• Un grupo de investigadores llevó a cabo una compleja simulación que respalda la idea de que los discos del planeta gigante surgieron hace cientos de millones de años, no miles de millones. Foto: NASA/JPL-Caltech/Instituto de Ciencias Espaciales

Esta es una traducción hecha por El Diario de la nota Saturn’s Rings May Have Formed in a Surprisingly Recent Crash of 2 Moons, original de The New York Times.

Intenta imaginar a Saturno sin sus característicos anillos. Ahora imagina dos grandes lunas heladas acercándose lentamente una a la otra hasta que, ¡boom! El caos. Lo que era sólido ahora es líquido. Fragmentos diamantinos se dispersan en la oscuridad. Muchos fragmentos helados caen cerca de Saturno, permanecen allí y danzan alrededor del gigante gaseoso al unísono, forjando finalmente los exquisitos discos de este cuerpo de gran peso.

Esta escena espectacular proviene de un intento por responder a uno de los mayores misterios del sistema solar: ¿De dónde provienen los anillos de Saturno y cuándo se formaron?

Un estudio, publicado en The Astrophysical Journal, se inclina hacia la idea de que no tienen miles de millones de años, sino que fueron creados en un pasado astronómico reciente, quizás debido a la colisión de dos modestas lunas hace solo unos cientos de millones de años.

Estoy seguro de que hubiera sido genial verlo si los dinosaurios hubieran tenido un telescopio lo suficientemente bueno”, comentó Jacob Kegerreis, científico investigador en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Mountain View, California, y uno de los autores del estudio.

Kegerreis y sus colegas probaron la hipótesis de los anillos más jóvenes utilizando la instalación de Investigación Distribuida con Computación Avanzada de Gran Bretaña. Este sistema de supercomputación permitió a los investigadores recrear repetidamente esta catástrofe con mayor detalle, junto con su inmediato resultado, y encontraron que este origen es plausible.

Las simulaciones del equipo pueden ayudar a los científicos a estudiar no solo el origen de los anillos de Saturno, sino también el de todos los mundos. Con sus numerosos satélites, Saturno “puede considerarse un mini sistema solar”, expresó Scott Sheppard, astrónomo en la Institución Carnegie para la Ciencia en Washington, quien no participó en el nuevo estudio. “Saturno es un laboratorio perfecto para comprender cómo se forman los planetas y las lunas”.

Saturno, con 4,5 millardos de años, es casi tan antiguo como el Sol. Se pensaba que sus anillos eran igualmente antiguos hasta que la nave espacial Cassini estudió el planeta de cerca durante 13 años. A lo largo de miles de millones de años, deberían haber sido ensuciados por otros restos espaciales polvorientos. Pero los anillos de hielo parecían demasiado brillantes y limpios para ser tan antiguos.

Esto, junto con otras evidencias, ha convencido a muchos científicos que estudian a Saturno de que los anillos aparecieron hace unos cientos de millones de años. Si no surgieron durante el pandemonium del sistema solar temprano, cuando los objetos grandes chocaban frecuentemente, eso significa que se formaron en los relativamente apacibles días del pasado astronómico reciente. Pero ¿cómo?

Saturno ahora tiene al menos 145 lunas y probablemente tenía muchas más antes de desarrollar sus anillos. Los científicos han argumentado que la inmensa gravedad del sol podría haber desestabilizado gradualmente algunas de las órbitas de las lunas, culminando en una colisión entre dos de ellas.

El nuevo estudio encontró que un choque entre dos satélites helados arrojaría una gran cantidad de confeti congelado hacia Saturno. Si ese hielo cruzara y permaneciera detrás del límite de Roche, un límite más allá del cual las mareas gravitacionales de un planeta desintegrarían a las lunas, tendría la oportunidad de formar esos anillos.

Los fragmentos que quedan detrás del límite pueden haber chocado con otras lunas, fragmentándolas y liberando más material, el tipo que podría agruparse para formar nuevas lunas.

No está claro cuáles de las lunas actuales son relativamente jóvenes. Pero Rhea, la segunda luna más grande de Saturno después de Titán, puede ser un ejemplo. Si fuera más antigua, habría sobrevivido a varios vaivenes gravitacionales, y su órbita sería más excéntrica. Pero en cambio, Rhea es circular y plana, lo que sugiere que se formó muy recientemente, quizás construida a partir de ese material recién liberado para formar lunas.

Algunas de las lunas de Saturno pueden tener océanos subsuperficiales potencialmente habitables. Pero si esas lunas son más jóvenes de lo que se creía, esa posibilidad podría reducirse.

“Todavía no sabemos cuáles son las probabilidades de que la vida evolucione allí”, dijo Kegerreis. Pero si algunas de estas lunas son más jóvenes de lo que los científicos pensaban, “eso podría reducir las posibilidades de que haya vida allí”.

El debate de larga data sobre el origen de los anillos de Saturno no se resolverá con este estudio, pero enfatiza que los anillos son efímeros y cambiantes, en lugar de decoraciones estáticas.

“Ya sea Saturno o en otro lugar, creo que es divertido lo dramático que puede ser el sistema solar”, dijo Kegerreis.

Traducido por José Silva

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