• El protagonista de películas como El club de la pelea y Se7en posee una enfermedad que solo se presenta en un pequeño porcentaje de la población. Aunque no tiene cura, sus pacientes aprenden a distinguir a otras personas por otros medios como la voz o la forma de vestir

El rostro es la carta de presentación del ser humano. Como animales sociales, es importante no solo para la comunicación, sino también para definir la identidad y poder distinguir a los miembros de nuestro entorno. Sin embargo, existen personas que son incapaces hasta de reconocerse a sí mismo en una fotografía. Del mismo modo, pueden pasar al lado de un amigo o familiar en la calle sin saludar. Esto, lejos de ser apatía o torpeza social, es producto de una enfermedad llamada prosopagnosia.

Conocida también como “ceguera facial”, es un trastorno cognitivo que se volvió mediático en 2021, luego de que el actor Brad Pitt confesara en una entrevista que la padece desde hace más de ocho años. Que una de las caras más reconocidas de Hollywood sea incapaz de diferenciar a otras ayudó a visibilizar un problema sufrido por el 2,5 % de la población de Estados Unidos.

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¿Qué es la prosopagnosia, el trastorno neurológico que padece Brad Pitt?

“Mucha gente me odia porque piensan que les estoy faltando el respeto. Creen que soy un engreído, un maleducado y un egocéntrico. Y la cosa va a peor cuando les digo que contextualicen el momento en el que nos conocimos, así que se ofenden aún más”, declaró a la revista GQ.

¿Qué es la prosopagnosia?

Aunque hay registros de la enfermedad a lo largo de la historia, no fue debidamente diagnosticada hasta la Segunda Guerra Mundial. Médicos atendieron a un prisionero alemán que había sido herido en la cabeza durante un combate y descubrieron que, a pesar de mantener sus funciones cognitivas intactas, ahora el soldado era incapaz de reconocer rostros, aunque fueran familiares. Posteriormente, en 1947, el neurólogo Joachim Bodamer estudió el fenómeno, dándole nombre.

Es una forma muy específica de la agnosia, es decir, la incapacidad de procesar correctamente estímulos sensoriales, en este caso visuales. Los pacientes pueden ver e identificar claramente los órganos de la cara por separado, como la nariz, boca y ojos, pero en conjunto, sus cerebros no pueden asociarlos a una persona en particular. De este modo, al momento de recordar a alguien, generalmente evocarán sus rostros de manera difusa, sin poder describirlos. En los casos más graves, pueden incluso perder la capacidad de reconocerse a sí mismos.

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La causa de este trastorno suele vincularse a lesiones en el cerebro, específicamente en áreas occipitales y parietales. No obstante, también hay muchos casos que son congénitos, es decir, que se obtienen de nacimiento. Es común que la prosopagnosia se manifieste progresivamente, por lo que el paciente no suele darse cuenta hasta fases más avanzadas.

Incomodidad social

Vivir con esta enfermedad neurológica representa todo un reto para sus pacientes. Para identificar a sus allegados deben valerse de otros rasgos como la voz, contextura, el cabello o alguna marca distintiva. Igualmente, al poder procesar elementos específicos de la cara, suelen guiarse de cicatrices, lunares o la barba. En otros casos, suelen fijarse en la ropa y accesorios para poder ubicar a alguien entre la multitud.

Lejos de esto, no afecta en otros aspectos de su vida diaria, ya que siguen siendo capaces de diferenciar objetos, animales o partes del cuerpo sin problema. Sin embargo, en el ámbito social, muchas veces tienen problemas para interactuar, y muchos prefieren aislarse ante los problemas que causan en sus círculos íntimos. El propio intérprete de El curioso caso de Benjamin Button reconoció que se ha vuelto más solitario por eso.

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¿Qué es la prosopagnosia, el trastorno neurológico que padece Brad Pitt?

Precisamente otra de las razones por las que no suele haber un diagnóstico inicial preciso de la prosopagnosia es por el desconocimiento. Al no saber que existe una enfermedad así, generalmente las personas tienden a pensar que se han vuelto más descuidadas u olvidadizas. También llegan a asociarlo a problemas de la vista, por lo que los expertos recomiendan acudir a un neurólogo una vez que se hayan descartado todas las anteriores.

Vivir sin cara

Actualmente no existe un tratamiento médico para la prosopagnosia. Sus pacientes deben valerse de su propio ingenio para aprender a vivir en un mundo lleno de personas sin rostro sin que afecte su vida social. En caso de ser adquirida por un daño cerebral, se debe estar alerta ya que puede venir acompañada de otros problemas como pérdida de memoria, déficit de atención, desorientación espacio-temporal, entre otras. 

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Para diagnosticar la enfermedad, los neurólogos cuentan con diferentes pruebas. Uno de ellos es el test de reconocimiento facial de Benton, que consiste en emparejar diferentes imágenes de rostros de frente y de perfil. También está el test de 60 caras de Ekman, que evalúa la capacidad para detectar e interpretar expresiones faciales. Con esto también se busca medir el tipo de prosopagnosia, viendo si se puede reconocer rostros de famosos, de familiares o gesticulaciones. 

Si bien de momento no hay mucho que se pueda hacer en los casos congénitos, sí hay investigaciones para hallar un tratamiento a la prosopagnosia adquirida. Los científicos creen que si se puede identificar las áreas específicas del cerebro involucradas y revertir el daño causado, puede existir una mejoría como ha ocurrido con otros tipos de trastornos similares. 

“Estamos trabajando en el desarrollo de un programa de rehabilitación para personas con prosopagnosia. Esperamos que aumente las conexiones entre las áreas y, por lo tanto, aumente su capacidad para reconocer caras”, declaró a la BBC Jodie Davies-Thompson, investigadora de la Universidad de Swansea, en Reino Unido.

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