- Votar en las elecciones del 21 de noviembre aún está en debate. El equipo de El Diario corroboró a través de distintas vías que la participación posiblemente no sea masiva. Para los politólogos consultados, lo que hará la diferencia en la participación es la influencia que tengan los políticos sobre su electorado | Foto: Abrahan Moncada / El Diario.
Los venezolanos aún debaten su participación en las elecciones regionales del 21 de noviembre, en medio de dudas sobre los candidatos y sus propuestas, sobre la fiabilidad del proceso convocado por el ilegítimo Consejo Nacional Electoral (CNE) y el reconocimiento por parte del régimen de Nicolás Maduro a quienes resulten electos en los estados y municipios del país.
No obstante, para Piero Trepiccione, aunque existan deficiencias, se podrá realizar un proceso medianamente aceptable. El politólogo destaca que eso será posible, en parte, gracias a la observación internacional de la Unión Europea y a la participación política de los venezolanos; esta última, vital para defender los resultados favorables para la oposición.
Lo que opina la gente
En un recorrido que realizó el equipo de El Diario por la ciudad de Caracas se pudo constatar que, aunque un grupo de personas está dispuesto a participar, apelando a la cultura democrática del voto; otro no lo hará, ya que desconfía del proceso y de quienes lo organizan, así como también de los resultados, que aseguran en su mayoría, serán afectos al régimen.
José Gamboa considera que es un deber y un derecho asistir a votar, pero duda que los resultados tengan influencia verdadera en la resolución de la crisis del país. “Es un momento de encuentro entre los venezolanos”, comenta Jonathan López. Freddy Balsas, por su parte, asevera que, si no vota, no tiene derecho a reclamar.
El equipo de El Diario también realizó una encuesta en Twitter, en la cual se pudo constatar que, de un total de 511 usuarios que se expresaron en ella, un 46,4% no votará, 41,5% sí y un 12,1% aún no decide. Asimismo, los electores aseguraron en su mayoría no conocer a los candidatos (51,3%) ni tampoco sus propuestas (68,5%).
“Tenemos que darle la oportunidad a otros políticos que sí quieren cambiar las cosas en este país”, argumenta Enoc Delgado. Aixa Cardozo, por otro lado, asegura que siempre ha votado y cree que quien no lo hace es por miedo, por falta de respuesta de quienes resultan electos o por la tristeza que provoca la crisis venezolana en los distintos estratos sociales.
“La abstención, al igual que el sufragio, es un mecanismo de participación política, especialmente en sistemas como el nuestro, donde el voto es voluntario. Cuando la gente mayoritariamente no va a votar, eso envía un poderoso mensaje al sistema. En el caso venezolano, ese mensaje es la profunda desconfianza que la gente siente hacia el sistema y la percepción de que este proceso no va a contribuir al cambio político”, resalta Enderson Sequera.
Participación podría superar el 50%
Según Trepiccione, aunque predomine un clima de indiferencia o dudas con respecto al voto, la participación podría superar el umbral del 50%, tomando en cuenta también la naturaleza de la elección y la conexión de la población con los candidatos locales. Opina que a medida que se acerque el 21 de noviembre, más personas se sumarán al proceso.
De acuerdo con el experto, la gente ha entendido que la abstención cumplió un rol en un momento determinado. Igualmente dice que, en este momento, las personas opinan que el poder de la participación puede tener más impacto en el futuro político del país que con la abstención.
La campaña electoral y las irregularidades
Por su parte, Enderson Sequera comenta estar poco optimista con respecto a la participación, señalando que prevé que esta no supere el 40%. Esto se debe a las irregularidades que han ocurrido durante el proceso previo a los comicios y durante la campaña electoral; que cierra el 18 de noviembre.
El uso de los recursos del Estado para la campaña oficialista es una de las principales denuncias. “El organismo no ha hecho nada significativo para sancionar las violaciones a la normativa electoral por parte del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus líderes”, subraya el politólogo.
“Si los observadores internacionales cumplen con su trabajo y hacen la tarea, esto dará como resultados informes muy negativos que evidenciarán la ausencia de condiciones electorales”, explica Sequera.
El politólogo opina que el principal movilizador en Venezuela es un cambio político, por lo que, cuando la gente percibe que se le convoca para buscar lograrlo y hay una ruta clara de hacerlo, se pueden involucrar. Cuando no ocurre, por errores de la oposición o por las acciones del régimen, la gente se decepciona, se desilusiona, se frustra y esto da como resultado un alejamiento de la política.
Los expertos concuerdan en que, aunque ningún candidato de oposición tenga acceso a medios masivos independientes, ni a los canales del Estado para llevar sus propuestas, las redes sociales cumplirán un rol importante dentro de la campaña electoral y para promover la participación.
La desconexión de los políticos con la gente
Los expertos consultados por El Diario afirman que existe una desconexión de los políticos y candidatos con la realidad del país y las necesidades de la población, que no está siendo atendida de manera adecuada. Esto imposibilita que, por ejemplo, la oposición se organice adecuadamente para las próximas elecciones presidenciales.
“Los partidos en lugar de aprovechar tácticamente las elecciones regionales para difundir un mensaje de resistencia democrática, han convertido este proceso en una caricatura”, expresa Sequera. Esta desconexión se ve reflejada en las propuestas de distintos candidatos en las regionales del 21 de noviembre, quienes en diversos casos proponen generalidades o cuestiones que no están directamente relacionadas a su cargo.
El politólogo considera que es posible que se inicie el debate por el referéndum revocatorio. “A partir del 10 de enero de 2022, los venezolanos pueden solicitar este mecanismo. Dependerá del liderazgo si convierten al revocatorio en un paraguas donde caben todos, en una herramienta para unificar voluntades y recursos, o en un elemento divisivo más”, subraya Sequera.
De momento, el panorama de cara a las elecciones regionales del 21 de noviembre es incierto para los ciudadanos encuestados, quienes opinan en su mayoría que su objetivo hoy, lejos de asistir a votar, es sobrevivir a la crisis que imposibilita que puedan alimentar o trabajar en condiciones óptimas.