- Un estudio realizado por la organización Compromiso Compartido, en conjunto con la UCAB, arrojó que en varias comunidades vulnerables existe una disposición a superar sus diferencias ideológicas para salir de la crisis humanitaria, pero no confían en ninguno de los partidos políticos ni instituciones del Estado. Foto: Adrián Naranjo
En medio de la emergencia humanitaria compleja que atraviesa Venezuela, muchas son las diferencias que mantienen roto su tejido social. Un conflicto político que afecta al 81,1 % de la población, de acuerdo al más reciente estudio del Tanque de Pensamiento para la Reconciliación Nacional, proyecto de la organización no gubernamental (ONG) Compromiso Compartido.
La organización presentó a finales de septiembre de 2021 dos investigaciones relacionadas al tema de la reconciliación nacional y justicia transicional ante un eventual cambio político en el país. La primera fue una encuesta realizada en comunidades populares de cuatro estados del país por la politóloga Verónica Medina, profesora del Instituto de Estudios Superiores Administrativos (IESA). La segunda fue el informe Procesos de reconciliación en el mundo: experiencias y buenas prácticas, escrito por la exembajadora y profesora de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Milagros Betancourt.
A propósito de ambos trabajos, el coordinador del Tanque de Pensamiento para la Reconciliación Nacional, Luis David Benavides, declaró en entrevista a El Diario que actualmente la sociedad venezolana tiene más motivos para unirse y articular la transición desde sus bases. “Todos sabemos que hay una fractura social producto de muchísimos factores durante los últimos 20 años, pero nadie hoy está poniendo sobre la agenda pública el tema de la reconciliación”, observa.
El estudio
La investigación realizada por Medina consistió en una encuesta aplicada a una muestra poblacional de 1.918 personas en seis sectores populares de Caracas, Miranda, Lara y Carabobo. En el caso de la capital, se visitaron las comunidades de Las Casitas (La Vega), Brisas de Propatria (Catia) y La Acequia (Antímano). También el barrio San Blas de Petare, Miranda; La Carucieña, en Barquisimeto (Lara) y Naguanagua, Carabobo.
El sondeo se hizo entre el 22 de julio y el 12 de agosto de 2021, enfocándose en los siguientes temas: caracterización del conflicto, percepción sobre la reconciliación y confianza social. También en memoria, verdad y reparación de las víctimas, y autodefinición política.
Por su parte, el informe de Betancourt explora las nociones de reconciliación, justicia transicional y proceso de paz, para construir sistemas democráticos sostenibles. Para ello analiza los casos de otros países que vivieron conflictos graves y regímenes dictatoriales, como Chile, Ruanda, Polonia, Guatemala, Suráfrica y Túnez. Finalmente, hace un reparo del caso venezolano y qué se puede tomar de los procesos anteriores para lograr la reconciliación en el país.
Ambas investigaciones para Compromiso Compartido fueron apoyadas por la UCAB y la Embajada de Alemania en Venezuela. “Nosotros nos dimos a la tarea de crear este tanque de pensamiento que investigue primero, que tenga una base científica sólida y cómo podemos proponerle al país un camino que se inicia sobre la reconciliación”, comentó Benavides.
¿Qué es Compromiso Compartido?
Es una ONG creada en 2019 por un grupo de estudiantes y egresados de varias universidades caraqueñas. Su causa es la defensa y promoción de los derechos humanos, así como fomentar la participación ciudadana en la búsqueda de soluciones a los problemas de sus comunidades.nnActualmente trabaja para generar estructuras de organización cívica y activismo social, y desde este año 2021 se enfoca en el tema de la reconciliación nacional. Para ello creó el Tanque de Pensamiento sobre Reconciliación Nacional como ala de investigación, y el Comité Central para la Reconciliación (CCR), para promover su aplicación en la sociedad.nnEl presidente de Compromiso Compartido es el abogado Óscar Patiño, con Roberto Aponte como vicepresidente y Javier Georges como tesorero. La supervisión de proyectos corre a cargo de la politóloga Andreina Luna.n
Distancia social
La encuesta de Compromiso Compartido muestra el resultado de la polarización política que por años imperó en Venezuela, lo cual tiene como principales víctimas a sus propios habitantes. 37,2 % de los consultados señaló que su relación con algún familiar o amigo se deterioró debido a diferencias políticas, mientras 39,1 % cree que esta situación también afectó la convivencia en su comunidad.
