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  • La ONG ONSA confirmó que la embarcación salió de la isla el viernes 1° de octubre con 25 personas a bordo, hasta el momento hay un sobreviviente

La Organización Nacional de Salvamento y Seguridad Marítima de los Espacios Acuáticos (ONSA) de Venezuela confirmó un nuevo naufragio en las costas de Delta Amacuro que dejó cuatro muertos y 20 personas desaparecidas. La ONG destacó que hay un sobreviviente. 

La embarcación con 25 tripulantes a bordo partió el viernes 1° de octubre desde Trinidad y Tobago rumbo al Bajo Delta en Venezuela. De acuerdo con ONSA, todos los ocupantes pertenecen a las comunidades indígenas nabasanuka y los warao. 

Radio Fe y Alegría Noticias reseñó que los ciudadanos viajaron a Trinidad y Tobago el martes 28 de septiembre en una embarcación que se asemejaba a un peñero. De acuerdo con información extraoficial, los nombres y edad de los fallecidos son Diana Zolimar Farrera, de 25 años de edad; Betsy Farrera, de 27 años de edad; Yorman Reinoza, de 27 años de edad, y una niña de 4 años de edad.

Sin embargo, Radio Fe y Alegría Noticias no se ha podido corroborar con precisión esta información debido a limitaciones de comunicación directa. El medio añadió que los tripulantes no eran migrantes sino que realizaron el viaje con motivo de vender artesanía y pájaros, según comunicó Radio Fe y Alegría Noticias.

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En Venezuela, los naufragios son más comunes de lo que se podría pensar. En lo que va de año se han registrado al menos otros tres naufragios. 

Lo que se sabe sobre el naufragio que salió de Trinidad y Tobago hacia Delta Amacuro
Imagen referencial

Otro naufragio que se registró este año

El 24 de abril se registró un naufragio de 28 migrantes venezolanos que navegaban en una embarcación que zarpó desde Delta Amacuro con destino a Trinidad y Tobago.

David Smolansky, comisionado de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) para la crisis de migrantes venezolanos, confirmó que la embarcación se hundió en Boca de Serpiente, un sector de la costa venezolana. 

Rafael Domínguez, embajador de Venezuela en Bahamas, explicó para El Diario el 28 de abril que el hecho produjo 18 desaparecidos, siete fallecidos y otros siete rescatados.

El pasado 18 de septiembre zarpó de Chacachacare (Nueva Esparta) la embarcación Don Rafa Junior con 23 personas a bordo. Su destino era la isla Gran Roque (Dependencias Federales), sin embargo, durante el trayecto el barco naufragó. 

Este suceso, en conjunto con el naufragio de la lancha Thor ocurrido a principios de septiembre, han puesto sobre el tapete el tema de la seguridad en altamar y lo constante que este tipo de accidentes en el país.

Naufragio de venezolanos
Imagen referencial

Naufragios: un problema frecuente que pasa desapercibido en Venezuela

El vicecomodoro Luis Guillermo Inciarte, secretario general de la Organización Nacional de Salvamento y Seguridad Marítima de los Espacios Acuáticos de Venezuela (ONSA) explicó previamente para El Diario que este tipo de eventos son relativamente comunes en Venezuela. Apunta que pese a ello, en muchas ocasiones estos sucesos no trascienden a la opinión pública debido a la escasa cobertura de los medios de comunicación.

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“Lo que sucedió con la embarcación Don Rafa Junior es relativamente común; solamente que en esta oportunidad ha habido muchas más cobertura y atención por parte de la población. Además han sido eventos catastróficos. Primero lo que pasó con la embarcación Thor que fue algo catastrófico, pues murió una persona y luego con Don Rafa Junior que por ser de más de 20 personas llamó la atención”, sostuvo el vicecomodoro.

Seguridad en altamar

El vicecomodoro comentó que en Venezuela, al igual que en otros países, existen diversas medidas de seguridad que deben cumplirse para que un barco sea autorizado a zarpar. Señaló que en el caso venezolano las disposiciones en materia de nautica son establecidas por el Instituto Nacional de Espacios Acuáticos (INEA).

Destacó que uno de los requisitos más importantes es que la embarcación haya superado una inspección a profundidad la cual debe ser realizada, de forma anual o bianual, por un perito naval de la capitanía de puertos, un organismo adscrito al INEA. Este funcionario es el responsable de otorgar el certificado de navegabilidad, sin el cual ninguna nave puede operar.

En la inspección se revisan todos los elementos que tanto la ley, como los reglamentos en el caso de la marina deportiva y recreativa y las providencias administrativas que haya emitido el INEA, que es la autoridad acuática, exigen”, explicó.

Inciarte añadió que contar con todos los instrumentos que establece la ley, es de suma importancia, de igual forma que saber utilizarlos de forma efectiva.

“En Venezuela no se puede usar la radio en modo USA porque ese es el de Estados Unidos, lo mismo pasa con el modo CAN, que es de Canadá y funciona con otras frecuencias. Por eso es que para poder utilizarlo correctamente, es necesario cambiarlo al modo internacional. El 80% de las personas que tienen lanchas y radios no saben qué significa eso. Las personas saben utilizar computadoras o celulares a la perfección, pero el radio que es el instrumento que les va a salvar la vida no tienen ni idea de cómo se usa”, afirmó.

El secretario general de ONSA Venezuela concluye que los accidentes en altamar continuarán produciéndose debido a que es algo normal. Por esta razón el llamado que hace es a que los capitanes de las embarcaciones cuenten con todos los implementos necesarios a fin no solo de superar los accidentes que puedan ocurrir, sino también para sobrevivir en caso de ser necesario.

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