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  • La FAO indicó que en el territorio un porcentaje de la población venezolana deja de comer durante un día entero por no tener la capacidad económica

La Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) alertó que, por la pandemia del covid-19, el hambre y la inseguridad alimentaria se incrementó en Latinoamérica y el Caribe durante el año 2020.

De acuerdo con datos de un informe publicado el 30 de noviembre, la inseguridad alimentaria afectó al 41 % de la población de la región, incidiendo de manera grave en la vida de 267 millones de personas.

La FAO también refiere un listado de países con mayor prevalencia de hambre y falta de condiciones en el continente.

Entre ellos, Venezuela se encuentra en el segundo lugar y solo es superado por Haití.

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Haití (46,8 %), Venezuela (27,4 %), Nicaragua (19,3 %), Guatemala (16,8 %) y Honduras (13,5 %) son los países con los mayores índices de inseguridad alimentaria en la región.

En el resto de los países de Latinoamérica, como Brasil y Uruguay, registraron una prevalencia inferior al 10 % y menor al 2,5 %, respectivamente.

En 2020, 267 millones de personas padecieron inseguridad alimentaria moderada o grave.

La organización mundial define la inseguridad alimentaria como la situación en que una gran parte de la población no tiene acceso físico o económico a comida en cantidad o calidad suficiente para su salud y desarrollo.

También se le considera como inseguridad alimentaria grave o moderada grave cuando las personas llegan a pasar un día entero sin comer.

Por está categoría se contabilizaron al menos 92,8 millones de personas, una cifra que casi duplica la de 2014 (47,6 millones).

En 30 % de los hogares venezolanos aceptan trabajar a cambio de alimentos

Una investigación realizada por el Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Ovsan) detalló que en Venezuela solamente el 9 % de las familias viven en una situación de seguridad alimentaria, mientras que 90,7 % se encuentra en los tres restantes escalafones.

Venezuela es el segundo país de Latinoamérica donde más se pasa hambre
Efe

“La familia venezolana ha sacrificado sus bienes y medios de vida para enfrentar el hambre y la inseguridad alimentaria, que vulneran la salud y la vida de los integrantes de la familia”, refiere el estudio.

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Al analizar los datos recopilados en la encuesta realizada por el organismo, se descubrió que las entidades donde se registran los mayores porcentajes de inseguridad alimentaria son:

–Amazonas (83,3%)nn–Apure (52,9%)nn–Falcón (52,9%)nn–Delta Amacuro (50,0%)nn–Yaracuy (40,4%)

Para sobrevivir, el 33 % de los hogares ha aceptado trabajar a cambio de comida y el 20 % ha vendido bienes familiares para cubrir necesidades básicas. Seis de cada diez familias han gastado sus ahorros en comida”, se de talla en el informe publicado en 2020.

En Venezuela 7 de cada 10 venezolanos no consumen carne de res

El estudio del Ovsan también reveló el alcance de la inseguridad alimentaria que impera en el país.

La investigación, realizada entre diciembre de 2020 y febrero de 2021, arrojó que cerca de 70 % de los venezolanos no consumen carne de res, debido, entre otras cosas, a su elevado precio.

Estas cifras respaldan los pronunciamientos de representantes del Instituto Venezolano de la Leche y la Carne (Invelecar).

Según estimaciones de este último, en el país se consumen unos tres kilogramos de carne por persona, lo que ubica a Venezuela como uno de los países con la menor ingesta de esta proteína en toda la región.

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La situación en materia alimentaria es aún más alarmante al observar que los niveles de consumo de otros alimentos, como por ejemplo el pescado, solo tiene acceso 13.7 % de la población.

Desde el Ovsan también apuntan que existen otros factores que demuestran la inseguridad alimentaria que viven los venezolanos.

Entre ellos destacan el hecho de que 74% de los consultados adquieren sus alimentos de forma diaria, pues no cuentan con los recursos para hacer compras para plazos más largos.

Mientras que 56% de los venezolanos se ven obligados a tener que utilizar sus ahorros para poder acceder a ellos, 44% trabaja con pagos en alimentos y 55% restringe el consumo de alimentos.

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