• El mandatario enfrenta su segundo juicio político en menos de un año de gobierno. El Congreso necesita 87 votos para declarar su vacancia por incapacidad moral permanente. La analista peruana Diana Seminario explica a El Diario qué consecuencias podría tener este proceso para la ya frágil estabilidad política de Perú

El Congreso de Perú se reunirá el lunes 28 de marzo de 2022 para tomar una decisión de gran trascendencia para el país. En esa sesión podría aprobarse la moción de vacancia contra el presidente Pedro Castillo, para destituirlo de su cargo. Será la segunda vez que pasa por este proceso, en exactamente ocho meses que cumplirá ese día en el poder. Un reflejo de la debilidad de su gobierno, que desde el principio se ha caracterizado por la poca duración de sus ministros y los escándalos de corrupción.

Pero Castillo no se piensa ir sin luchar. Desde que se aprobó el debate para la moción el 14 de marzo de 2022, el mandatario aseguró que se presentará ante el Parlamento para defenderse. “Si me citan a la punta del cerro iré. No he venido a robar un centavo”, afirma. Se refiere a los recientes escándalos que lo vinculan con una trama de corrupción en la petrolera estatal Petroperú, así como por tráfico de influencias para favorecer contratos en obras del Ministerio de Comunicaciones y Transportes. Razones por las cuales la bancada opositora solicitó la medida por incapacidad moral permanente.

La moción de vacancia es una vieja conocida en la política peruana. De acuerdo al artículo 113 de la Constitución de Perú, el Congreso puede declarar la vacancia del presidente por  incapacidad moral o física. Durante 117 años, en los siglos XIX y XX, solo se había aplicado en tres oportunidades. Sin embargo, en el año 2000 fue la carta que permitió sacar del poder a Alberto Fujimori, tras 10 años de gobierno controversiales. Desde entonces, se intentó utilizar en dos oportunidades contra el presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), aunque renunció antes de que el proceso avanzara. También se aplicó para destituir a Martín Vizarra en septiembre de 2020, también en su segundo intento.

Ambiente tenso

Pedro Castillo se juega por segunda vez la presidencia ante el Congreso de Perú
Concentración a favor de la destitución de Pedro Castillo en Lima. Foto: Cortesía La República

En entrevista para El Diario, la periodista y analista política peruana Diana Seminario hace un balance de la situación en su país. Señala que el clima político y social en el país ha estado “enrarecido” desde que comenzó el proceso de vacancia. El gobierno de Castillo intensificó sus ataques verbales contra la oposición, mientras diferentes voceros del oficialismo buscan crear un ambiente de polarización.

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El 21 de marzo de 2022, el gerente general de Petroperú, Hugo Chávez Arévalo, renunció tras ser uno de los principales investigados por el Ministerio Público por corrupción. Días antes, el 17 de marzo, el Tribunal Constitucional acordó restituir el indulto concedido en 2017 a Alberto Fujimori, y que en su momento le costó la presidencia a Kuczynski. No obstante, ante la cercanía de la sesión en el Congreso, la justicia resolvió prohibirle la salida del país por 18 meses. Para Seminario, estas acciones solo buscan atizar la conflictividad en el país, especialmente con la liberación del expresidente, que podría polarizar a los sectores antifujimoristas a favor de Castillo.

Mientras tanto, la calle se llena de marchas tanto a favor como en contra del gobernante actual. El 5 de marzo de 2022, luego de conocerse la intención de congresistas opositores de pedir la vacancia presidencial, se realizó una masiva marcha en la capital Lima para pedir la salida de Castillo. El 20 de marzo ocurrió otra, esta vez con mayor participación de los partidos políticos, pero también de sindicatos, organizaciones defensoras de la democracia e incluso militares retirados.

¿Dan los votos para aprobar la destitución?

Seminario no cree que la sesión del 28 de marzo termine con la destitución de Castillo. De acuerdo con la convocatoria emitida por la Secretaría del Congreso, todos los legisladores están llamados a participar en la votación, bien sea de manera presencial o virtual. Esto significa un pleno de 130 congresistas, donde si bien la oposición es mayoría, no forma un bloque unido.

La analista explica que para que se apruebe la moción de vacancia se necesitan mínimo 87 votos, muchos más de los que actualmente posee la facción promotora. En el debate del 14 de marzo, la propuesta de juicio político contó con 76 votos a favor, 41 en contra y 1 abstención. El principal impulsor es el partido derechista Renovación Popular, con el apoyo del fujimorista Fuerza Popular, además de otros conservadores como Avanza País, Acción Popular y Podemos Perú. Todavía les faltan al menos 11 votos para lograr la vacancia, los cuales Seminario dificulta que consigan. Pero tampoco cree que Castillo esté 100 % seguro.

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“En el debate se requerirán estos 11 votos, pero las matemáticas pueden fallar. En 2020, cuando vacaron a Vizcarra, inicialmente tampoco contaban con los votos, pero la situación cambió de un momento a otro”, afirman.

De hecho, la propuesta actual cuenta con mucho más apoyo que el primer intento de destituir a Pedro Castillo en diciembre de 2020. En aquella oportunidad, la propuesta de Renovación Popular apenas tuvo 46 votos a favor frente a 76 en contra y cuatro abstenciones, por lo que no pasó del primer debate. A esto Seminario suma el creciente descontento dentro de las filas del propio partido de Castillo, Perú Libre. Indica que el ala más radical siente que el presidente no ha cumplido con sus expectativas, aunque tampoco cree que haya votos en contra del bloque oficialista durante la sesión.

¿Qué pasará si Castillo es destituido?

