• La periodista, mejor conocida como Arianuchis, es una mujer que intenta cada día mostrar la otra realidad del país, esa Venezuela bella y su gente que trabaja duro cada día para mejorar

Entre aviones, carreteras y mares, así ha vivido la última década Arianna Arteaga Quintero, o como la conocen muchos, “Arianuchis”. No recuerda con precisión cuál era su profesión soñada de niña, pero asegura que nunca pensó que haría lo que hace actualmente; viajar por Venezuela y mostrar la belleza que se encuentra en cada rincón del país, además de mostrar el talento de cada venezolano que ante las adversidades sigue apostando por el trabajo de calidad. 

“Recuerdo que vi una foto mía en el preescolar dando pasitos de ballet. Quizá quería ser bailarina. También leí una vez el diario de mi mamá y decía que yo quería casarme y tener hijos, pero definitivamente hasta que empecé a hacer lo que estoy haciendo ahorita, honestamente no me vi haciéndolo”, dice Arianna. 

Estudió Comunicación Social en la Universidad Monteávila (UMA), fue de la primera promoción y en ese momento pensaba que iba a trabajar en el mundo de la publicidad, o en el cine, puesto que tenía claro que no quería ser la sombra de su mamá. 

Foto: José Daniel Ramos

“Mi mamá tenía una posición bastante fuerte, muy dura, la que sigue teniendo y yo no quería tener que lidiar toda mi vida con ser la hija de Valentina Quintero. Al final fue lo que terminé decidiendo hacer”. 

Sin embargo, Arianna, a sus 38 años de edad, asegura que no está siguiendo específicamente los pasos de su madre, pues si bien se desenvuelve en el mismo ámbito, lo hace de manera diferente y con su propio lenguaje. 

Arianuchis en los medios de comunicación

Una mañana, cuando ya Arianna tenía su título universitario, decidió que debía aprovechar las oportunidades que podría brindarle su madre como marca, así que comenzó produciendo La Guía de Valentina Quintero pero no solo como una forma de trabajo, sino también para ayudar a su mamá con el proyecto. 

“Mi mamá hacia su guía, que era un libro inmenso, ella con otra muchacha solamente. Y era una locura, mientras mi mamá estaba haciendo la guía, la casa se ponía patas para arriba, su humor era absurdo, todo era un desastre. Entonces yo pensé en montar un esquema en el que todo pudiera funcionar y ella pudiera delegar un poco y sobre todo delegar en mí, en el ámbito de la producción. Y así fue”, contó.

Foto: José Daniel Ramos

Arianna también tuvo la oportunidad de realizar su propia guía, se llamó La Guía Extrema y esta contó con dos ediciones que tuvieron mucho éxito. En paralelo comenzó también a escribir sobre sus propios viajes para El Nacional y algunas revistas que la llamaban para trabajar con ella. Así fue tomando forma la vida laboral de Arianna. 

Tiempo después dejó de un lado la guía y se fue a Argentina, donde vivió unos 6 meses. Estando ahí creó un blog llamado La Pequeña Comeflor. “Para mi fue muy sorprendente que a la gente le interesara, más allá de lo periodístico, les interesara leerme (…) el lenguaje que fui desarrollando ahí ha sido el lenguaje que dio pie a todo lo que hice a continuación”. 

Posterior a eso, Arianna participó también en proyectos como La Cocina de Babel, una producción independiente que se transmitió por Globovisión, un webshow de 10 capítulos llamado Al Aire Libre; Mi Ciudad tu Destino, un concurso ideado por Copa Airlines donde durante seis semanas visitaba seis ciudades de diferentes localidades de América. En este mismo ámbito, pero de la mano de Avianca, Arianna estuvo en 3 Travel Bloggers, un programa que consistía en que tres personas viajaran por Sudamérica y luego mostrarán en sus redes sociales sus puntos de vista de cada una de esas travesías. 

Mientras estuvo realizando este proyecto, a Arianna y a Valentina les propusieron desde la producción de IVC, Unión Radio, realizar un programa de televisión juntas —el que después conoceríamos como Dos de Viaje— “Fue muy cómico porque ni mi mamá ni yo queríamos hacerlo. Mi mamá no se veía volviendo a hacer televisión y yo no me veía haciendo televisión, yo me veía más haciendo contenido online. Pero la gente de Unión Radio, que ha sido la casa de mi madre durante años, nos lo ofreció y las dos lo aceptamos porque nos pareció chévere la oportunidad de trabajar la una con la otra”. 

