. Posteriormente militó en Primero Justicia, aunque en 2007 fue parte de una escisión que se unió al recién constituido Un Nuevo Tiempo (UNT). Allí estuvo por más de una década, llegando a ser su vicepresidenta nacional. En 2018 fundó su propio partido, Encuentro Ciudadano (EC).

Tamaño del Estado

—De ser presidenta, ¿promovería usted una reducción del Estado? 

—Siempre que ello no implique reducción de la inversión en materia social. Evidentemente el tema de los ministerios es un problema, porque hay ministerios que no se necesitan. Hay tantos ministerios y viceministerios que yo creo que el propio Maduro no tiene ni idea de cuántos hay. Hay que recordar un episodio, donde una persona dijo en un programa que era viceministro, y Hugo Chávez no sabía que ese viceministerio existía. 

Hay viceministerios y ministerios que son absolutamente ineficientes. Ello no implica que de repente no exista la necesidad de unos distintos a los que están, sin aumento del gasto público, sino la recomposición de la estructura del Estado, que creo que es necesaria. Por ejemplo, yo creo que el Estado tiene que tener mayor fortaleza en lo que tiene que ver con la promoción de la inversión privada, con la generación de garantías jurídicas. Creo que en materia de atención al adulto mayor tiene que fortalecerse.

—¿Cuántos ministerios cree usted que debería tener el Poder Ejecutivo y con cuáles se quedaría? 

—Eso es como todo lo que tiene que ver con la materia económica, que a veces escuchas a gente diciendo cuánto va a ser el sueldo mínimo. Eso a mí me parece irresponsable, porque lo primero que hay que hacer es saber qué hay. No hay información de cuáles son, dónde están, cuál es el presupuesto. Hace mucho tiempo que no se conoce el presupuesto de la nación y si hablamos de cuentas, hace mucho tiempo que aquí ni siquiera se sabe realmente de cuánto es el Producto Interno Bruto de Venezuela. Entonces lo primero que hay que tener es un diagnóstico claro de qué hay, de dónde estamos parados y con base en ello avanzar. Lo contrario a mí me parece demagogia. 

—¿Hasta qué punto cree que el Estado debería intervenir en la economía?¿Cree que se podría volver a ese modelo de Estado empresario que había en la democracia? 

—Yo creo que ese modelo nunca ha existido. Es decir, si alguna cosa no ha ocurrido en Venezuela hasta ahora, es un concepto de Estado y no de gobierno. Y cada gobierno que pasa recompone la Administración pública conforme a su criterio. Yo creo que el Estado no debe ser empresario. Los empresarios están conformados en la empresa privada y la función del Estado es generar garantías y seguridad jurídica para la empresa privada. 

El Estado no puede ser vendedor de papa, no puede ser productor agropecuario, no puede ser hotelero o banquero. Nosotros que creemos en la economía social de mercado, ello implica garantías para los trabajadores, así como garantías y seguridad jurídica para el inversionista. Y eso también tiene que ver con el hecho de garantizar desde el derecho a la propiedad privada hasta los derechos laborales. 

—¿Cree que el Estado debería recaudar más o menos impuestos? 

—Menos impuestos. En la medida en que se recaudan más impuestos, el Estado lo que está haciendo es metiéndole la mano en el bolsillo a la gente para tratar de tapar con pañitos de agua tibia su corrupción y su ineficiencia. 

—¿Buscaría usted solicitar préstamos ante instancias como el Fondo Monetario Internacional (FMI)? 

—Más allá de un tema de solicitar préstamos, Venezuela está bien endeudada. No hay claridad de la deuda, desde los bonos 2020 para acá, generados por el gobierno de Hugo Chávez y todo lo que tiene que ver con la deuda que gira en torno a las empresas del Estado o con la enorme cantidad de acreedores que quieren ponerle mano a las mismas para cobrarse lo que se les debe. 

Hay muchos mecanismos para generar o para procurar ingresos a costo cero para el país. Hay multilaterales a las que podemos acudir a través del financiamiento de proyectos importantes. Nosotros tenemos varios proyectos ya hechos y revisados por los mejores expertos, gente que viene del Banco Interamericano de Desarrollo, del Banco Mundial, de la CAF, y que van a permitir no solamente la reactivación económica, sino que además que la gente pueda tener acceso a mejores ingresos.