Los encuestados expresaron además que la mayor grieta en la sociedad es la que existe entre afectos y opositores al chavismo (88%), mientras 64% asegura que es el distanciamiento entre la clase gobernante y la ciudadanía. De igual modo, gran parte de la población observa una fractura en el propio seno de la unidad opositora, con un 62% que cree que son la división más evidente entre venezolanos.
“Venezuela está inmersa en un conflicto diverso y multifactorial. Nosotros creemos que el cambio político es necesario, pero es un cambio estructural en el que hay que buscar las vías para llegar a él. No podemos esperar a que el cambio político se dé para reconciliarnos como sociedad”, apuntó Benavides.
Como consecuencia de este clima de conflictividad política, 55,1 % asegura que algún miembro de su familia debió emigrar en los últimos años, mientras 13,1 % sufrió persecución o amenazas contra ellos o su familia por participar en actividades políticas.
Por la unión
Para el investigador, la reconciliación nacional es un tema que actualmente está fuera del debate público y debería ser abordado. Así lo creen también 65,9 % de los entrevistados por su organización.
Benavides destaca que 69,4% de los encuestados apoya un proceso de reconciliación entre los venezolanos y los actores políticos, incluidos los involucrados en violaciones de derechos humanos. Aclaró que esto no significa impunidad, pues es importante que exista castigo para los responsables, pero enmarcado dentro de un proceso de justicia transicional. De igual modo, resalta que también será necesario el perdón y la unidad para que los sectores en conflicto encuentren puntos comunes que ayuden a resolver la crisis.
“Para poder paliar la conflictividad política tenemos que articularnos como sociedad, tenemos que ponernos de acuerdo en algunos puntos de partida. Y para lograrlo, tenemos que conversarlos para llegar a un consenso social”, explicó.
Resaltó que durante el trabajo de campo en las comunidades visitadas, el equipo de Compromiso Compartido pudo observar que los vecinos en la práctica ya habían comenzado a unirse. Ante las fallas de servicios públicos y abandono gubernamental, muchos habitantes pusieron a un lado sus orientaciones políticos y buscaron vías alternativas para autogestionarse.
Desconfianza en los políticos
Uno de los principales obstáculos que Benvides encuentra para la reconciliación nacional es la desconfianza que tiene la población de sus actores políticos. En la encuesta, 66,2 % de los consultados se definieron a sí mismos como independientes, muy por encima del 19,2 % de opositores y 9,2 % de oficialistas. Del mismo modo, 73,5 % aseguró que no simpatiza con ningún partido político. Un resultado totalmente contrario a la polarización existente entre 1998 y 2015.
Si bien estos resultados pudieran arrojar el nacimiento de una nueva corriente política entre las clases populares, también reflejan un profundo descontento y hasta rechazo hacia los partidos tradicionales. “Los responsabilizan por lo que está ocurriendo. Yo creo que en algunos casos es merecido, en otros no, pero lo que sí es un llamado a las clases dirigentes del país a volver a conectarse con la ciudadanía”, indica.
El coordinador del tanque de pensamiento ve con mucha preocupación la desconfianza que sienten los venezolanos hacia sus partidos e instituciones públicas. El estudio mostró que actualmente los sectores que gozan de mayor credibilidad entre los venezolanos son las iglesias (sin especificar religión), con 37,4 % de aprobación. Le siguen los medios de comunicación (21,3 %) y las ONG (20,5 %). En contraste, los organismos peor evaluados fueron la policía y la Fuerza Armada, con 65,1 % de rechazo cada uno, y el gobierno central, con 63,5 %.
“No aparecen los partidos políticos ni las instituciones del Estado. Es muy importante que recuperemos algo de confianza en los partidos, que son canales de la democracia, y en las instituciones públicas. Uno de los hallazgos de la profesora Betancourt es que en todos los procesos, salvo excepciones, las instituciones han consolidado el proceso de reconciliación”, añade.
Proceso en México
Un dejo de esperanza parece brillar en México. Desde el 13 de agosto de 2021 se reúnen en ese país comisiones del régimen de Nicolás Maduro y la Plataforma Unitaria de la oposición. Su objetivo, en teoría, es precisamente el de dirimir diferencias y hallar una salida al estancamiento político en el que cayó Venezuela. Hasta ahora el primer punto en común abordado por los negociadores ha sido la emergencia humanitaria, para la cual se acordó crear una mesa técnica de atención.
