•  La actriz estrenó durante la cuarentena el web show La rocolera, una serie de entrevistas que tienen como punto de encuentro la música. Preparaba volver al teatro antes de la pandemia con una obra que pensaba presentar en Venezuela. Foto principal: Brigitte Diez

Cuando Eloísa Maturén filmaba The Exorcism of God, la próxima película de Alejandro Hidalgo, la actriz sacaba sus audífonos para escuchar “Aguanile”, de Héctor Lavoe y Willie Colón. Se iba a un rincón y empezaba a bailar. Cinco minutos después entraba al set a grabar.

En el largometraje interpreta a una virgen endemoniada. Y esa fue la manera que encontró para entrar en personaje, a través de esa canción que va incrementando su intensidad desde las percusiones de los primeros minutos, hasta que retumba y estalla. Solución para la posesión.  

La actuación es primordial en este momento para ella. De hecho, antes de la cuarentena por la pandemia de covid-19 sus planes apuntaban al teatro; una obra en la que actuaran Luigi Sciamanna y ella, bajo la dirección de Basilio Álvarez. Lo habían conversado; entre las opciones, Oleanna de David Mamet. La idea era presentarla primero en Caracas, y luego exhibir en Miami y Los Ángeles.  

Gente conocida. Con ellos formó parte del elenco de Gente ociosa el año pasado en Miami. “Una experiencia que me hizo darme cuenta de que quiero hacer teatro el resto de mi vida. Y uno de mis sueños es volver a Venezuela para hacer una buena temporada de teatro”, dice para El Diario quien por esos encuentros fortuitos de la vida llegó a actuar en la película Liz en septiembre de Fina Torres, estrenada en Venezuela en 2014.

Eloisa Maturén estrenó a finales de marzo La rocolera, un programa en Youtube de entrevistas
Foto: Brigitte Diez

Pero llegó la pandemia, amenazante como daga que desconcierta en la oscuridad. Y en ese desasosiego surgió una idea que involucró en principio a amigos, y que ahora se perfila como un espacio de encuentro con distintas personalidades del arte y el entretenimiento. “Salió la periodista que hay en mí”, recuerda la comunicadora social graduada en la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Eloisa Maturén estrenó a finales de marzo La rocolera, un programa en Youtube de entrevistas en la que la música es el asidero de una conversación centrada en emociones y anécdotas a partir de las canciones que el invitado comparte.  

Comenzó con su gran amiga María Gabriela de Faría. Cada una desde su casa, dio infidencias a partir de acordes y compases. El episodio salió el 30 de marzo, y en los primeros segundos, Eloísa Maturén dice: “Nació hace una semana cuando empecé a darme cuenta que la cuarentena iba en serio. Que no sería un par de días”, dice la actriz al comienzo del programa.

Y era natural que la música fuera un punto de partida para el encuentro. El encierro ha trastocado la tranquilidad de muchos, pero también la música ha sido ancla. En el caso de ella, un hilo conductor de la vida para quien ha sido bailarina que llegó a pertenecer al Ballet Teresa Carreño.

La primera canción fue “The Carpet Crawlers”, de Genesis, en la que Peter Gabriel invita, en insiste, en que es necesario entrar para después salir, una letra que De Faría vinculó a su experiencia en una vida con ataques de pánico y ansiedad. “No tengo que salir corriendo. Tengo que estar presente con mi miedo, con todo lo que soy en mi vida, que también es esta oscuridad”, confesó.

De eso se trata La rocolera, de adentrarse en ese mundo íntimo que hay en cada canción y su encuentro con el individuo. Una obra puede ser muy popular, pero la experiencia siempre será personal. 

La música va directo a la emoción. Muy pocas veces pasa por lo racional. Cuando hay una conexión emocional con una melodía, tiene un poder para transportarte al momento en el que tienes una memoria con esa canción”, afirma Maturén.

Y es que La rocolera también ha sido un descubrimiento para ella de sus mejores amigos. Por ejemplo, no sabía que la salsa era tanto para George Harris, su hermano del alma, a quien conoció hace casi 20 años en Madrid.  

Desde marzo, y para el momento de esta conversación, han sido 31 episodios en los que han estado figuras como Polo Troconis, Mariaca Semprún, Luis Enrique, Tania Sarabia, Beto Arvelo, Yordano, Maite Delgado, Cheo Pardo, Magic Juan, Siudy Garrido y Juan Carlos Arciniegas.

Ha sido una locura. La rocolera me salvó en la cuarentena. Porque a todos nos quitaron el piso, la alfombra, y nos quedamos en el aire. Nosotros los actores, sin audiciones y obras, nos preguntamos qué hacer. Nació como un impulso a ayudar a la gente a través de formas que me han ayudado a mí, como en este caso es la música, así como el baile”, cuenta desde su residencia en Los Ángeles, donde vive desde hace 5 años.

El programa, o web show como se dice en estos tiempos, ha permitido además ver una faceta diferente de varios artistas, incluso consagrados como Luis Enrique, que pueden llegar a abrirse tan solo con las primeras notas de una canción. “Esta experiencia me ha reiterado algo que he entendido con la actuación. Lo más hermoso de un artista es tener la capacidad y la valentía de mostrar su lado vulnerable con la audiencia. Eso no es fácil porque todos tenemos máscaras con las que nos protegemos desde niño, bien sea del bullying en el colegio o de un entorno familiar que no es positivo. Esa entrevista con Luis Enrique me recordó eso”, comenta sobre un músico que ganó en 2019 el Latin Grammy junto con C4 Trío por el disco Tiempo al tiempo.

