• Cada  23 de enero los venezolanos conmemoran lo que fue el gobierno de Marcos Pérez Jiménez, aunque con puntos ideológicos diferentes. Rememoran cómo fue el final de la dictadura y también cómo inició una Venezuela democrática

Cada 23 de enero los venezolanos conmemoran lo que se vivió esa misma fecha, pero en 1958, cuando se puso fin a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez que oprimió y torturó ciudadanos durante al menos seis años. 

La sociedad civil también fue una pieza clave para ayudar en la transición a la democracia en 1958. Que los ciudadanos salieran a manifestar a las calles y alzaran su voz fue lo que permitió que no se estableciera un gobierno de transición netamente militar de nuevo, sino uno cívico-militar.

“Es una fecha icónica porque en Venezuela, después de mucha lucha se abrió un camino para poder establecer una democracia para todos los venezolanos. En aquel momento se logró una salida, que comenzó con un golpe de Estado, pero que fue acompañado y apoyado por un movimiento civil importante” explica para El Diario la historiadora y analista política Margarita López Maya.

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Una Venezuela diferente a la de 1958

Las circunstancias de hace 60 años y las de la actualidad venezolana son distintas, a pesar de que en esa época también existía mucho descontento social por los innumerables problemas sociales, políticos y económicos que aquejaban a la población. 

La historiadora Inés Quintero explicó para El Diario que no existe una continuidad histórica exacta entre lo ocurrido en enero de 1958 y la crisis que viven los venezolanos hoy. Coincide con López Maya en que el foco más importante se dirige a la población y a su indudable deseo y demanda de democracia. 

“Es la voluntad de la sociedad venezolana de querer vivir en democracia eso se expresó después del 23 de enero de manera contundente y creo que durante estos 20 años y específicamente en este 23 de enero, una vez más está claro que los venezolanos insisten, demandan, promueven y exigen vivir en democracia” explicó. 

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Una diferencia importante es también la institución militar. Ambas historiadoras coinciden en que la Fuerza Armada de 1958 y la de la actualidad son muy distintas. Específicamente porque la de hace 60 años era una institución castrense mucho más sólida y con una jerarquía más clara que la de los últimos años donde los altos mandos demuestran “pleitesía” hacia Nicolás Maduro.

“Yo creo que hay una diferencia sustancial también entre lo que era la institución militar en el año 58, la que decidió distanciarse, derrocar o propiciar la salida de Pérez Jiménez, a las fuerzas armadas de hoy. Y bueno por supuesto hay una diferencia abismal entre lo que era esa institución armada y la actual”, expresó Inés Quintero.

Mientras que López Maya afirma que “eso es una gran diferencia porque en este momento la fuerza armada está muy debilitada en Venezuela, no tienen una institucionalidad clara. Hoy en día hay un sector militar que no es institucional, los altos mandos le deben pleitesía a Maduro”.

Hay que destacar también la diferencia entre los gobernantes Marcos Pérez Jiménez y Nicolás Maduro. López Maya recuerda que Pérez Jiménez no tenía el respaldo suficiente para continuar en el gobierno y por eso decidió huir del país.

Aparentemente esa no es la intención de Maduro, él siente que no tiene necesidad de negociar, ni de huir, ni de tener una relación con la población. Son cosas bastantes diferentes. Ahora sí es una dictadura, por supuesto”, agregó.n

El inicio del fin de una dictadura 

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Marco Pérez Jiménez llegó a la presidencia en noviembre de 1948 gracias a la conformación de una junta militar que derrocó al presidente civil Rómulo Gallegos. Sin embargo, no fue hasta 1953 cuando Pérez Jiménez tomó protagonismo y una Asamblea Constituyente lo eligió como presidente de Venezuela. Su elección fue cuestionada por muchos ciudadanos debido a que los miembros de este poder no fueron elegidos por voto popular. 

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Las disposiciones transitorias de la Asamblea Constituyente, establecían que su periodo debía culminar a principios de 1958, pero en diciembre de 1957 Pérez Jiménez no convocó a elecciones presidenciales sino a un plebiscito para determinar su continuidad. Los resultados de esta consulta popular arrojaron su reelección y los opositores a su gobierno no los reconocieron, una situación que días después generó fracturas en su cúpula.

El 17 de diciembre de ese año, la Junta Patriótica, organismo clandestino venezolano creado por diferentes partidos políticos para combatir la dictadura en 1957,  aseguraba que Pérez Jiménez estaba usurpando el poder y exhortaron a las Fuerzas Armadas venezolanas a que acataran la Constitución y cumplieran con su deber. 

