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- Los astrónomos estudiarán el fenómeno espacial a través del Telescopio Hubble y compartirán el proceso con el público
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) informó sobre un fenómeno estelar, conocido como nova, que promete iluminar el cielo nocturno en cualquier momento entre marzo y septiembre luego de una pequeña explosión en el cielo.
De acuerdo con los astrónomos de la NASA, aparecerá en el firmamento una nueva estrella, Blaze, en la denominada T Coronae Borealis de la Vía Láctea, específicamente en la constelación de la Corona del Norte, situada entre Boötes y Hércules.
Los expertos explicaron este 19 de marzo que esta nueva estrella se podrá observar debido a la explosión de una estrella enana blanca muerte y una gigante roja envejecida. La interacción violenta entre estas dos hace que la más grande se vuelva inestable, libere sus capas externas, desencadene una reacción termonuclear y se convierta en una nueva luz en el cielo.
La agencia espacial estadounidense ha estado monitoreando de cerca este sistema estelar, ya que la última vez que T Coronae Borealis sufrió una erupción explosiva fue en 1946.
El director del departamento de meteoroides de la NASA, William J. Cooke, detalló que la estrella gigante comenzó a atenuarse en 2023, por lo que los datos sugieren que podría estar cerca de convertirse en nova.
La nueva estrella será visible por pocos días
Una vez que alcance su brillo máximo, la nueva estrella será visible a simple vista durante unos días y con binoculares durante una semana, antes de desaparecer nuevamente durante varias décadas.
Se espera que la nova alcance un brillo similar al de Polaris, la estrella Polar, y será visible desde el hemisferio norte del planeta Tierra.
Los astrónomos planean estudiar este evento a través del Telescopio Espacial Hubble y el Observatorio Neil Gehrels Swift, en EE UU con el objetivo de comprender mejor la transferencia de masa entre las estrellas y la fuga termonuclear que ocurre en la superficie de la enana blanca durante una nova.
A través de la cuenta NASAUniverse en X (antes Twitter) se proporcionarán actualizaciones sobre el estallido, el nacimiento de la nueva estrella y su apariencia.
Explosión de estrellas masivas
El telescopio James Webb reveló lo que había sido un secreto para los científicos desde 1987, cuando descubrieron la explosión de una supernova sin poder conocer el resultado del estallido. El 22 de febrero, con los datos recogidos por el instrumento espacial de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) obtuvieron la respuesta: se convirtió en una estrella de neutrones.
De acuerdo con los investigadores, las estrellas masivas acaban sus días estallando como supernovas. La denominada 1987A se detectó en febrero de ese año en la Gran Nube de Magallanes a 160.000 años luz. Es la más cercana y brillante en el cielo nocturno en 400 años, de manera que pudo observarse a simple vista durante varios meses antes de desvanecerse.
El avance obtenido con los datos del James Webb logró las evidencias concluyentes de que hay una estrella de neutrones en el remanente de la supernova, es decir, los restos que quedan después de la explosión son desechos de otras estrellas.
Hasta ahora, los científicos no habían podido detectar directamente el objeto compacto que se esperaba que se produjera durante la explosión, porque la expansión de los escombros lo ocultaban entre gas y polvo denso.
El equipo encontró líneas de emisión de gas de argón y azufre altamente ionizado cerca de donde estalló la estrella original, lo que solo puede explicarse si hay una fuente brillante de radiación ultravioleta y rayos X de una estrella de neutrones, ya sea directa o indirectamente.
“El misterio sobre si una estrella de neutrones se esconde en el polvo ha durado más de 30 años y es emocionante que lo hayamos resuelto”, señaló Mike Barlow, uno de los investigadores de la NASA.
La NASA detalló en su blog oficial que, aproximadamente dos horas antes de la primera observación en luz visible de la supernova 1987A, tres observatorios distintos vieron una explosión de neutrinos que duró solo unos segundos.
