El aislamiento geográfico que separa las comunidades indígenas de los centros poblados del país, en principio representa una fortaleza que permite minimizar el riesgo de contagio epidemiológico por covid-19 a los miembros de estas comunidades. Este elemento constituye el primer eslabón de seguridad ante la pandemia que padece América Latina y el mundo, por lo cual dicho aislamiento comunitario debe reforzarse a través de las medidas correspondientes que implementen tanto las autoridades nacionales, como las autoridades indígenas tradicionales de cada región, según su contexto. Para esto se deben planificar acciones conforme a la diversidad de realidades de acceso a las comunidades indígenas, por ejemplo, comunidades indígenas aisladas, de mediano y de difícil acceso, así como las cercanas a los centros urbanos.

Es importante destacar que este aislamiento comunitario como medida de prevenir el virus del covid-19, no debe significar una desmejora de los derechos sociosanitarios de estas poblaciones, sino que debe atenderse conforme a programas y protocolos específicos de abordaje, tomando en cuenta las complejidades de acceso y la vulnerabilidad que presenta esta importante población del país (2.6% población nacional) ante la pandemia. 

Los derechos indígenas cuyas garantías deben priorizarse ante esta situación de pandemia, debe ser la salud y educación. En el caso de la salud, como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a los gobiernos de países con poblaciones indígenas, el abordaje y atención debe ser conforme a las realidades socioculturales de cada pueblo indígena, es decir, debe ser a través de planes de salud intercultural diseñados para cada pueblo indígena.

A pesar que la salud intercultural en los países de la región es una política de Estado y, además, está preceptuado en el complejo de instrumentos internacionales suscritos y ratificados por estos gobiernos, entre ellos el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales; es preciso destacar que lamentablemente en la mayoría de esos países se evidencia un debilitamiento y retroceso en la garantía de este derecho. Cada uno de los pueblos indígenas según sus características geográficas, culturales, idiomáticas, cosmogónicas, usos y costumbres, requieren un plan de salud específico para la prevención y atención de los casos de covid-19.

En experiencia del Grupo de Investigaciones sobre la Amazonía (GRIAM), el abordaje sanitario estatal en labores de información, prevención y atención del covid-19 en comunidades indígenas de Venezuela, no se está haciendo bajo estas premisas. En visita realizada por GRIAM durante el mes de mayo de 2020 a varias de las 29 comunidades multiétnicas del sector sureste del Municipio Atures el estado Amazonas, sus habitantes y enfermeros indígenas manifestaron que los tres ambulatorios médicos del sector no habían sido reforzados en cuanto a dotación de medicamentos e insumos, así como tampoco en la presencia de médicos.

En el aspecto biológico, es preciso apuntar que los miembros de las comunidades indígenas, por habitar zonas de aislamiento relativo, su sistema inmunológico es muy vulnerable ante cualquier patógeno exógeno. Normalmente su sistema de inmunidad biológica tiene capacidades para resistir a las enfermedades endémicas de cada región, pero al tratarse del tema que nos ocupa (covid-19), su resistencia, inmunidades y salud en general, están gravemente amenazadas. Además, es importante señalar que por razones sociales y culturales, una vez presentado un caso de covid-19 en una comunidad indígena, las probabilidades de contagio y propagación es sumamente alta en relación a las poblaciones no indígenas. Un ejemplo de ello lo representa el pueblo Yanomami, que por razones sociales y culturales, conviven comunitariamente entre 80 – 200 personas en un shabono (vivienda típica).

Esta misma razón de convivencia comunitaria, representa alto riesgo de propagación debido a que los alimentos y demás elementos relacionados son de uso colectivo, lo cual significarían importantes focos de trasmisión epidemiológica. También es importante mencionar que una de las afecciones más prevalentes en estas comunidades (en especial en las regiones amazónicas) son las enfermedades respiratorias, elemento que representa una vulnerabilidad y agravamiento adicional ante posible contagio por covid-19.

Es por ello que expertos en el área epidemiológica recomiendan tener especial atención en los planes de prevención y abordaje sobre estas poblaciones de características especiales, que lamentablemente esta pandemia vino a develar su alta vulnerabilidad social y crítica situación de atención sanitaria.

Luis Betancourt Montenegro es coordinador general del Grupo de Investigaciones sobre la Amazonía (GRIAM).

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