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- Sus altas concentraciones producen el deterioro de la calidad de aire. Foto principal: Luis Morillo
Servicios de meteorología y expertos en la materia han reportado densas concentraciones de calima en varias ciudades de Venezuela. El meteorólogo venezolano Luis Vargas explica en su sitio web que cada vez que el país entra en su periodo seco habitual, especialmente entre febrero y mayo, es común la incidencia de este fenómeno en el territorio nacional.
De acuerdo con la información, su presencia se agudiza a medida que se intensifican los incendios forestales. La calima genera un deterioro de la calidad del aire y reduce significativamente la visibilidad horizontal de las ciudades.
#30Ene Además de la calima por humo que se aprecia en buena parte de Venezuela, a partir de hoy comenzará a llegar concentraciones leves a moderadas de una extensa capa de polvo del Sahara; iniciando desde oriente. Estará presente durante esta semana y principios de la próxima pic.twitter.com/9IXSdJ8rI9
— Luis Vargas (@Meteovargas) January 30, 2024
El fenómeno meteorológico, que ha coincidido con la llegada del polvo del Sahara, consiste en la concentración de partículas de polvo, cenizas, arcilla o arena, las cuales están en suspensión y se condensan en la atmósfera.
“Cuando ocurre por efectos del polvo, sales o elementos propios del ambiente, se conoce como calima tipo ‘A’; cuando se produce por eventos especiales, tales como incendios forestales u otros eventos de carácter contaminante, se le denomina calima tipo ‘B’, explica Vargas en su portal web.
Origen del término calima
La teoría árabe establece que la palabra proviene del árabe “qālīm” (قَالِيم), que significa “neblina” o “bruma”. También existe otra corriente que sostiene que su significado deriva del latín “caligo” (calĭgĭnis), que significa “oscuridad” o “tinieblas”
¿Cuándo comienza a reducirse la calima?
Un artículo publicado por Vargas en 2020 señala que las precipitaciones y vientos asociados al periodo lluvioso inciden en la desaparición del humo.
El especialista refiere que las lluvias ayudan a humedecer la materia prima que produce los incendios forestales. Además, también ayudan a atenuar una dinámica atmosférica que permite que las masas de aire que se encuentran en superficie, asciendan a niveles superiores de la troposfera, incluyendo también a las partículas contaminantes.
“Las lluvias irán apareciendo conjuntamente con los sistemas de baja presión en nuestro país, incluyendo a la zona de convergencia intertropical, área de convección por excelencia, y con ello se podrá liberar todos estos contaminantes a la libre atmósfera. Este proceso sinóptico es lo que favorece a la desaparición de un buen porcentaje de la calima”, se puede leer en el texto publicado por el meteorólogo, en el que destaca que la calima no desaparece con las primeras lluvias en el país.
¿La calima es perjudicial para la salud?
Alí García, neumonólogo del hospital general Dr. José Ignacio Baldó (El Algodonal), en Caracas, explicó para El Diario en una entrevista ofrecida en 2020 que el efecto principal que tiene la calima en la salud es la irritación de las mucosas, es decir de los ojos, la nariz, la garganta e incluso la piel.
“Al inhalar esa cantidad de partículas se va a producir irritación en el tracto respiratorio, estornudos, congestión nasal, picazón en el paladar y la garganta y finalmente tos, esos son los principales síntomas respiratorios”, declaró el experto.
Si estos síntomas ya están presentes, el médico recomienda hacer un lavado completo de la cara, nariz y manos para disminuir la reacción alérgica. El médico instó a evitar la automedicación ante la sospecha de un cuadro de salud vinculado con una posible irritación.
Aquellas personas con enfermedades respiratorias crónicas, como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o bronquitis crónica, son particularmente propensas a sufrir los efectos adversos de la calima. La presencia de partículas en el aire puede exacerbar los síntomas en estos individuos.
Niños y ancianos, debido a la sensibilidad de sus sistemas respiratorios y a su potencial debilitamiento, también se encuentran entre los grupos más vulnerables a los efectos de este fenómeno.
La mala calidad del aire asociada con la presencia de partículas en suspensión puede afectar negativamente a estos grupos de edad, aumentando el riesgo de problemas respiratorios y cardiovasculares. Por lo tanto, es esencial que se tomen medidas preventivas durante períodos de calima, como limitar la exposición al aire libre durante las horas de mayor concentración de partículas.
