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  • Agentes del régimen de Daniel Ortega irrumpieron en la madrugada en la curia episcopal de la Diócesis de Matagalpa. El sacerdote era una de las voces más críticas contra las violaciones de derechos humanos y represión en ese país

Durante la madrugada del 19 de agosto, fuerzas policiales irrumpieron en la Diócesis de Matagalpa, al norte de Nicaragua. Allí detuvieron al obispo Rolando Álvarez, una de las voces más críticas contra el régimen de Daniel Ortega. Además de él también arrestaron a cinco sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo. Todo esto como parte de la escalada de tensión y persecución que sostienen las autoridades contra la Iglesia Católica de ese país.

Álvarez fue sacado de la curia episcopal, en la que ya tenía 15 días recluido, y lo llevaron a la residencia de su familia en Managua, donde ahora cumplirá arresto domiciliario. Al resto también los trasladaron a la capital para investigaciones. De acuerdo con la agencia EFE, están en la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como la cárcel de Chipote.

Durante varios días se esperó con mucha paciencia, prudencia, y sentido de responsabilidad una comunicación positiva del Obispado de Matagalpa, que nunca llegó a darse y que, al persistir las actividades desestabilizadoras y provocadoras, hizo necesario el citado operativo de orden público”, aseguró la Policía Nacional en un comunicado.

Las “actividades provocadoras” a las que se refiere la nota eran las misas celebradas por el obispo Álvarez, en las que predicaba contra las sistemáticas violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen sandinista. El 4 de agosto, un cerco de antimotines, armados con escudos blindados y bastones, se instaló en la entrada de la iglesia para impedir la entrada o salida del lugar. En redes sociales se viralizaron las imágenes del obispo en la puerta dando su sermón a los fieles apostados en la calle. Incluso llegó a dar la comunión a través de las rejas, forcejeando con los guardias.

Estado de salud del obispo

La Policía Nacional indicó que los oficiales ya se retiraron de la iglesia y la Curia de Matagalpa quedó a cargo del vicario Óscar Escoto. Este mismo viernes el vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, cardenal Leopoldo Brenes, visitó al obispo. en la casa donde permanecerá bajo custodia. “Si bien su condición física está desmejorada, su ánimo y espíritu están fuertes”, declaró.

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Cuando comenzó la escalada contra su iglesia, Álvarez se declaró en ayuno permanente “a base de agua y suero” hasta que la situación fuera superada. De allí que su estado de salud en los últimos 15 días se haya deteriorado.

La Arquidiócesis de Managua emitió un comunicado en el que se solidariza con la Diócesis de Matagalpa por lo ocurrido. “Conscientes que la oración es la fuerza del cristiano, invitamos a continuar implorando a Cristo que interceda y vele por éste su pequeño rebaño”, señaló Brenes.

¿Quién es el obispo Rolando Álvarez?

Persecución contra la Iglesia en Nicaragua: arrestan al obispo Rolando Álvarez
Foto: EFE

Rolando Álvarez Lagos nació en Managua el 27 de noviembre de 1966. De joven vivió el estallido de la revolución sandinista y se negó a prestar el servicio militar obligatorio que exigía la nueva Junta de Gobierno. Por esto lo detuvieron en varias ocasiones hasta que finalmente huyó a Guatemala como refugiado. Regresaría a su país años después de hacer estudios en Roma de teología y filosofía. Se ordenó como sacerdote en 1994.

Fue coordinador de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Managua y secretario de Medios de Comunicación de la Conferencia Episcopal, donde fungió como director de la Radio Católica de Nicaragua. En 2011 fue nombrado obispo de Matagalpa por el papa Benedicto XVI.

Álvarez se hizo conocido por su carisma y jovialidad en las misas, además de su interés en llegar a las comunidades más remotas del norte del país, a veces dando sus misas sobre lanchas o a caballo. También por su preocupación por las causas sociales, como en 2015, cuando acompañó las marchas de campesinos en el municipio Rancho Grande en contra de un proyecto minero. Su cancelación se considera como una de las pocas veces que el régimen cedió ante la presión ciudadana.