—¿Qué posición tiene acerca de la reelección indefinida? 

—La reelección indefinida es una violación a los principios y a los valores de la democracia. Uno de los principios de la democracia es justamente la alternancia. De hecho, en el acuerdo de gobernabilidad que firmamos los candidatos, hay varias cosas que están allí. Nosotros propusimos el tema de derechos humanos dentro del acuerdo, lo que tiene que ver con la transición, que no estaba en el documento original, y que nos comprometemos a que no haya reelección indefinida.

Privatización vs. estatismo

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Foto: Jose Daniel Ramos @danielj2511

—¿Estaría usted de acuerdo con que empresas del Estado sean privatizadas y haya una mayor participación de capital privado en la industria? 

—Sí, pero no estoy de acuerdo con la privatización de PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A). De verdad que es una barbaridad. Cuando vas a vender tu casa, si tiene una filtración, tú arreglas la filtración, frisas la pared y la pintas. Si la vas a vender con la filtración, te van a dar menos dinero. Es un criterio básico. Hoy PDVSA está convertida en chatarra. Hoy si vas a vender algo, además que es inconstitucional, y en el periodo inicial de transición no pareciera lógico que lo primero que tú hagas es modificar la Constitución y mucho más aún para vender PDVSA. Irás a vender el subsuelo porque no hay más nada que vender. 

Creo que hay que promover inversión privada en PDVSA. Nuestros técnicos dicen que se necesita una inversión fija de 25 mil millones de dólares durante 8 años, para volver a la PDVSA que fue en 1999. ¿De dónde vas a generar tú esa inversión? Pero una inversión como esa implica que Venezuela va a tener importantísimos ingresos, que en nuestro caso creemos que deben ser para aquello que algunos llamaban, emulando a Uslar, sembrar el petróleo. 

—¿Y en el caso de empresas que son igual de importantes como por ejemplo la CVG, CANTV o Corpoelec? 

—Es distinto. Cuando tú hablas de las empresas que tienen que ver con commodities, hay que entrar en un proceso de revisión absoluta de esas empresas del Estado. Por ejemplo, creo que todo el mundo coincide en que la CANTV cuando era privada funcionaba. O la energía eléctrica cuando estaba en manos de los privados funcionaba. 

Entonces, si bien todas las empresas del Estado son distintas, no tiene por qué tener hoteles o bancos. Esa no es su función. Hay que distinguir completamente, repito, lo que son empresas del Estado que tienen que ver con los commodities y lo que son empresas del Estado que tienen que ver con otros rubros de la economía. 

—¿Y cree que sería sano para la industria petrolera abrir ese mercado a empresas extranjeras y promover una competencia con PDVSA? 

—Creo que hay que abrir el Estado a la inversión, a la puerta extranjera, dentro de PDVSA. Porque lo contrario sería tener empresas paralelas a PDVSA y eso implicaría una semiprivatización de la industria. Es que yo te doy una concesión de un pozo como en Texas, por ejemplo, y entonces tú pasas a competir.

Creo que hay que invertir en PDVSA y después veremos. Es decir, no hay una verdad absoluta en cuanto a cómo se va a manejar PDVSA en vuelta de 10 años. 

—¿Cree que el Estado debería eliminar el subsidio a la gasolina y sincerarse con su precio?

—La gasolina más cara del mundo es la gasolina que se paga en Venezuela. Cuando tú tienes que pasar horas de tu vida haciendo cola para la gasolina, cuando tú tienes que amanecer en la carretera, la pagas demasiado cara. Hay un subsidio que es absolutamente simbólico e inexistente y los venezolanos lo que necesitamos es que haya gasolina, porque en efecto la estamos pagando demasiado cara. 

Aquí vas a estados fronterizos como Táchira y la gasolina la consigues en 2 dólares por litro. Entonces, ¿cuál subsidio? Y los venezolanos tienen que recurrir a eso porque si no, no tienen acceso a la gasolina. Hay que poner un precio a la gasolina que sea adecuado y obviamente que sea accesible, porque además el problema es que nosotros no ganamos suficiente dinero para pagar la gasolina. 