Ríe cuando le preguntan qué hay en la rocola de ella en este momento. Pero hizo una promesa. Con el salsero nicaragüense acordó que ahora será él quien la entreviste, pero puede adelantar que en su playlist está “Cheek To Cheek”, de Ella Fitzgerald y Louis Armstrong. “Yo se la cantaba a mi hijo Martín cuando era chiquito. La letra dice que no importan los obstáculos, que así haya que subir montañas, siempre estaré ahí para bailar cachete con cachete. (Ríe)”.

No solo han sido los artistas. En los comentarios hay espectadores que comparten sus canciones y recuerdos. “Mira qué bonito cómo una idea sirve para que la gente se sienta identificada. Son como los aplausos que el actor recibe sobre el escenario”.

Otro programa

La rocolera no será el único proyecto para su canal de Youtube. Ya afina los detalles de Imperfect, que en principio tendrá 7 episodios en los que hablará sobre herramientas que ella ha practicado para superar momentos adversos.

“Será sobre lo que soy en esencia, para que la gente se lleve algo práctico.  Herramientas que he tomado en los últimos cinco años que me han ayudado a conectar con mi versión más auténtica. No ha sido un viaje fácil, porque todo esto comenzó en un momento en el que hubo muchos cambios en mi vida. Me mudé a otra ciudad, cambié de profesión porque empecé a actuar de repente, me divorcié, de alguna forma empecé a ser madre soltera”.

Empezó a meditar, como ha dicho en Instagram, así como terapia Gestalt. Ahora, trazó una ruta que espera les sirva a otras personas que vean lo que ahora tiene que decir.

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No dejará de hacer La rocolera, de la que hará versiones, que empezarán con el arquitecto canadiense Frank Gehry, quien se ha encargado por ejemplo del diseño de escenas de obras en las que ella ha participado como ¡Ay, Carmela!. También está en la lista el cineasta brasileño José Padilha, quien dio de escribir a la crítica en 2007 por Tropa de élite.

También, durante el confinamiento, surgió otra idea, que involucra a María Gabriela de Faría y Samantha Dagnino: una película. Dagnino escribe un guion sobre tres hermanas que viven en ciudades diferentes y tienen tiempo sin verse. No se soportan, pero cuando muere la madre, tienen que ir a Los Ángeles a resolver los asuntos de la casa materna. Pero en medio de esas diligencias, comienza la pandemia. “Creo que Samantha será la directora. Queremos que sea un proyecto de mujeres”.

La danza en el país

Antes de actriz, Eloísa Maturén se presentaba como bailarina clásica. Llegó a formar parte del Ballet del Teatro Teresa Carreño y organizó el Festival Viva Nebrada, que luego cambió su nombre a Festival Vive La Danza.

Un mundo en el que se formó, y que ha sido afectado, como otras artes, de la crisis que vive el país. “Obviamente las compañías pequeñas no pueden sobrevivir sin el apoyo del Estado, mecenas o empresas privadas. La gente ha optado por marcharse, pero siento que el empeño está en los que están educando en las escuelas que permanecen. Lo que pasa es que se gradúan, y no entran en la compañía del Teresa Carreño, se tienen que marchar. ¿Qué más pueden hacer? Hay compañeros que se mantienen, hacen presentaciones pequeñas, buscan subsidios para ir a festivales”.

Sin dudas, hay planes para retomar el festival. “Yo quiero, yo quiero. De las oportunidades profesionales que he tenido, el festival es de lo que más me ha llenado el corazón, nada más por poder hacer que todo ese público se reuniera en una plaza para ver a esos bailarines. Estar al servicio de la danza. No sé cuándo será, no lo he pensado, pero no lo descarto. Tal vez una versión más pequeña, pero ahora que lo hablamos, puedo empezar a explorar esa posibilidad”.

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Venezuela en mente

Eloísa Maturén recuerda que recientemente un amigo le comentó que se sorprendía de cómo se mantiene conectada a Venezuela, que siempre hay una referencia, algún recuerdo, un plan para llevar a cabo en su país.

Hace pocos días publicó en redes que se certificó como maestra de yoga kundalini, vivencia de la que hablará en el primer episodio de Imperfect. Esta rama del yoga, que empezó a practicar hace dos años, se enfoca más en la respiración y meditación que en lo físico.

“¿Sabes qué pensé? Cuando toque reconstruir Venezuela, seré una de las primeras en estar ahí, y esto será una herramienta útil. Ayuda a manjar niveles agudos de ansiedad, tener claridad mental para desarrollar proyectos, y una forma de mantener balanceadas las emociones”.

Y ese país que siempre tiene en mente, se lo transmite a su hijo Martín, rodeado constantemente de esas conversaciones constantes con los amigos venezolanos en Los Ángeles, así como música y comida de esos lares. Por ejemplo, le muestra fotos del a Gran Sabana o de los Médanos de Coro, o lee el libro Guachipira va de viaje, de Arianna Arteaga Quintero, sobre un colibrí que recorre Venezuela. “Incluso imita a su abuela, que es de Barquisimeto, y dice ‘ah mundo’ (Ríe)”. 

Este artículo de El Diario fue editado por: Irelis Durand |Génesis Herrera.

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