• Todas las primeras veces traen consigo la valentía de emprender un camino desconocido. Y en esa historia destaca la de una mujer que se quitó el peso de ser solamente “la mujer de Jóvito Villalba” para convertirse en diputada y la primera líder de un partido político en Latinoamérica

A pesar de haber luchado desde los albores de la democracia, pasaron muchas décadas antes de que las mujeres lograran participar plenamente en la política venezolana. Si bien desde 1948 tuvieron presencia en espacios legislativos como el Congreso, no fue hasta finales de la década de los ochenta que se vio por primera vez a una candidata aspirar a la presidencia de la República. 

El país ya tenía 30 años en democracia cuando Ismenia de Villalba decidió postularse para las elecciones generales de 1988. Durante décadas había sido una espectadora cercana de la construcción de esa república, e incluso incursionó en ese ámbito parlamentario con un ascenso bastante rápido. Su sonrisa modesta y porte señorial, acompañado de un corazón como símbolo buscaban resaltar su feminidad como elemento diferenciador en un entorno lleno de hombres en saco y corbata. 

Por primera vez, las mujeres venezolanas pudieron sentirse representadas en el tarjetón electoral al elegir a un gobernante. Aunque no ganó, marcó un precedente que fue seguido por otras dirigentes, quienes no solo se postularon también a la presidencia en comicios siguientes, sino que también optaron a otros cargos más cercanos a la gente como gobernaciones y alcaldías poco tiempo después, cuando se celebraron en 1989 las primeras elecciones regionales del país. En cierto modo, Villalba fue una pionera que allanó el camino para todas las mujeres que sueñan con tomar las riendas de su propia tierra. 

Testigo de la historia

Mujeres en la política venezolana: Ismenia de Villalba
Ismenia junto a su esposo, Jóvito Villalba (izquierda). Foto: cortesía

Ismenia Villalba nació en Pampatar, estado Nueva Esparta, el 18 de septiembre de 1929. Era hija de Isaías Garvira y Carmen Mercedes Villalba. A los 20 años de edad se casó con Jóvito Villalba, quien no solo había tenido un matrimonio anterior y le duplicaba la edad, sino que además era su tío materno.

Para ese momento, Jóvito era el líder del partido Unión Republicana Democrática (URD) y principal opositor a la Junta Militar que gobernaba Venezuela. Ismenia fue testigo del fraude del 30 de noviembre de 1952, en las que URD ganó las elecciones para la asamblea constituyente, pero tras varios días de silencio, el 2 de diciembre se proclamó a Marcos Pérez Jiménez como presidente. Jóvito fue llamado a una reunión en el Ministerio de Relaciones Interiores, pero allí fue detenido y desterrado hacia Panamá.

Ismenia lo acompañó meses después en Estados Unidos, donde se radicaron por un tiempo. Durante la dictadura perezjimenista, la familia vivió en Trinidad y Tobago y México, para volver a Venezuela en 1958, al establecerse la democracia. URD fue uno de los partidos firmantes del denominado Pacto de Puntofijo, el cual abandonó en 1960. Jóvito aspiró nuevamente a la presidencia en 1963 y 1973 sin éxito, mientras Ismenia iba consolidando su imagen como activista y abogada. 

Carrera propia

Luego de muchos años de ser conocida como “la mujer de Jóvito”, Villalba decidió construir su propia carrera política. En 1978 resultó electa como concejala del entonces Distrito Federal, por lo que pasó a encabezar también la dirección de URD en Caracas. Posteriormente compitió en las elecciones parlamentarias, donde se convirtió en diputada por dos periodos consecutivos, representando primero a Caracas y luego a su natal Nueva Esparta.

Como diputada por su discurso del 5 de julio de 1986, en una sesión conjunta del Congreso entre la Cámara de Diputados y la de Senadores. Allí, Villalba advirtió sobre la necesidad de una reforma profunda del Estado y del sistema político venezolano, abogando por la descentralización y la elección de gobernadores por voto directo. 

