- Esta es la segunda edición de la iniciativa que pretende guiar a Santa en su camino a los hogares petareños. Foto: Cortesía
Cuando Ronald Aristimuño inició su proyecto Gastro No-mía en el año 2018, quiso que fuera una guía de experiencias culinarias, pero con la capacidad de poder apoyar campañas que ayuden a los más vulnerables.
Un año después llegó la oportunidad de unir ambos propósitos con Me Provoca Caracas, un evento a beneficio de Alimenta la Solidaridad Petare, en el estado Miranda.
Un niño, un regalo
Ese año el dueño del restaurante Churuata Piarima se acercó a Ronald porque quería hacer algo especial por Navidad.
“Me dijo que tenía ganas de hacer un almuerzo para unos niños y de una vez pensé que podríamos hacerlo con los niños de Petare”, detalló.
Luego de comunicarse con los encargados del proyecto, surgieron más ideas como la de recaudar regalos para adelantar la llegada de “Santa” durante el evento.
Tras la recolección de los regalos, la búsqueda de transporte y recursos para cumplir el deseo del dueño de Churuata Piarima.
El 30 de diciembre de 2019 Alimenta la Solidaridad y Gastro No-mía llevaron a 30 niños hasta las playas de Vargas para disfrutar de su almuerzo y una sorpresa especial.
Nueva meta
Alimenta la Solidaridad Petare lleva tres años apoyando la alimentación de los más pequeños de esta comunidad. Alejandra Martínez, gerente general del proyecto, explicó que actualmente existen 33 comedores, en los que benefician a al menos 3.000 niños.
Alejandra aseguró que uno de los mayores retos de este año es la pandemia por covid-19. Sin embargo, insistió en que mantiene la esperanza de encontrar una forma de brindarle un día especial a todos los niños de los comedores pese a la emergencia sanitaria.
El 14 de diciembre es la fecha programada para esa ocasión única, por lo que la gerente de alimenta la solidaridad invitó a contribuir con juguetes, alimentos, dulces o cualquier tipo de contribución para los niños de Petare.
Muro de contención
Alejandra Martínez destacó la importancia de apoyar iniciativas que promuevan una mejor vida para los niños venezolanos. Confesó que en Petare ha tenido la oportunidad de presenciar las precarias condiciones en las que viven muchas familias.
La vocera del proyecto explicó que uno de los aprendizajes que le ha brindado la experiencia de los comedores es que el venezolano siempre tendrá la fuerza de voluntad para salir adelante. Incluso en los momentos más duros.
“Lo he visto muchas veces como estas madres que preparan los alimentos trabajan duro y no dejan a ningún niño sin su plato de comida, sin importar que haya cortes eléctricos o falta de gas, siempre luchan por lograrlo”, detalló.
Alejandra recalcó que el día más feliz para quienes integran Alimenta la Solidaridad no es cuando abren un nuevo comedor, sino cuando tengan la oportunidad de cerrarlo y convertir esos espacios en lugares de encuentro, recreación o educación. Con la tranquilidad de saber que cada familia en Venezuela puede garantizar su derecho a la alimentación.
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