En un mundo marcado por la fragmentación política y la incapacidad, cada vez más frecuente, en llegar a acuerdos y sostenerlos, es importante que se transciendan los paradigmas dicotómicos, ya que resultan insuficientes para interpretar la realidad. Esta conclusión no es nueva. Sin embargo, las lecturas izquierdas/derechas siguen vigentes en la opinión pública. Cabe preguntarse, ¿por qué, a pesar de la fragmentación, no encontramos nuevos paradigmas para leer la realidad?

Si bien esta pregunta puede tener múltiples respuestas, yo considero que un aspecto fundamental para esta incapacidad de acordar como sociedad nuevos paradigmas, se trata de la disminución de la convivencia democrática o la convivencia de quien piensa distinto.

El espacio público natural está marcado por la diversidad y la incomodidad, no se trata de una zona de confort, se trata de un espacio en disputa permanente. Esto, lejos de un problema, es el punto neurálgico de una sana convivencia democrática. Si existe un espacio donde todos piensen igual, no es un espacio público ni democrático.

Leer más  Telegram incluyó en su wallet transacciones con USDT: ¿cómo funciona?

En este último tiempo, el debate público ha llegado a una simbiosis con el espacio digital. Pero, a diferencia del espacio físico, en el mundo digital con unos algoritmos cada vez más sofisticados, la oportunidad de interpelar y conversar con quien piensan distintito, se vuelve cada vez más escaza. Además, en el peor de los casos, se crea un círculo vicioso, donde la falta de convivencia con personas que piensan distinto vuelve más intolerantes a las personas y esto redunda en la búsqueda de espacios más de nichos, donde solo se validan los sesgos de confirmación, pero no se contrastan las diferentes perspectivas de la realidad.

Leer más  ¿Por qué Ferrari cambiará de nombre a partir del Gran Premio de Miami?

Ante este contexto, se puede empezar a deslumbrar por qué existe esa incapacidad de encontrar nuevos paradigmas para interpretar la realidad. Los espacios para convivir y ponernos de acuerdo se vuelven cada vez más escasos. Resulta mucho más cómodo para las personas convivir con aquellos individuos o grupos que piensan igual; y así validar su lectura de realidad, evitando la confrontación con quien puede tener una visión distinta.

En otras palabras, por ejemplo, si una persona tiene cierta opinión sobre cómo debe manejarse en un tema complejo como la economía o la migración, se opta por una simplificación, donde el ejercicio simplemente es ubicar su opinión dentro de los paradigmas tradicionales, supongamos izquierda/derecha, pero no se realiza un ejercicio reflexivo profundo sobre los contextos, las tensiones y los cambios.

Leer más  Una mujer recibió el primer trasplante combinado de riñón de cerdo y bomba cardíaca 

Quizás esta situación también pasa por aquello de buscar la coherencia “ideológica”. Sin embargo, hay algo que como humanidad, no podemos olvidar: la realidad puede ser muchas cosas, pero no es coherente a cabalidad. El mundo está lleno de paradojas y contradicciones, algunas que van más allá del entendimiento individual. Es aquí donde se necesitan del pensamiento colectivo, la diversidad y los acuerdos.

Es difícil determinar si se hallarán nuevos paradigmas en el futuro cercano con estos desafíos mencionados, pero si se pueden realizar ejercicios para que ese momento llegue más rápido: hay que convivir con más frecuencia con personas distintas a nosotros y recupera el hábito se sentirse incómodo.

Leer más  Maltrato infantil: ¿cómo identificar un caso y dónde se puede denunciar?

¿Por dónde se puede empezar? Ve esa película que no te gusta, habla sobre ese tema con la persona que sabes que piensa distinto, conoce un nuevo sitio de la ciudad donde habitas. Con esto, no necesariamente cambiará tu forma de pensar, pero la experiencia será valiosa para saber cómo manejar situaciones difíciles, donde la racionalidad se expande y puede aumentar la empatía.

La convivencia democrática es respetuosa, pero tiene que ser incomoda. Vayamos a la búsqueda de esa incomodidad para recuperar el espacio público y con ella proteger a nuestras sociedades de los fenómenos populistas y autoritarios.  

Artículos relacionados del autor