• Una estrategia psicológica llamada descarga cognitiva tiene beneficios —pero también posibles inconvenientes— para alcanzar nuestras metas | Ilustración de George Wylesol para The Washington Post

Esta es una traducción hecha por El Diario de la nota Trouble achieving goals? Why your brain needs reminders, original de The Washington Post.

Muchas veces solemos ponernos metas y no logramos alcanzarlas. Sin embargo, existe una forma de aumentar nuestras posibilidades de lograr nuestros objetivos: establecer recordatorios.

“Es bastante difícil lograr nuestras metas”, expresó Sam Gilbert, profesor de neurociencia cognitiva en el University College London. “Hay muchas, muchas razones por las que nos desviamos o no logramos alcanzar nuestras metas”.

Una razón común, pero abordable, es que simplemente las olvidamos. Los estudios psicológicos sugieren que del 50 al 70 % de las fallas de memoria cotidianas implican olvidar nuestras intenciones.

Crear recordatorios puede ayudar a abordar este problema. La investigación demuestra por qué.

Quizás incluso sin darnos cuenta, muchos de nosotros empleamos una estrategia psicológica llamada descarga cognitiva, donde utilizamos una acción física para reducir las demandas en nuestro cerebro. Cuando externalizamos nuestras intenciones, es decir, pasar de estar almacenadas en nuestro cerebro a algún lugar como una libreta, el Google Calendar o mediante alertas en nuestros smartphones, estamos realizando un tipo específico de descarga cognitiva conocida como descarga de intenciones.

“Es bastante simple de implementar. Es bastante ubicuo”, explicó Lauren Richmond, profesora asistente de ciencias cognitivas en Stony Brook University. “Las personas hacen cosas así en el mundo real todo el tiempo y al final del día parece beneficiar el rendimiento”.

Comprender los beneficios y posibles problemas de usar la descarga cognitiva en nuestra vida diaria puede mejorar nuestra capacidad para recordar y cumplir con nuestras intenciones.

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En lugar de “cambiar el sistema dentro de tu cabeza, lo que intenta hacer la descarga cognitiva es básicamente decir, ‘tienes la capacidad, tienes una buena memoria, tienes una mala memoria'”, detalló Richmond. “Lo que intentamos hacer es cambiar el resultado final” para que puedas hacer esa cita o comprar los artículos correctos en el supermercado.

La descarga cognitiva nos ayuda a recordar más

“El mayor beneficio es simplemente que sabemos que mejora el rendimiento de la memoria”, dijo Hunter Ball, profesor asistente de psicología en University of Texas at Arlington. “Aumenta la probabilidad de que recuerdes cumplir cualquier objetivo que necesitas cumplir”.

En estudios de laboratorio, los participantes tuvieron un mejor desempeño cuando pudieron usar recordatorios externos que cuando no pudieron.

Los estudios autoinformados indican que los adultos mayores utilizan estrategias de memoria externas, lo que podría compensar las pérdidas de memoria que vienen con el envejecimiento, aunque se necesita más investigación para probar directamente cómo las personas usan y se benefician de los recordatorios en el mundo real, dijo Richmond.

Usar la tecnología para externalizar nuestras intenciones también libera nuestros recursos cognitivos finitos.

Las investigaciones han demostrado de forma consistente que almacenar información digitalmente produce un efecto de mejora de la memoria, donde podemos recordar mejor no solo lo que almacenamos, sino también otra información que no fue guardada.

Cuanto más descargamos información trivial, como los elementos de una lista de compras, más podemos utilizar nuestro cerebro “para esas tareas cognitivas humanas más refinadas”, como la creatividad, expresó Gilbert.

Las personas usan recordatorios cuando creen que su memoria lo necesita

Tendemos a externalizar información y crear recordatorios cuando creemos que es algo que necesitamos, pero no necesariamente cuando lo necesitamo.

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Nuestras creencias sobre qué tan buena es nuestra memoria influyen directamente en si la complementamos. Hay algunas indicaciones de que tendemos a saber lo buena que es nuestra memoria y planificar en consecuencia. Aquellos que tienen buena memoria pero creen que no la tienen, sin embargo, utilizan más recordatorios externos.

“Es absolutamente crucial que tengamos una comprensión precisa de nuestra propia capacidad de memoria”, dijo Gilbert. “Así que si nuestra comprensión de nuestra capacidad de memoria es incorrecta, esto sugiere que usaremos demasiados o muy pocos recordatorios”.

La investigación indica que los seres humanos tienden a ser pesimistas sobre su memoria falible y pueden usar más recordatorios de los necesarios. “Eso es una característica, no un error”, detalló Gilbert.

