• La misión Juno sobrevoló a corta distancia del satélite Ío para capturar lo que presumen sean respiraderos de un volcán gigante en su superficie

La sonda espacial Juno de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) obtuvo imágenes de  dos columnas volcánicas en la luna Ío de Júpiter durante un sobrevuelo a una distancia de aproximadamente 1.500 kilómetros. 

La actividad volcánica en la luna de Júpiter es el objeto de la misión Juno, por lo que en los últimos meses ha detectado otros signos evidentes como la visualización de una columna de niebla sobre el volcán Prometeo. 

La NASA informó el hallazgo en su cuenta de X (antes Twitter) el 5 de febrero y detalló que estas observaciones complementan las realizadas por la misión Galileo en el año 2000, cuando se capturó una columna de humo sobre los campos de lava de Ío.

El organismo explicó que estas columnas podrían ser respiraderos de un volcán gigante o de dos volcanes cercanos entre sí, pero para realizar un análisis más amplio, el equipo estudiará los datos adicionales recopilados por Juno y otras misiones espaciales.

Estos sobrevuelos realizados por la sonda espacial son los más cercanos que se han realizado a la luna de Júpiter en los últimos 20 años, por lo que las nuevas imágenes proporcionan una visión más detallada de la superficie.

Sonda espacial de la NASA obtuvo imágenes de humo volcánico en na de Júpiter
Foto: NASA

Sonda espacial Juno

Juno es una sonda espacial de la NASA dedicada exclusivamente al estudio del planeta Júpiter y sus lunas. Forma parte del programa New Frontiers y fue lanzada el 5 de agosto de 2011 desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida (EE UU). Llegó a la órbita del planeta el 5 de julio de 2016 y su misión tendrá una duración total de seis años.

Sobrevuelos anteriores de Juno

Antes de estos sobrevuelos, la nave espacial ha estado monitoreando la actividad volcánica de Ío desde distancias que van desde los 11 mil hasta 100 mil kilómetros. Además, capturó las primeras vistas de los polos norte y sur de la luna de Júpiter, así como sobrevuelos cercanos de otras lunas como la Ganímedes y Europa.

La NASA estudia si la actividad volcánica intensa de Ío se debe a su posición única en el sistema solar, debido a que se encuentra constantemente bajo tensión gravitacional por la fuerza de atracción de Júpiter y de sus lunas galileanas cercanas. 

Esta interacción constante provoca que Ío se estire y se comprima, lo que está directamente relacionado con las erupciones de lava de sus volcanes.

NASA detectó señal radial procedente de una luna de Júpiter: lo que se sabe
Foto: NASA

Análisis de las imágenes

Los científicos de la NASA dedicarán las próximas semanas o meses al análisis detallado de estas nuevas imágenes para descubrir más sobre la composición y la actividad geológica de Ío, lo que incluye la posible existencia de un océano de lava bajo su superficie.

La científica Ashley Davies, especialista en Ío y miembro del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, señaló en el comunicado de la organización que estos nuevos avances son “la forma más pura de descubrimiento espacial”. 

Davies espera que estos nuevos fenómenos como son las columnas de humo volcánico observados por Juno en la luna Ío ayuden a desentrañar otros misterios del planeta Júpiter.

Carbono en Europa, otra luna de Júpiter

El 9 de octubre de 2023, el telescopio espacial James Webb detectó la presencia de dióxido de carbono (CO2) en la superficie de Europa, otra de las lunas de Júpiter. Este hallazgo fue calificado por la NASA como un importante paso en la búsqueda de otro planeta habitable en el sistema solar.

Las observaciones de James Webb, realizadas en el infrarrojo, muestran que el CO2 está presente en los polos de Europa, donde se encuentra una capa de hielo. Este gas podría estar siendo liberado desde el interior de la luna, donde se cree que hay un océano líquido y salino bajo el hielo.

El CO2 es un gas esencial para la vida humana. Es utilizado por las plantas para la fotosíntesis y por los animales para respirar. Su presencia en Europa sugiere que esta luna podría albergar condiciones naturales para las personas.

Los científicos aún no saben cómo el CO2 está llegando a la superficie de Europa. Una posibilidad es que sea liberado por volcanes, o que sea producido por microorganismos que viven en el océano interior.

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