- El sector eléctrico continúa en colapso desde el mega apagón de hace dos años. Venezuela cuenta con una capacidad termoeléctrica activa de entre 1.500 y 2.000 megavatios, cuando la instalada, y necesaria para operar, es de 15.000 megavatios
Los venezolanos recuerdan el 7 de marzo de 2019 como un día que inició como cualquier otro, pero que terminó con una oscuridad que se extendió en casi todo el país durante una semana.
Electrodomésticos dañados, hospitales en emergencia y la imposibilidad de hacer pagos electrónicos, en un contexto donde imperaba la escasez de dinero efectivo, marcaron aquella escena que quedó en la memoria de la población.
Los expertos han explicado que el blackout de 2019, y los constantes apagones que se repitieron a lo largo de estos años, se deben al grave deterioro del sector; también a la falta de inversión por parte del régimen venezolano. Mientras que la Administración de Nicolás Maduro ha insistido en que se deben a sabotajes para “desestabilizar” su gestión.
El ingeniero eléctrico Eustacio Aguilar indicó que lo sucedido hace dos años con el sistema eléctrico no ha sido superado aún y en la actualidad el sector continúa colapsado.
“Hoy podemos decir que estamos en peores condiciones que en marzo de 2019 porque el déficit de generación de energía ha sido sustituido por racionamiento”, aseguró para El Diario Aguilar.
Víctor Poleo, ingeniero eléctrico y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), detalló en septiembre de 2020 que para comprender la “agonía actual” del sector eléctrico hay que observar la estimación de que la capacidad termoeléctrica activa estaba entre 1.500 y 2.000 megavatios, cuando la instalada, y necesaria para operar, es de 15.000 megavatios. Es decir, apenas funciona el 10%.
¿Qué hace falta para reestablecer el sector?
Un informe de 2020 de un grupo de expertos, al que tuvo acceso EFE, estimó que la reactivación del sistema eléctrico venezolano tendría un costo estimado de 15 millardos de dólares. Con una variación que lo podría elevar a los 18 millardos.
Aguilar explicó que se deben cumplir tres etapas. La primera: bajar los niveles de pérdidas del sistema eléctrico que, según dijo, están en 35% actualmente. Aseguró que si se logra disminuir aunque sea el 10%, se podrían recuperar al menos 1.500 megavatios.
Agregó que también es importante recuperar la capacidad de transmisión de las líneas de alta tensión, generando fuentes de energías renovables. Además detalló que se deben recuperar las plantas eléctricas térmicas que están “en pésimo estado”.
No se ha invertido en el sistema eléctrico
Aguilar comentó que el Estado está intentando conseguir 350 millones de dólares a través del programa de ONU para el Desarrollo y de la Cooperación Andina de Fomento (CAF) para mitigar la situación de racionamiento que sufren los estados del país. Añadió que las entidades más golpeadas son Mérida, Táchira, Zulia y Nueva Esparta.
“El Guri está soportando alrededor del 85% del consumo de todo el país. Esto genera racionamientos que afectan a los estados además de la falta de mantenimiento en el sector”, indicó el ingeniero eléctrico.
Avance del deterioro
La infraestructura eléctrica venezolana ha sufrido durante los últimos veinte años un proceso de deterioro gradual, pero sostenido, como consecuencia de las políticas y prácticas aplicadas por los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. En 1999 paralizaron los planes de expansión en ejecución, de acuerdo con información del portal web del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).
De acuerdo con la institución, en 2002, el chavismo congeló las tarifas eléctricas y cuatro años después hubo cuatro apagones nacionales seguidos. A finales de 2009, Corpoelec impuso restricciones al consumo de electricidad, por la fuerte sequía y la indisponibilidad del parque térmico.
Aguilar detalló que la crisis eléctrica se empezó a evidenciar en 2007, cuando las reservas de generación de energía se perdieron y el valor de la misma igualó a la demanda. Añadió que entonces el sistema empezó a depender casi en su totalidad de la generación hidroeléctrica.
La administración de Chávez decretó en 2010 la emergencia eléctrica (que varios expertos ya habían alertado en 2002) y aprobó una Ley Orgánica del Sistema y Servicio Eléctrico, socialista, que prohíbe la participación privada en el sector.
Durante la gestión de Chávez se prometieron milmillonarias obras para potenciar el sistema eléctrico nacional como la Represa de Tocoma (en Bolívar), la Termoeléctrica Ezequiel Zamora (en Guárico) o la Termoeléctrica de Bachaqueros (en Zulia) y no se concluyeron.
Por ejemplo, la represa de Tocoma era para generar 2.160 Mw para 2012 y requería: 9.365 millones de dólares. La termoeléctrica Ezequiel Zamora debía estar lista en 2012 y no se terminó. Presupuesto: 200 millones de dólares. Y la termoeléctrica de Bachaqueros, era para producir 500 MW y debía arrancar en agosto de 2015. presupuesto: $1.500 millones.
Los afectados por apagones presentaron propuestas
La abogada Aixa López, presidenta del Comité de Afectados por Apagones, indicó en febrero de 2021 para Crónica Uno, que en enero se registraron 11.055 fallas en el sistema eléctrico, por lo que supone que este año no se vislumbra nada bueno para los usuarios.
En su ponencia “Panorama del sector eléctrico 2021”, López dijo que se requiere de los tres entramados del sistema eléctrico: generación, transmisión y distribución, pues la falta de atención causa la gran cantidad de bajones y apagones. “Porque está desentendido, se colocan parches, pero no dan con el problema”.
Afirmó que en lugar de buscar soluciones, el Ministerio de Energía Eléctrica aumentó a finales del año pasado las tarifas en forma desmedida y desproporcionada. López propone como solución la convocatoria a una gran mesa de concertación nacional para solventar el problema en el sistema eléctrico.