Nuestros cerebros tienden a evitar el esfuerzo cognitivo si pueden, dijo. Esto es beneficioso “porque cuanto más eliminamos el esfuerzo de una actividad cognitiva, mejor nos ayuda a asignar ese esfuerzo a una actividad cognitiva diferente”, expuso Gilbert.

Posibles inconvenientes de la descarga de intenciones

Existen posibles desventajas de externalizar nuestras intenciones. Puede que tengamos más probabilidades de olvidarlas si perdemos el recordatorio. Si confiamos en el almacenamiento externo, nuestro cerebro no dedica los mismos recursos a retener la información en sí.

En un estudio de neuroimagen que involucró a 15 participantes, externalizar intenciones disminuyó la actividad en partes de la corteza prefrontal medial que se cree que codifican los detalles específicos de la tarea. Sin embargo, la actividad en la corteza prefrontal lateral, que se cree que rastrea que algo debe hacerse, se mantuvo, lo que indica que el acto de externalizar disminuye nuestro recuerdo de la tarea en sí, pero no de que debe hacerse.

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Es más probable que olvidemos lo que externalizamos si ya no podemos acceder a nuestro almacenamiento, como cuando perdemos nuestra libreta o nuestro teléfono inteligente se queda sin batería.

También tendemos a externalizar las cosas importantes que más deseamos recordar, según un estudio reciente realizado por Gilbert y sus colegas.

En 104 participantes, externalizar las tareas de alto valor también les permitió recordar más tareas de bajo valor, un “efecto de desbordamiento cognitivo”. Sin embargo, en una prueba sorpresa, donde se borraron los recordatorios, los participantes fueron más propensos a olvidar los elementos importantes y recordar los menos importantes.

Ahí radica la ironía: cuanto más importante es la intención que queremos recordar, más probable es que la externalicemos, y también es más probable que la olvidemos si perdemos nuestro almacén de memoria externo, dijo Ball.

“La conciencia de los posibles costos y decidir si estás dispuesto a aceptarlos o no parece importante y razonable”, dijo Richmond.

Considera también las desventajas de no usar un recordatorio externo. “Por supuesto, la batería de nuestro teléfono se agota, pero ¿con qué frecuencia sucede realmente eso en comparación con la cantidad de veces que falla nuestra memoria?”, expresó Ball. “En nuestra capacidad de memoria, olvidamos cosas todo el tiempo”.

La omnipresencia de las tecnologías digitales ha llevado a algunas personas a preocuparse de que externalizar nuestras memorias e intenciones pueda degradar nuestra cognición con el tiempo, causando “amnesia digital” o “demencia digital”.

Sin embargo, los investigadores son escépticos sobre si la tecnología cognitiva plantea daños a largo plazo, aunque nadie realmente lo sabe debido a la falta de estudios longitudinales.

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Las preocupaciones sobre el daño cognitivo han surgido con cada nueva tecnología, dijo Gilbert. Sócrates argumentaba que escribir las cosas haría que nos volviéramos olvidadizos. “Estos temores no son en absoluto nuevos”, indicó Gilbert.

En general, “los beneficios de la externalización superan ampliamente el costo de hacerlo”, agregó.

Cómo configurar los recordatorios de la mejor manera

Haz un recordatorio específico. Es decir, donde se indique exactamente qué debemos hacer y cuándo..

-Configura el recordatorio lo más cerca posible de cuando debas realizar la tarea. “Sabemos que cada vez que las personas recuperan estas intenciones de memoria prospectiva y no pueden ejecutarlas de inmediato, eso puede resultar en olvidos”, dijo Ball. Si no puedes realizar la tarea, pospón el recordatorio para que se active nuevamente. O externalízalo nuevamente para más adelante, de manera que seas menos propenso a olvidarlo.

-Haz que el recordatorio sea lo más automático posible. Recordar revisar tus recordatorios aún requiere esfuerzo cognitivo. Configurar notificaciones o alarmas puede ayudarte a recordar los recordatorios sin que tengas que pensarlo.

-Conoce tu memoria. Desarrollar una comprensión precisa de nuestros éxitos y fracasos en la memoria podría ayudarnos a adaptar de manera óptima cuándo usamos los recordatorios. “Puedes aprender observando las veces que olvidaste hacer algo y podrías haber usado la tecnología para ayudar”, mencionó Gilbert. “Eso podría ser una señal de que podrías haber utilizado más tecnología”.

-Ten respaldos. Ningún sistema es perfecto, ya sea nuestro cerebro o las herramientas que utilizamos. Para nuestras tareas e intenciones más importantes, tener redundancia es clave. “Puedes configurar múltiples recordatorios, pero también necesitas intentar recordarlo por tu cuenta”, dijo Ball.

Traducido por José Silva

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