¿Quiénes integraban la Junta Patriótica? El líder fundador y luchador social Fabricio Ojeda, José Vicente Rangel y Amílcar Gómez del partido URD; Guillermo García Ponce por el partido PCV; Silvestre Bucarán de la juventud de AD y Enrique Aristeguieta de Copei. n

El llamado fue escuchado por las fuerzas del Estado y el 1° de enero de 1958 se produjo un alzamiento militar en contra del mandatario. Aunque la sublevación no tuvo éxito, dejó a la vista que Pérez Jiménez ya no contaba con la confianza de los militares, lo que generó que días más tarde (10 y 13 de enero) realizara cambios en su gabinete.

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La inevitable ruptura de la institución castrense venezolana obligó a salir del país a dos de los grandes aliados del presidente. Se trataba del ministro del Interior, Laureano Vallenilla Lanz y el jefe de la policía política, conocida como Seguridad Nacional, Pedro Estrada. La situación dio esperanza y fuerzas a organizaciones de la sociedad civil, empresarios y organizaciones gremiales, que comenzaron a circular por el país manifiestos en contra del régimen.

Los partidos clandestinos también comenzaron a calentar las calles. La Junta Patriótica hizo un llamado a huelga general para el 21 de enero, iniciando así una jornada de paro con el gremio de la prensa. Luego se transformó en una protesta general en la mayoría de las ciudades de Venezuela. 

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Las masivas manifestaciones se convirtieron en disturbios, miles de personas salieron a las calles a protestar en contra de Marcos Pérez Jiménez. Mientras, el ministerio de Defensa emitió un comunicado para advertir y autorizar a las tropas a abrir fuego en contra de cualquier persona que atentara contra otra persona o contra los bienes del Estado. 

Esto provocó una mayor furia en las calles y a pesar de que el gobierno decretó un toque de queda, la población no se aplacó. A la sociedad civil se le sumó un nuevo alzamiento militar el 22 de enero en el otros estados de Venezuela.

Bases navales como la de La Guaira (Vargas)  y la de Puerto Cabello (Carabobo), cuarteles del interior del país y grupo de oficiales al mando de la Escuela Militar de Caracas, fueron claves para que el gobernante decidiera abandonar el poder la madrugada del 23 de enero. 

Pérez Jiménez salió del Palacio de Miraflores y se trasladó al aeropuerto de La Carlota, donde abordó el avión conocido como “La Vaca Sagrada” que lo llevó a República Dominicana. A penas se hizo pública la información, los ciudadanos volvieron a salir a las calles y saquearon las casas de los principales adeptos al régimen. 

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Los venezolanos atacaron también la sede de la Seguridad Nacional y lincharon a varios funcionarios, esto debido a las innumerables torturas que aplicaron  a los presos políticos en las cárceles.De igual forma, fueron hasta las oficinas del diario oficialista El Heraldo y destruyeron las instalaciones y los equipos. 

Horas después, desde el Palacio de Miraflores se prosiguió a nombrar una Junta de Gobierno Provisional, integrada por civiles y militares, para reemplazar así al gobierno derrocado. El contralmirante Wolfgang Larrazábal fue el presidente de la junta y lo acompañaron los coroneles Carlos Luis Araque, Pedro José Quevedo, Roberto Casanova y Abel Romero Villate. 

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A pesar de que los venezolanos celebraron la nueva junta de gobierno, criticaron e incluso se alzaron en protestas, en contra de los nombramientos de Casanova y Villate, ya que eran  reconocidos miembros del gobierno de Pérez Jiménez. Esto provocó que el día 24 de enero renunciarán y fueran reemplazados por Eugenio Mendoza y Blas Lamberti. 

La Junta Directiva convocó a elecciones para diciembre de ese año, liberaron a todos los presos políticos, a los miembros de la dictadura y los exiliados lograron regresar a Venezuela.

El país inició de esta forma su proceso a la democracia convirtiendo esos 24 días en un sello para una nueva etapa histórica contemporánea.  El 23 de enero de 1958 es considerado como un triunfo del pueblo venezolano.

Ahora, tras más de 60 años de esta fecha histórica, millones de venezolanos han retomado las calles para exigir democracia y la realización inmediata de unas elecciones libres que permitan elegir un nuevo presidente. Aunque, en contextos distintos, los ciudadanos rememoran el grito por la libertad que exigieron otras generaciones en 1958.

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