—¿Cree que podría ser peligroso si se da un giro tan brusco hacia el libre mercado con un aparato productivo tan deprimido? 

—El problema en Venezuela es que no hay aparato productivo y todo tiene que arrancar básicamente de cero. Por ello es necesaria la transición. Establecer los mecanismos de la transición para que progresivamente, luego de un diagnóstico adecuado, Venezuela pase a tener las bases sólidas para la construcción de un país.

No es cierto que tú ganas la presidencia hoy y mañana ya hay plenas libertades, se resolvió el problema económico y va a llover la comida. Eso no es así. Todo eso hay que construirlo y generarlo y hay que tener los planes hechos desde ya, los acuerdos con las multilaterales y claridad desde ya de cuáles son las leyes que hay que promover.

—¿Y dentro de esa transición sería bueno entonces tomar medidas de protección y priorización de los productores nacionales? 

—Obviamente. Dentro de nuestro Plan Raíz + Oportunidad, en el que se basa todo el programa de gobierno, nosotros pretendemos generar oportunidades en Venezuela. Si tú logras, por ejemplo, abrir a la inversión extranjera, la industria petrolera y les dices a los inversionista que el 80-90 % de los empleados tiene que ser venezolano, tú vas a abrir el campo laboral tanto de manera directa como indirecta a miles de venezolanos que quieran volver a trabajar en nuestro país. 

Asistencia social

—¿Cree que sería viable una privatización total o parcial del sistema de salud público? 

—¡No! La salud y la educación son las riquezas que se tienen que distribuir gratuita y equitativamente a toda la población. Obviamente, el que pueda tener acceso a la salud privada hay que consolidarla y hay que promoverla. Hay que darle garantías a las clínicas privadas para que existan y para que sigan trayendo equipos y se sigan desarrollando. 

Pero la salud tiene que ser gratuita como principio general, y los hospitales tienen que estar llenos de insumos. Nuestros médicos y nuestras enfermeras y el personal de la salud que trabaja allí tiene que tener extraordinarios salarios y tienes que promover un Estado que traiga también equipos extraordinarios para la salud pública. Yo creo en una salud pública gratuita y de calidad, de altísima calidad, igual que la materia educativa.

—¿Qué modelo aplicaría para mejorar el sistema de pensiones y recuperar el poder adquisitivo de los jubilados y pensionados? 

—El sistema de pensiones nunca ha sido el adecuado. Hay leyes marco para América Latina, yo soy corredactora de una de ellas. Cuando fui diputada del Parlamento Latinoamericano redactamos una ley marco al Sistema Nacional de Cuidados, con base en una ley que estaba vigente en Uruguay. 

Hay quienes proponen, incluso dentro del partido, la creación de un ministerio para el Adulto Mayor (al igual que el candidato Carlos Prosperi). Yo no estoy segura de la necesidad de la creación de otro ente burocrático para ello. De lo que sí estoy segura es de la necesidad de fortalecer los organismos que se encargan de garantizar seguridad social para el adulto mayor. Y ello pasa también por todo un sistema de cotizaciones. Ahora, hoy en día estamos en cero. 

Elecciones primarias en Venezuela: las propuestas de Delsa Solórzano

También generar mecanismos a través del Estado para que ellos puedan tener una segunda oportunidad laboral y educativa. Que ellos puedan dedicarse a la formación y a ser útiles todavía. Porque además, a ver, la expectativa de vida hoy no es la expectativa de vida de hace 40 años. 

—¿Seguiría su gobierno con programas de asistencia social como las misiones?

—Eso no funciona. Mi gobierno va a establecer sistemas de seguridad y de garantía social, pero que tú le digas a una madre hoy que mientras más hijos tiene mejor, porque le vas a dar más bonos, la verdad es que ese bono no llega. ¿Cuánta gente realmente tiene acceso a la Misión Milagro? Aquí hay que generar salud pública de calidad.