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Con el estallido de las protestas contra Daniel Ortega en el año 2018, Álvarez se hizo conocido por opinar abiertamente contra la represión y violencia ejercida por el Estado nicaragüense y los grupos de choque sandinistas. Estos comentarios en sus misas y en su cuenta de Twitter lo pusieron en el ojo de las autoridades, siendo retenido por varios días y acusado de terrorismo al usar la Catedral de Matagalpa para refugiar a manifestantes que escapaban de la policía.

A principios de agosto, cuando comenzó la persecución del régimen de Ortega contra la Iglesia, se le prohibió a Álvarez dar misa en la catedral. En respuesta, salió con Santísimo Sacramento a la calle a repartir la Eucaristía, hasta que fue reprimido por los oficiales. A raíz de eso comenzó el cerco policial alrededor del palacio episcopal.

Persecución

Persecución contra la Iglesia en Nicaragua: arrestan al obispo Rolando Álvarez
Cerco policial contra la iglesia en Matagalpa. Foto: Cortesía

Las relaciones entre la Iglesia y el gobierno sandinista han sido históricamente tensas; sin embargo, no habían llegado a su punto de quiebre hasta las protestas de 2018. En ese momento la Conferencia Episcopal fungió como mediadora en una mesa de diálogo que no prosperó. De hecho, el régimen de Ortega en ese momento acusó a los sacerdotes de instigar acciones terroristas y desestabilizadoras. Actos como la carta abierta en la que solicitaron un adelanto de las elecciones presidenciales tampoco mejoraron las tensiones.

Pero no fue sino hasta este año que el régimen inició su ofensiva, principalmente con el cierre de medios de comunicación. Si bien la persecución contra la prensa es generalizada, en los últimos meses se ha enfocado principalmente en aquellos propiedad de la Iglesia. Se estima que hasta el momento han sido clausuradas 11 emisoras de radio y 4 canales de televisión. La mayoría de estos precisamente estaban en Matagalpa.

Estas acciones se han complementado con un hostigamiento de los sacerdotes por parte de la policía y grupos oficialistas, quienes han perpetrado actos vandálicos contra sus edificios. Antes que Álvarez y su grupo, ya habían sido detenidos otros tres religiosos por resistirse a la autoridad al decidir dar misas en lugares públicos. Esto luego de que en las últimas semanas Ortega prohibiera totalmente la celebración de procesiones y las vigilias. Todos están recluidos en la cárcel de Chipote, donde se rumora que son víctimas de torturas y maltratos.

Silencio en el Vaticano

El deterioro tan rápido de los derechos fundamentales en Nicaragua y la persecución contra la Iglesia ha causado indignación en gran parte de Latinoamérica. Las Conferencias Episcopales de varios países como Venezuela han emitido cartas expresando su preocupación, mientras sacerdotes mexicanos protestaron frente a la embajada nicaragüense de ese país. Se han sumado los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea, así como la propia Organización de Naciones Unidas (ONU).

Sin embargo, un silencio notable por parte del papa Francisco y las autoridades del Vaticano ha llamado la atención y despertado fuertes críticas. Hasta la fecha el pontífice no ha hecho siquiera mención de lo ocurre en Nicaragua ni ha condenado la detención de varios sacerdotes. El único representante de la Santa Sede que ha dicho al respecto es Juan Antonio Cruz, observador permanente ante la Organización de los Estados Americanos (OEA). En una carta del 13 de agosto, manifestó su preocupación y pidió a ambas partes “encontrar caminos de entendimiento”.

Esto llevó a la Iniciativa Democrática de España y las Américas (Idea) a pedirle a Francisco tener una “postura firme” ante los abusos del régimen de Ortega. En una carta firmada por 25 expresidentes y jefes de Gobierno Hispanoamericanos, instaron también a la ciudadanía y a las cabezas de otras religiones a manifestarse ante los atropellos que sufre la Iglesia Católica, comparándolo con el asedio contra el pueblo judió por los nazis en 1933.

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