Aquel discurso en el Congreso impulsó la carrera de Villalba y le dio un segundo aire a su partido, el cual ya había perdido la fuerza de sus mejores años. Así, en 1987 Ismenia fue elegida presidenta de URD. Era la primera vez en la historia no solo de Venezuela, sino de toda Latinoamérica, que una mujer lideraba un partido político. 

”No soy yo, sino el ascenso de una mujer a la presidencia de un partido. Entonces ya eso es un logro de la mujer venezolana y no mío”, comentó al respecto en una entrevista al programa de televisión Buenos días en marzo de ese año.

Candidatura

Mujeres en la política venezolana: Ismenia de Villalba
De izquierda a derecha: Carlos Andrés Pérez, Ismenia de Villalba, Teodoro Petkoff, Freddy Muñoz y Pompeyo Márquez. Foto: Bernabé Gutiérrez.

En esa entrevista, Sofía Ímber y Carlos Rangel instaron animadamente a Villalba a competir en las elecciones presidenciales del año siguiente. Aunque al principio lo negó con timidez, tres meses después volvió a conversar con ambos presentadores en su programa, ahora como la precandidata de URD. “Ya no se puede hablar de hombres de Estado, sino de hombres y de mujeres de Estado”, comentó.

A pesar de que URD formaba parte de la coalición oficialista al gobierno de Jaime Lusinchi, Villalba se volvió crítica de la situación económica del país y la corrupción que se había extendido en diferentes instituciones públicas. Adoptó como símbolo de su campaña un gran corazón rojo que hacía contraste con un fondo amarillo, color de su partido. Su lema era “Nos crecemos ante las dificultades” y “Sella dos veces la amarilla con el corazón”. 

Las propuestas de Villalba se centraron principalmente en la educación, con programas de guarderías y comedores infantiles en zonas populares. Aunque con frecuencia se minimizaba su trayectoria aludiendo al hecho de ser la esposa de Jóvito Villalba, en sus entrevistas no lo veía como algo malo. Por el contrario, lo presumía y se consideraba a sí misma su “alumna”, tomando como suyos tantos sus aciertos como errores. De igual modo, manifestó su admiración por líderes políticas importantes como la ex primera ministra de India, Indira Gandhi; la expresidenta del Parlamento Europeo Simone Veil o la ex primera ministra de Israel, Golda Meir.

Los comicios

Villalba acudió a las elecciones apoyada solo por las tarjetas de URD e Integración Electoral Renovadora. Aunque figuras como Sofía Ímber o el caricaturista Pedro León Zapata auspiciaron su campaña, no pudo competir contra un Carlos Andrés Pérez que aspiraba por segunda vez a la presidencia, movido por todo el peso de la maquinaria de Acción Democrática.

Al final CAP arrasó con el 52,89 % seguido por Eduardo Fernández, de Copei, y Teodoro Petkoff, del Movimiento al Socialismo (MAS). Por su parte, Ismenia quedó en el quinto lugar con 61.732 votos (0,84 %). Aun así, logró quedar arriba de otros candidatos que habían sido más populares en las encuestas, como Edmundo Chirinos o Andrés Velásquez. 

Quizás no había logrado convertirse en su primer intento en la primera presidenta de Venezuela, pero aquellos resultados demostraron su potencial para continuar en el juego político. Sin embargo, el 8 de julio de 1989 Jóvito Villalba falleció a los 81 años de edad. Ismenia decidió entonces renunciar a la dirigencia de URD y se retiró de la vida pública. Dos décadas después, el 19 de septiembre de 2009, Ismenia Villalba murió a los 80 años de edad. Sus restos fueron posteriormente trasladados a su pueblo natal, y reposan en el cementerio de Pampatar.

Este artículo fue hecho como parte de las Mentorías Editoriales del Semillero Violeta de la Red de Periodistas Venezolanas

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