Venezuela hoy ha entendido que quiere que producto de su trabajo pueda ganar lo que se merece para comprar lo que quiera. Nosotros estamos hartos de esta especie de reducción a la esclavitud en la que vivimos, de tener que depender de que te llegue un clap que además, viene con gorgojos o gusanitos. Los venezolanos tienen derecho a un trabajo digno, a un salario digno y a poder acceder a los bienes y servicios que quieran comprar. Eso es lo que Venezuela se merece. 

—¿Entonces cuál es su posición con respecto al sistema patria? 

—Es que eso no sirve. Eso no significa que vaya a salir el cavernícola y decir que se va a eliminar el CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción). Yo no estoy diciendo eso. Yo estoy diciendo que el sistema patria no sirve. Que además es excluyente y que la patria no se lleva un carnet. 

Es absurdo que además pretendan partidizar un sistema de apoyo social. Que además es un apoyo social que se requiere porque Venezuela está en una crisis humanitaria compleja. Eso se resuelve con un sistema partidizado al que te someten a un absoluto control social. Se resuelve eliminando la crisis de manera progresiva, con apoyo de multilaterales y generando de nuevo inversión privada que pueda traer dinero para Venezuela. 

—¿Cree que debería ser responsabilidad del sistema de salud público el brindar de forma gratuita atención en materia de salud mental, salud sexual y anticoncepción y dotación de medicamentos? 

—Absolutamente. Eso es responsabilidad del Estado. En Francia todo el sistema de métodos anticonceptivos es gratuito. En Venezuela no hay ni educación sexual. A veces las alcaldías y gobernaciones colocan implantes anticonceptivos, luego de un proceso larguísimo en el que las mujeres tienen que anotarse en lista y hacer una cola y paralelamente tienes un Estado que te ha dicho, ten más hijos, que te doy bono. 

Entonces tiene que haber una garantía del Estado en educación, en formación para el tema reproductivo y en todo lo que tiene que ver con la salud integral de los venezolanos, que pasa también por un tema de salud mental. Cuando tú ves que en Venezuela aumentan los índices de suicidio de manera permanente, eso es un punto de alarma. Por cierto, una cosa que es característica de los regímenes totalitarios, ocurrió en la Alemania oriental. 

Es un problema de salud pública que nadie atiende. Así como, por ejemplo, que aquí no haya las medicinas, los retrovirales, para atender el VIH es grave. Que en Venezuela las niñas no tengan ningún tipo de acceso a mecanismos anticonceptivos. Más allá del tema religioso, hay que tener acceso a ello, porque de lo contrario lo que está generando son niñas pobres, que son madres de otros niños pobres. 

—¿Y en eso también, entonces, se debe incluir el acceso a productos de higiene menstrual? 

—Pero claro. Es doloroso ver cómo hay gente que toma tan a la ligera la pobreza menstrual. Un paquete de toallas sanitarias o de tampones, dependiendo de la marca que uses, puede costar entre uno y 6 o 7 dólares. El salario mínimo en Venezuela es de 4 dólares. A nadie le importa la pobreza menstrual. A mí me importa. Me importa. Porque es un asunto de alarma grave. 

¿Tú sabes cuál es la consecuencia de eso? Que la niña de los sectores populares que va a la escuela, igual que el niño, solamente dos veces a la semana, hay una semana al mes en la que no puede ir, porque no puede tener acceso a los productos de higiene y porque además no hay agua en la escuela. Pero la maestra tiene el mismo problema y nadie piensa en eso. Entonces no estamos generando una sociedad de iguales. No es verdad que la niña tenga el mismo acceso a la educación. 

Seguridad

—¿Cree que los planes que ha implementado el régimen de Maduro, como las OLP, han contribuido a reducir los índices de inseguridad? ¿Y qué medidas tomaría usted en esta materia? 

—Hasta el año 2019, más o menos, se decía que el régimen había producido cerca de 20 planes de seguridad. Cuando tú los revisas, ninguno era un plan de seguridad. Un plan de seguridad ciudadana es el que va desde la prevención del delito, en todas las etapas, hasta la reinserción adecuada del delincuente en la sociedad. 

Hay informes tanto de la ONU como de la CIDH que destacan que es alarmante la falta de estabilidad que hay en el sistema judicial en Venezuela. Y ello tiene gran vinculación con el tema de la persecución política. Y luego, si te vas a los cuerpos de seguridad, ellos están allí básicamente para perseguir a la disidencia y no para perseguir a la delincuencia. 

