- Los comediantes venezolanos estrenaron un podcast desde Santiago de Chile, su nueva base de operaciones. En este proyecto, el primero que realizan fuera de Venezuela, muestran una cara más íntima sin dejar de lado la comedia que los caracteriza
En marzo de 2020, Manuel Ángel Redondo y Gabo Ruíz aterrizaron en Chile con una finalidad: presentar sus shows en la capital del país austral. El plan cambió en cuestión de horas: la cuarentena por la pandemia del covid-19 pospuso sus espectáculos y los confinó a un apartamento en Santiago de Chile.
Han pasado siete meses desde ese momento que cambió lo que ambos comediantes tenían en mente. Al comienzo del confinamiento pensaban que su estadía en la capital chilena sería corta y, en principio, quisieron desarrollar una idea audiovisual para producirla y mostrarla durante la cuarentena. Pero cuando entendieron que su permanencia en ese lugar no sería algo momentáneo decidieron tomarse el tiempo necesario para perfeccionar la idea inicial. Así nació El Hueco, el primer proyecto en conjunto de los comediantes venezolanos.
“En esta cuarentena estuvimos encerrados mucho tiempo teniendo conversaciones intensas sobre distintos temas que nos apasionan más allá de lo que usualmente hacemos. Entonces eso nos llamó mucho la atención: poder presentar una faceta un tanto más personal, más vulnerable pero que también interactúa y convive con lo que siempre hemos hecho, con los chistes, groserías e inmadureces que nunca se van a ir”, explica Redondo en exclusiva para El Diario.
Para Manuel Ángel Redondo esta nueva vertiente de la carrera de ambos comediantes viene de la mano con un crecimiento personal donde empiezan a valorar de manera distinta las experiencias.
“Cuando creces un poco más y pasas la etapa de la locura empiezas a reflexionar sobre otras cosas importantes de la vida y empiezas a tener otro tipo de conversaciones más allá de la joda habitual”, afirma.
En el primer episodio del podcast Redondo y Ruíz hablan de la migración, una realidad para millones de venezolanos. Revelan que decidieron establecerse en Santiago de Chile permanentemente. Allí ambos conversan y ponen en perspectiva el contexto de su llegada a ese país, las reglas tácitas de la convivencia y las emociones que les generó el cambio drástico que han vivido por la pandemia.
La conversación es fluida, sincera, personal y llena de risas. No se catalogan especialistas en ningún tema y lo usan como salvoconducto para hablar de diversos tópicos desde su propia visión.
Están sorprendidos por cómo fue recibido su nuevo proyecto. No se esperaban que un formato cuya duración por episodio que supera la hora, que es a blanco y negro y donde no se enfoncan unicamente en la comedia tuviese tantas visualizaciones. El primer episodio sobrepasa las 106.000 vistas en Youtube a tres semanas de su estreno.
“Quizás el proceso de adaptación es en la química frente a cámara. Lo que es la preproducción y todos esos códigos internos ya lo tenemos súper mordido. Afortunadamente no ha sido dificultoso y el proceso está en eso, en ir agarrando poco a poco el flow frente a cámara. Creo que lo estamos logrando”, comenta Redondo.
Nuevo podcast, nueva etapa
Decidieron quedarse en Chile y establecer a su capital como su nueva base de operaciones. Antes de tomar la decisión definitiva pusieron en perspectiva sus carreras y los que más les convenía para continuar desarrollándose como comediantes y creadores de contenido original.
Estudiaron sus opciones, se convencieron e iniciaron definitivamente una nueva etapa donde las herramientas básicas para crear contenido y alimentar su creatividad, como una conexión a Internet estable y rápida, no suponen una tarea titánica.
Con El Hueco, su primer proyecto que nace fuera de Venezuela, comenzó una relación de trabajo que promete más contenido hecho por ambos comediantes durante el año 2021. Mientras tanto, Redondo y Ruíz continúan explorando una nueva faceta audiovisual más vulnerable, sincera y diferente en su nuevo podcast.