“En la debacle siempre hay poesía” 

Luego de más de 10 años viajando por Venezuela, para Arianna es muy difícil escoger una sola anécdota para contar, pero definitivamente se queda con lo que la marca positivamente: un país que la sigue asombrando. Asegura que aunque todo esté ardiendo, “aún hay semillas que se mantienen y que van contra todo”.

Foto: José Daniel Ramos

Asegura que uno de los ejemplos de esta lucha es ella misma, pues grabar Dos de Viaje es “de todo menos una manguangua” debido a los infinitos problemas a los que se enfrentan cuando deben grabar los episodios del programa. Arianna y su mamá se han visto en situaciones complejas en las que aerolíneas dejan de funcionar, los vuelos salen a “horas absurdas” y si van por carretera se consiguen con el problema de no conseguir gasolina o con que las vías están muy deterioradas, entre otros aspectos. 

“Ahí es donde reza mucho el espíritu de mi madre que es ‘no estamos de vacaciones, esto es un trabajo’ y se logra todo contra pronóstico, contra cualquier tipo de obstáculo”, explica Arianna. 

Sin embargo, Arianna se ha cuestionado cientos de veces si seguir con el proyecto de “Dos de Viaje” es lo correcto. En un país en el que las personas se preocupan por lo que van a comer al día siguiente o porque no falte la luz y el agua, entre otras cosas, es sencillo para ella cuestionarse si se encuentra en el camino equivocado al mostrar en el programa “un país bello”. Pero poco a poco ha aprendido de su madre la importancia de resaltar la belleza, porque esa es otra realidad que también está presente. 

Mostrar la belleza del país también es importante, siempre me dicen que no puede ser que yo esté apartada de la realidad, que debo mostrar la realidad. Pero la realidad es muy compleja y esto también es verdad. Hay un montón de gente haciendo cosas maravillosas, esforzándose y saliendo adelante”, asegura con convicción.

Una Arianna llena de sensibilidad

Después de una pausa y en medio de varias lágrimas, Arianna confiesa que es muy difícil mantener ahora un equilibrio entre su vida laboral y su rol de madre. Naturalmente, dice, quisiera dejar todo a un lado y dedicarse cien por cien a su hijo; sin embargo, su profesión la llena de pasión y una realidad que no puede ocultar es que cada día hay más cuentas que pagar. 

“Entonces hay mañanas de mucha culpa, de no saber cómo hacer, cómo me ocupo de un bebé de cuatros meses y además sigo siendo una profesional que hace su trabajo con la calidad que quiere. Vivo diciéndole que no a mil millones de cosas, pero tampoco puedo decirle que no a todo, no puedo apartarme por completo de todo. Quisiera solo dedicarme completamente a mi hijo, pero hay cosas que dependen de uno. Supongo que poco a poco iré encontrando ese equilibrio, pero por ahora es muy rudo”, explica Arianna mientras intenta calmarse y se seca las lágrimas de su rostro. 

Foto: José Daniel Ramos

Después de que se recupera, Arianna piensa también en sus fracasos. Uno solo, detalla. El único fracaso en su vida es al mismo tiempo su mayor orgullo: su divorcio.

Antes de unir su vida a su actual esposo, Gabriel Cárdenas, Arianna vivió otras historias. Cuando se casó por primera vez lo hizo con la ilusión de que era algo que duraría toda la vida y quizá por eso tomar la decisión de divorciarse fue uno de los retos más difíciles que ha tenido que tomar, lo que al mismo tiempo la llena de orgullo.

“Pero toda mi vida cambió para mejor, si yo no me hubiera divorciado quizá no hubiera hecho “Dos de Viaje”, si no me hubiera divorciado no habría conocido a Gabo, si yo no hubiera conocido a Gabo no tendría a Río y no estaría feliz y orgullosa como estoy ahora. Por eso mi mayor fracaso y mi mayor orgullo son la misma cosa, ya que tuve que tomar decisiones duras para ser feliz”. 

La sensibilidad que caracteriza a Arianna también ha despertado su curiosidad, por eso lo que más le gusta de viajar es poder darle respuesta a los cuestionamientos que formula en su mente y tener la capacidad de apreciar con sus propios ojos la naturaleza que la rodea. El entorno natural es algo que define su personalidad y por eso es tan importante para ella encontrarse siempre con la naturaleza y presentarle esta a su hijo, a pesar de que las personas puedan criticarla. 

Cada vez que Arianna tiene que definir a Venezuela en una palabra, ella dice “hogar”, sin más explicaciones. 

Ella piensa que su lugar en la sociedad venezolana es que otros puedan ver a través de ella, la belleza que existe en el país. “Si yo tengo la capacidad de ver lo hermoso en medio de la debacle y las cenizas, es mi responsabilidad enseñárselo a otros”. 

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