—¿Qué acciones tomaría usted para reformar el sistema judicial y penitenciario de Venezuela? 

—Los jueces y fiscales deben acceder a sus cargos luego de cumplir con los procesos de ley. Que sean jueces y fiscales de concurso. Hoy en Venezuela, los jueces y fiscales no son de concurso, no son de carrera, entran al Poder Judicial simplemente por una palanca política y no tienen estabilidad. 

Otra cosa es que los calabozos policiales no son recintos penitenciarios. No deberías tener presos por más de 48 horas u 8 días, según lo que dice la ley que hicimos, en un calabozo policial. Tendrían que estar en una cárcel. Y reformar el sistema penitenciario en Venezuela no es difícil. Lo hicimos en República Dominicana cuando yo era presidenta de la Comisión de Régimen Penitenciario del Parlamento Latinoamericano. Nosotros logramos transformar, con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, 16 de las 37 cárceles. Entonces, lo que se necesita es voluntad política para ello. Los planes de seguridad ciudadana, repito, tienen que ser integrales.

—¿Pero cree que el modelo que se debería aplicar a nivel penitenciario debería ser uno más punitivo, o uno más enfocado en la reeducación?

—El sistema penitenciario no está cumpliendo con su función. La función del sistema penitenciario es doble. Es, por un lado, obviamente el castigo. Pero castigar solamente no es suficiente porque entonces, si esa persona sale de allí solamente con un castigo y no hay un plan para reinsertarlo adecuadamente a la sociedad, la consecuencia es que sale a delinquir y si entró por robarse un lápiz, va a salir de ahí como homicida. 

—Cree también que el Estado debería invertir más precisamente en esos programas de formación y empleo para exconvictos.

—En economía hay dos círculos, el círculo vicioso de la pobreza, que fue el que nos trajo hasta aquí, y el círculo virtuoso de la riqueza, que es cuando lo logras revertir. En materia de seguridad ciudadana es lo mismo. Las cárceles tienen que estar diseñadas de manera adecuada para lograr la reinserción social. Cuando nosotros logramos establecer los mecanismos en el Parlatino para comenzar la reforma al sistema penitenciario, hubo un momento muy satisfactorio para mí. Una vez llegué a una de las cárceles en República Dominicana y me encontré allí a un chamo del 23 de Enero. Se paró y me dijo que República Dominicana le había dado las oportunidades que Venezuela no le dio. 

Ese joven estaba preso por unos dediles de cocaína. Y estaba allí, a punto de graduarse de técnico superior en Turismo, aprendiendo italiano, y con un programa del Estado, iba a salir a atender a los turistas italianos que llegaban a República Dominicana. A ese joven, el sistema le dio una nueva oportunidad y lo sacó de la delincuencia. Nosotros tenemos que hacer lo mismo, si queremos tener un país verdaderamente productivo donde no haya inseguridad. 

—¿Estaría usted de acuerdo con la implementación de la cadena perpetua? 

—No. Nosotros tenemos un proyecto de reforma del Código Penal que vamos a presentar en el marco del programa de gobierno, pero que está fundamentado en el tema de la suma de las penas por cada delito. Porque lo que ocurre hoy con el sistema penal venezolano es que la pena máxima es de 30 años, no importa qué delito cometas. Si cometes un delito, no se te suman. Entonces hay un proyecto de reforma que tenemos del Código Penal que establece una modificación del sistema de penas que no necesariamente se llama cadena perpetua, porque cadena perpetua es cuando yo te condeno a que tú estés toda la vida preso por un delito. En cambio, puedes estar toda la vida preso, pero con un sistema de sumatoria de penas. 

—El país tiene también una gran presencia de megabandas como el Tren de Aragua, carteles de narcotráfico, grupos guerrilleros que controlan territorios enteros del país. ¿Cree que va a ser necesario el combate armado contra estos grupos? 

