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- Esta tendencia emergente busca combinar la tecnología con la responsabilidad ambiental | Foto principal: iStock.
El avance de la tecnología ha hecho que las herramientas creadas a partir de inteligencia artificial (IA) ocupen un lugar indispensable tanto en el sector empresarial como en la vida cotidiana de los usuarios, entre ellos la implementación de los algoritmos verdes.
La influencia de los algoritmos en las redes sociales son un factor clave que le permite a las empresas determinar los intereses de los usuarios, temas de preferencias y sugerencias a seguir en estas plataformas.
Esta tendencia de los algoritmos verdes, diseñados con un enfoque ecológico, están ganando terreno como una solución clave para abordar los desafíos medioambientales asociados con el auge de la IA y la computación en la nube.
¿Qué son los algoritmos verdes?
Los algoritmos verdes son programas informáticos diseñados para minimizar su huella ambiental y que consideran aspectos como el consumo de energía, la gestión de residuos y la eficiencia en el uso de recursos.
A diferencia de los algoritmos tradicionales, que buscan principalmente optimizar la velocidad y el rendimiento, los algoritmos verdes priorizan la sostenibilidad. Trabajan para tratar de lograr un equilibrio entre la tecnología y el medioambiente.
Diferencias con los algoritmos tradicionales
-Eficiencia energética: mientras que los algoritmos tradicionales a menudo buscan la máxima velocidad y rendimiento sin tener en cuenta el consumo energético, los algoritmos verdes se centran en la eficiencia, minimizando el gasto de energía durante la ejecución de tareas computacionales.
-Gestión de residuos: los algoritmos verdes se preocupan por la gestión de residuos digitales promoviendo prácticas que reduzcan la generación de información innecesaria y fomenten la reutilización de datos.
En contraste, los algoritmos tradicionales pueden generar grandes cantidades de datos redundantes sin tener en cuenta su impacto ambiental.
-Adaptabilidad ambiental: estos tipos de algoritmos son diseñados para adaptarse a condiciones cambiantes, ajustando su funcionamiento según la disponibilidad de recursos y la carga de trabajo.
Por otro lado, los algoritmos tradicionales pueden operar en un modo más estático, sin considerar la variabilidad ambiental.
A favor y en contra
Cecilia Danesi, escritora y abogada argentina experta en inteligencia artificial, explica en su libro El imperio de los algoritmos que los sistemas de IA poseen dos caras, una buena y una mala, frente a la protección ambiental y el desarrollo y consumo sostenible.
En una de ellas, resaltó que el desarrollo de algunos modelos de redes neurales genera cinco veces más emisiones de carbono que un carro promedio durante toda su vida útil en Estados Unidos (EE UU), incluyendo la fabricación y el combustible, según una investigación de la Universidad de Massachusetts (Boston, EE UU).
“Para saber cuánta energía consume y cuántas emisiones de CO2 se necesitan para entrenar un modelo de machine learning (aprendizaje de máquina), estudiantes de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) crearon la herramienta Carbontracker, la cual evalúa el impacto ambiental del entrenamiento de esos sistemas”, mencionó la escritora.
Con el propósito de abordar estos problemas es que nace el concepto de algoritmos verdes, en el que, al minimizar el consumo de energía y reducir la generación de residuos digitales, estos algoritmos se alinean con los objetivos de conservación y preservación del medio ambiente.
En un contexto donde las regulaciones medioambientales están en constante evolución, los algoritmos verdes ofrecen a las empresas una ventaja competitiva al garantizar el cumplimiento de las normativas ambientales y demostrar un compromiso con la responsabilidad corporativa.
La adopción de algoritmos verdes no solo tiene beneficios ambientales tangibles, sino que también mejora la imagen de marca de las organizaciones. Los consumidores y socios comerciales están cada vez más conscientes de las cuestiones medioambientales y la elección de tecnologías sostenibles permite generar una percepción positiva.
