Pareciera que hoy los venezolanos no tenemos un sentido de pertenencia tan arraigado como consecuencia de la polarización y la falta de bienestar, lo que evita la articulación de sus ciudadanos más allá de lo coyuntural.

Sin embargo, en las últimas semanas hemos visto claramente ejemplos de cómo los venezolanos logramos así sea por unas horas dejar a un lado la polarización y los problemas diarios del país para celebrar los triunfos de compatriotas en el extranjero. En esos momentos se activa en nuestra sociedad un sentimiento de orgullo y arraigo que debemos rescatar.

Vemos cómo los maracuchos, los orientales o los gochos sienten pertenencia de sus localidades y en los últimos tiempos hemos visto también a los chacaoenses o los hatillanos decir con orgullo que son vecinos de esos municipios. Este no ha sido el caso del municipio Sucre.

Sucre como municipio existe desde apenas hace 32 años y además agrupa a poblaciones muy disímiles entre sí. Tenemos zonas populares, foráneas y urbanizaciones con características e intereses muy distintos entre sí. Esto ha dificultado lograr ese sentido de pertenencia.

Sin embargo, ante la inexistencia del Estado y la urgencia por solucionar problemas de las comunidades que se han venido desmantelando, hemos visto cómo los vecinos han logrado articularse y organizarse, entendiendo que esas calles, esos parques, esos espacios deportivos les pertenecen a ellos como vecinos del municipio y que solo si juntos trabajan por recuperar todos esos espacios podrán generar calidad de vida para ellos y sus familias.

Esta necesidad de articularse como sociedad debe ser aprovechada y canalizada para trabajar en el sentido de pertenencia de los sucrenses, porque así lograremos anteponer los intereses colectivos, trabajar coordinadamente por el bien común y recuperar nuestro municipio.

Yo sueño con un municipio Sucre cercano a todos sus habitantes, que pueda ser recorrido de punta a punta a pie en unas aceras bien iluminadas y seguras, que tenga rutas en bicicleta, que cuente con parques, canchas y espacios de esparcimiento para niños, adultos y mascotas. Sueño con un municipio Sucre que sea referencia cultural en el país, que logre agrupar las distintas influencias musicales con las que cuenta.

Sueño con una urbanización La Carlota convertida en zona gastronómica en la que los vecinos puedan hacer planes de noche, un Centro Histórico de Petare rescatado que convirtamos en lugar turístico de parada obligatoria para venezolanos y extranjeros.

Sueño con un municipio Sucre con el que se sientan identificados los vecinos de El Marqués, Barrio Unión y Mariches  por igual. Que el sentido de pertenencia se exponencie y logre llamarlos a organizarse, articularse y trabajar entendiendo que como vecinos somos corresponsables, junto a un Estado presente y con la ayuda de la empresa privada, de mantenerlo y mejorarlo.

Sueño con que todos podamos decir que nos sentimos orgullosos de ser sucrenses. Y ante todo, creo que es posible lograrlo con trabajo duro, coordinado, articulado y con una sociedad civil comprometida y participativa.

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