- Los especialistas consideran que, aunque no hay cura para este trastorno, se puede llegar a controlar
Tener algunos tics no siempre es una cuestión de nervios. Muchas personas padecen de movimientos o sonidos involuntarios que no pueden controlar. De esto se trata el síndrome de Tourette.
Este trastorno neurológico se caracteriza por movimientos repetitivos o sonidos no deseados que se desencadenan en serie en un individuo. De acuerdo con información de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, este síndrome suele ser malentendido o ignorado por quienes lo padecen.
Los tics en un paciente con el síndrome de Tourette pueden variar en intensidad, frecuencia y complejidad. En la mayoría de los casos consisten en movimientos o sonidos cortos y sencillos, como parpadear o toser, mientras que los más complejos implican movimientos más elaborados, como gestos, golpes o decir palabras obscenas o inapropiadas.

La identificación del síndrome de Tourette es un proceso que debe ser llevado a cabo por un especialista, ya que los síntomas pueden ser confundidos con otros trastornos neurológicos o psiquiátricos.
Los síntomas suelen aparecer antes de los 18 años de edad, y pueden estar acompañados de otras afecciones como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Síntomas del síndrome de Tourette
Los síntomas del síndrome de Tourette pueden variar, pero algunos de los más comunes incluyen el parpadeo excesivo, el encogimiento de hombros, los gruñidos, los ladridos inapropiados, el palabreo obsceno y la repetición de palabras o frases.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) mencionan que este problema puede venir asociado con otros como la ansiedad, la depresión, entre otros.
Expertos consideran que sufrir de este síndrome suele ser debilitante y tiene un impacto significativo en la calidad de vida de una persona.
Causas y factores de riesgo
La causa exacta del síndrome de Tourette se desconoce. Los médicos de los CDC explican que aún se están realizando estudios para determinar los factores de riesgo, sin embargo, podría tratarse de una combinación de variables genéticas y ambientales.
Los estudios sugieren que el trastorno puede ser heredado, lo que significa que si un miembro de la familia tiene síndrome de Tourette, es probable que otros miembros de la familia también lo padezcan.

¿Cómo se identifica?
El diagnóstico del síndrome de Tourette no es tan sencillo porque no existe una prueba única que pueda determinar la presencia de esta condición.
Los médicos evalúan al paciente para hacer el diagnóstico, observando los tics, los antecedentes de salud y la realización de pruebas físicas y neurológicas que le permitan descartar otros problemas.
No todas las personas con tics tienen síndrome de Tourette. Para ser diagnosticado con este trastorno, un paciente debe experimentar tanto tics motores como vocales durante al menos un año y haber comenzado a presentarlos antes de los 18 años de edad.
Es recomendable buscar la ayuda de un profesional para obtener un diagnóstico adecuado y determinar el mejor tratamiento para la situación específica.

Tratamientos disponibles
No existe una cura para el síndrome de Tourette, pero sí hay varios tratamientos disponibles que pueden ayudar a controlar los síntomas. En algunos casos, los tics pueden mejorar con el tiempo, mientras que en otros pueden empeorar.
La terapia cognitivo-conductual es una forma de psicoterapia que puede ser efectiva para el control de tics y otros síntomas asociados. Esta se enfoca en ayudar a los pacientes a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que pueden estar contribuyendo a sus síntomas.
De acuerdo con la Clínica Mayo, esta técnica incluye la relajación muscular progresiva, la terapia de exposición y la terapia de habituación.
En algunos pacientes, medicamentos como neurolépticos, antidepresivos y estimulantes son prescritos y supervisados por un especialista en neurología o psiquiatría para ayudar al paciente.
Otras terapias pueden incluir la acupuntura, la meditación y la hipnoterapia para minimizar los tics y la ansiedad que producen.

Investigaciones científicas
La investigación del síndrome de Tourette y la búsqueda de tratamientos más efectivos es larga. En los últimos años, se han realizado varios estudios en este campo, lo que ha llevado a avances significativos en la comprensión de las causas y los mecanismos subyacentes a esta condición.
Entre las investigaciones más recientes destaca la que analiza el papel de los neurotransmisores como la dopamina en el síndrome de Tourette.
Además una investigación danesa identificó que los pacientes presentan unas variantes genéticas que elevan el riesgo de sufrir una serie de patologías psiquiátricas, entre las que se encuentra este trastorno.
También se ha analizado en otros estudios la efectividad de diferentes tratamientos, incluyendo la terapia conductual, la terapia farmacológica, la estimulación cerebral y la terapia génica.