—El principal cartel de la droga en Venezuela es el cartel de los soles. Entonces, el problema está en el Estado. Si tú tienes un Estado narcotraficante, que te dice que la Guardia Nacional o los militares tienen que dedicarse a un emprendimiento, y el emprendimiento es ver cómo te matraquean en las alcabalas, caramba, entonces el problema está en el Estado. Yo creo que una vez que nosotros recuperemos el Estado, automáticamente, con los planes adecuados, va a disminuir la delincuencia y van a desaparecer muchas de estas megabandas criminales, de narcotráfico, y de contrabando. 

Medioambiente y sostenibilidad

—¿Cree que más allá de las razones económicas Venezuela debería buscar alternativas a la producción de petróleo para contribuir con el medioambiente? 

—Sí, pero la verdad es que todavía quedan muchos años por delante, en los cuales vamos a seguir dependiendo del petróleo y de la economía que en torno a ello se genera. El tema es que nosotros no estamos preparados para la sustitución del petróleo como fuente principal de energía. Tendríamos que estar preparándonos para ello, y tristemente no lo estamos haciendo, entre otras cosas porque el régimen acabó con la industria petrolera.

Aquí no hay ningún tipo de cuidado del medioambiente. Ninguno. La contaminación ambiental y todo lo que tiene que ver con el cumplimiento de los objetivos de desarrollo del milenio en este sentido, aquí no se cumple nada de eso, y no se cumple porque el Estado es el principal violador de cualquier regla, de cualquier norma, de lo que ocurre en las minas en el Estado Bolívar. Es una cosa aberrante. 

—¿Precisamente qué medidas tomaría para frenar el ecocidio que se está cometiendo en el arco minero? 

—El problema allí es la falta de Estado. Pero no solamente es el Arco Minero. Uno de los bosques artificiales más grandes del mundo, está en Venezuela. Uverito, entre Monagas y Bolívar. Ahora tiene otro nombre, Mavetur. Y tú piensas, ¡ah, turismo! No, Maderas de Venezuela y Turquía. Entonces, talan los árboles y se los llevan para Turquía, es una barbaridad. Todo ese ecocidio está promovido por el régimen. Y la solución es el cambio de gobierno.

—¿Y cuál es su opinión acerca del cambio climático? 

—Es una realidad. De nuevo, tiene que haber no solamente para Venezuela, criterios de Estado y no de gobierno. Tú ves cómo hay cambios de política en materia de cambio climático dependiendo de los gobernantes que haya en cada país. Eso lo ves desde Estados Unidos hasta Canadá. Pero estos países donde hay democracia se pueden dar el lujo de discutir y de debatir esos temas. En Venezuela, eso ni siquiera es un tema. 

Y es lamentable. ¿Pero cómo va a ser un tema si nosotros estamos en la base de la pirámide de Maslow? El nuevo gobernante tiene que ocuparse de ese tema, pero no es un tema que le pueda ocupar su atención a la mayoría de los venezolanos que se están muriendo de hambre.

—¿Y contempla usted planes de reforestación de ciudades y de bosques? 

—Sí, pero repito, todo ello pasa por un plan integral. No pensar en pañitos de agua caliente. En el estado de Yaracuy hay trinitarias sembradas y eso hay que reforestarlo, pero eso es una competencia del gobernador, no del presidente. Creo que tiene que ocuparse el presidente de temas como el bosque de Uverito, pero de forma integral. 

—¿Eso incluiría, por ejemplo, la creación de más parques nacionales y reservas naturales? 

—Es que más que creación, los parques naturales y las reservas no se crean, están allí. El tema es que nadie se ocupa de cuidarlos. El Parque Nacional Los Roques lo tienen secuestrado los enchufados. Por ejemplo, hacen cosas como lo que pasó con los tepuyes. Entonces el tema es la utilización que le están dando los enchufados, que son parques nacionales pero privatizados, porque están en sus manos. 

—¿Qué acciones tomaría para que Venezuela pueda transitar hacia el uso de energías limpias y renovables? 

—Falta mucho para eso, la verdad. De mí no vas a encontrar respuestas demagógicas. Hay que avanzar en eso, pero hoy no estamos listos. Falta mucho camino por andar para ese tema. Hoy no hay luz. ¿Cómo hace un país donde no hay luz? Entonces es complicado. 

Reivindicaciones sociales

—¿Está usted a favor del aborto?