Pedro Castillo se juega por segunda vez la presidencia ante el Congreso de Perú
Foto: EFE

Aunque ve el panorama complicado, la experta en marketing político no cierra la puerta del todo a una destitución. Al igual que en el caso del expresidente Vizcarra, las cosas pueden cambiar en los próximos días e influir en la decisión de los congresistas. Más con el desarrollo actual de las investigación de la Fiscalía contra Castillo.

De darse el caso y resultar destituido el presidente, Seminario indica que corresponde a la primera vicepresidenta de la República, Dina Boluarte, asumir el cargo. A pesar de que Castillo todavía no cumple su primer año en la Casa de Pizarro, asegura que Boluarte tendría que terminar los cuatro años restantes del periodo. Por ejemplo, tras la renuncia de Kuczynski el 21 de marzo de 2018, con poco más de año y medio en la presidencia, el vació de poder fue cubierto por Vizcarra quien era su vicepresidente. 

Ahora, para que esto ocurra, Boluarte debe aceptar el cargo, lo cual por el momento resulta incierto.La funcionaria ha mostrado un apoyo absoluto a Castillo ante el proceso, por lo que Seminario cree que existe una posibilidad de que la vicepresidenta renuncie en señal de protesta. De ocurrir esto, el poder pasaría a la presidenta del Congreso, Maricarmen Alva, al ser la siguiente en la sucesión legal. En este caso, sí se deberá convocar a elecciones adelantadas en los 30 días siguientes.

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Destino incierto

El primer ministro de Perú, Aníbal Torres, criticó este 25 de marzo de 2022 al Congreso por intentar destituir al presidente. Aseguró que no existen pruebas sólidas que vinculen a Castillo con hechos de corrupción, más allá de informaciones publicadas en medios de comunicación. Con respecto a las declaraciones de la lobbysta Karemlin López, quien  colabora con el Ministerio Público y fue quien acusó al mandatario de dirigir una red de tráfico de influencias, el premier dijo que no tienen validez por ser investigaciones en curso.

Al respecto, Seminario aclara que esto no es un factor determinante para la moción de vacancia, que puede ser aprobado incluso sin sentencia de un tribunal. “Es un juicio político y no asume criterios de la justicia civil. El Congreso no tiene qué presentar pruebas, porque no es un juicio estándar”, acota. Es decir, aunque tanto el presidente como los congresistas pueden presentar sus argumentos para justificar sus posiciones, al final es la votación del pleno la que tiene la última palabra.

Ante la perspectiva de que Castillo resulte destituido, ciertamente teme que pudiera complicarse el panorama político, en caso de que el dirigente socialista se niegue a abandonar el poder. Esto queda manifiesto con las últimas declaraciones de Torres, quien animó a los simpatizantes del oficialismo en todo el país a cerrar filas alrededor del mandatario. u0022Si Pedro Castillo cae, caemos todos, todo el pueblo, todos los pueblos del Perú (…) las consecuencias no las sabemos”, sentenció.

“Pudiera ser peor, porque esta es una izquierda más radical y pudieran apelar al enfrentamiento en respuesta”, señala la analista. En este sentido, considera crucial el papel de las Fuerzas Armadas, las cuales no son un órgano deliberante y deberán responder a su mandato constitucional. Es decir, a quien consideren como la autoridad legítima tras la sucesión. 

Crisis estructural

Pedro Castillo se juega por segunda vez la presidencia ante el Congreso de Perú
Foto: EFE

Aunque existe la impresión de que la moción de vacancia se ha convertido en la herramienta favorita del Congreso para dirimir sus disputas con el Ejecutivo, Seminario aclara que no ha sido tan utilizada. Solo en los casos de Fujimori y Vizcarra, siendo objetivos. Aun así, reconoce que el Parlamento actualmente está desacreditado ante la opinión pública, debido a la degradación de sus representantes. 

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Por ejemplo, durante el gobierno de Vizcarra se aprobó una reforma que prohíbe la reelección inmediata de los congresistas. Aunque su intención era evitar la perpetuidad de ciertos intereses políticos, afirma que ahora cada nuevo Congreso que se instala está conformado por legisladores novatos, muchas veces sin preparación ni cualidades para el cargo que ocupan. “En el Perú de lo que se ha abusado es de la mercantilización de la política. Más allá de la preparación, son quienes ponen dinero pueden ser candidatos”, lamenta.

Esta decadencia de la clase política fue el centro del discurso de Castillo durante las elecciones generales de 2021. A pesar de ser un desconocido absoluto y sin experiencia en cargos públicos, su carácter de outsider sedujo a un porcentaje de la población que estaba desencantada de los partidos tradicionales. “Pedro Castillo llegó prometiendo cosas atractivas, pero resultó igual que todos esos políticos de baja estofa”, comenta.

Seminario acota otro factor que favoreció el ascenso del exsindicalista, sobre todo en la segunda vuelta presidencial, fue el extremismo de sectores antifujimoristas, quienes prefirieron apoyar a Castillo a pesar de que, a su juicio, Keiko Fujimori era mucho mejor opción. Cree que es necesario el surgimiento de una tercera fuerza política que ayude a romper los falsos dilemas en los que caen los peruanos al acudir a las urnas, pero todavía falta mucho para eso.

“Puede haber tercera fuerza, pero se necesita unidad. Aquellas fuerzas que creen en la democracia tienen que hacer una causa común para rescatar al Perú, porque hemos caído muy bajo”, razona. Por el momento el camino no parece apuntar a una unidad democrática, ni siquiera para un asunto fundamental como decidir si deja o no las riendas del país en manos de Castillo. El 28 de marzo, un segundo golpe de suerte podría sonreírle el dirigente de Perú Libre. Aunque dado su desempeño y niveles de popularidad (de 24 % para febrero de 2022), todo parece indicar que no habrá una tercera.

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