Benavides saluda el diálogo promovido por el Reino de Noruega. Para él, cualquier intento de salir de la crisis de manera pacífica es bien recibido. No obstante, tiene una objeción hacia la forma en que se desarrolla el proceso. Afirma que los actores involucrados no tomaron en cuenta las necesidades del grueso de la población. Considera que los grandes cambios estructurales en la sociedad siempre se dan de abajo hacia arriba, y no viceversa.
Agrega que a pesar de la profunda fragmentación de la población, se debe apostar por consolidar una propuesta que emerja de las bases y sume a cada vez más sectores, hasta constituir un gran movimiento que llegue a la clase dirigente. “Esos espacios de encuentro comunitario y social que se están dando tenemos que hacerlos sostenibles y empoderar a esas personas para que esos cambios que se están haciendo en la base se puedan multiplicar”, opina.
Justicia y reparación
Para Compromiso Compartido, lo más importante al momento de iniciar un proceso de justicia transicional en Venezuela es colocar en su centro a las víctimas de violaciones de derechos humanos. Aclara que en un contexto donde hubieran estructuras legales adecuadas, este proceso podría llevarse a cabo en jurisdicciones ordinarias nacionales; pero ante el desgaste de la institucionalidad venezolana, considera que será necesario acudir a instancias internacionales.
Reconoce que ante las fuertes acusaciones de crímenes de lesa humanidad que salpican al régimen de Nicolás Maduro, es posible que sus altos mandos sean reacios a comparecer ante la justicia y rendir cuentas. No obstante, asegura que parte del proceso de reconciliación implica ofrecer incentivos para que sectores del bando que ostenta el poder accedan a participar en una transición pacífica.
Reitera que para nada significa absolver a los autores de violaciones de derechos humanos. Por el contrario, 90,1% de la población de la encuesta exige que los responsables de estos crímenes sean castigados. De ellos, la mayoría está de acuerdo en que las penas deben ser la cárcel, inhabilitación política y devolución de los bienes y fondos robados.
Benavides señala que la última palabra la deben tener las víctimas. En el trabajo que su ONG ha tenido con ellas, afirma que en las comunidades la gente está superando el miedo a denunciar. Por eso, destaca que una instancia muy importante que debe estar a la par de los tribunales al momento de hacer justicia son las comisiones de la verdad que le den voz a los protagonistas de estos episodios trágicos.
“Cada quien tiene una verdad que contar. Muchas veces las víctimas quieren que el responsable sea castigado, pero a veces no ven eso como lo más importante y quieren que les pidan perdón, o se les repare de otra manera más allá de la sanción. Pero lo importante es que las víctimas expresen su historia, digan cómo lo vivieron”, sentencia.
Las condiciones de la reconciliación
Benavides no sabe exactamente cuándo podría comenzar un proceso de reconciliación en Venezuela. Con la situación actual del país lo ve complicado, pero rescata la labor de muchas ONG y líderes comunitarios que buscan sanar las heridas del conflicto desde los barrios y urbanizaciones.
Por ese motivo Compromiso Compartido inició dentro de su tanque de pensamiento una agenda para la reconciliación, la cual planean dividir en cinco aristas: política, social, productiva, comunitaria y joven. “Queremos constituir mesas de trabajo en cada una de estas agendas para que los sectores legítimamente representados digan cómo sería un proceso de reconciliación ideal. La idea es dar una primera propuesta al país para poner sobre la agenda pública este tema”, aporta Benavides.
87,7% de los encuestados creen que la reconciliación nacional sería muy importante para sus vidas cotidianas. 66% asegura que para lograrlo es necesario pasar por la renuncia de las autoridades del régimen de Maduro y convocar elecciones libres. También el 55,4% espera que den fruto las negociaciones entre los delegados del chavismo y la oposición. Pero si algo espera la inmensa mayoría de los venezolanos, es recuperar su calidad de vida y reencontrarse con los seres queridos que migraron por la crisis.
“Yo tengo esperanza en que el proceso de reconciliación en Venezuela es posible, es lograble, pero hay que iniciarlo ya. No hay que esperar a que el cambio político se dé para empezar a hablar de esto. Y sobre todo darnos un modelo de reconciliación propio”, apunta.