—En Venezuela no hay ningún mecanismo de acceso a educación sexual ni a educación en materia de derechos anticonceptivos. Entonces, cuando tú estás en la base de la pirámide de Maslow hay asuntos que tienes que atender previamente antes de entrar en materias tan complejas como esto. Es como pretender que mañana los venezolanos vamos a estar construyendo un cohete para llegar a la Luna, cuando aquí la verdad es que no hay gas, ni luz, ni agua. 

—¿Y en su posición personal? 

—Hay cosas que hay que revisar desde el punto de vista legal y constitucional. Yo no creo que este sea el momento, cuando lleguemos al gobierno, para una reforma constitucional. Sin embargo, ya hoy el Código Penal establece temas como el aborto en distintas en distintas circunstancias. Entonces, hay cosas que hay que revisar desde el punto de vista jurídico, desde el punto de vista técnico, desde el punto de vista humano y social. Es mucho el camino que falta por recorrer. 

—¿Y está usted a favor de la eutanasia? 

—Es exactamente lo mismo. Es que yo quisiera que estuviéramos en una etapa en la que podamos debatir esos temas, pero no lo estamos. Yo quisiera que Venezuela hoy estuviera en plena democracia para ocuparnos de esos temas. No digo que eso no sea importante, lo que digo es que el avance tanto legislativo como humano y social para llegar a esos temas es aún muy largo y muy complejo. 

—¿Está usted a favor del matrimonio igualitario y el derecho a la adopción homoparental?

—La Constitución en Venezuela es muy clara. Yo llevé a la Asamblea Nacional 2015 el acuerdo que está aprobado hoy, que declara el Día contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia. También promoví una ley de reconocimiento de las uniones de hecho, que por cierto, tengo que decir que el chavismo se paró y se fue con algunas fracciones de la oposición y me rompieron el quórum

Tal vez todavía Venezuela no estaba preparada para esos temas. Pero la realidad es que hay violación a los derechos y que nosotros no podemos pretender que hay ciudadanos que son más iguales que otros y que hay ciudadanos que tienen más o menos derechos que los otros. 

——¿Está usted a favor del reconocimiento de la identidad de las personas transgénero? 

—Tú no le puedes imponer la identidad a alguien. ¿Tú puedes decir que Tamara Adrián no es Tamara Adrián?¿El Estado tiene derecho a decidir quién es ella? Yo creo que no tiene derecho el Estado a decir eso. Tamara Adrián es Tamara Adrián. 

—¿Y apoyaría que se incorporen temas como diversidad sexual y de género en los programas de educación sexual de las escuelas? 

—Creo que la escuela es para otra cosa. La escuela es para enseñarle a los niños derechos e igualdad. Si tú enseñas en la escuela derechos humanos, son para todos los humanos. Punto. Para todas las personas. Hay cosas que son del hogar. Hay cosas que nosotros tenemos que entender que no tienen que ver con la escuela. 

Entonces creo que también nosotros tenemos que aprender a distinguir una cosa de la otra y aprender a no tener prejuicios. Porque ahorita cualquier cosa que tú digas puede generar malos entendidos, por llamarlo de alguna manera. Y hay que entender que hay cosas que son función del hogar. Cualquiera que sea el hogar y cualquiera que sea la familia, porque en Venezuela tampoco nadie me puede decir que la familia tradicional es la de papá, mamá y bebé. 

—¿Cree que en Venezuela se respeta el principio del Estado laico actualmente?

—Aquí no, vale. ¿Qué se va a estar respetando eso? En estos días el señor que usurpa el poder (Nicolás Maduro) declaró un bono para los evangélicos. El Estado es laico, entonces ¿cómo se inscribe uno para ese bono? Yo soy católica, a mí no me toca. Nosotros aquí en el partido tenemos luteranos, musulmanes, agnósticos, evangélicos, aquí hay de todo, pero tenemos prohibido en los grupos de trabajo mandar mensajes religiosos. 

Eso no es función del Estado tampoco. Así como no es función del Estado educarte sobre temas de religión o lo que sea, tampoco es su función meterse en la religión de las personas. Porque también creemos en la libertad de culto.

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