- Los brotes de herpes zóster pueden reaparecer debido a varios factores, entre ellos, el estrés | Foto: Pixabay
Las creencias y mitos alrededor de algunas enfermedades a menudo distorsionan la realidad y minimizan su importancia, lo que puede resultar en complicaciones de salud. Un ejemplo de esto es el herpes zóster, también conocido como culebrilla.
Esta infección viral se produce por la reactivación del virus varicela-zóster, el mismo que causa la varicela o lechina, explicó la dermatóloga Susana Misticone en entrevista para El Diario.
La especialista comentó que al contraer la enfermedad en algún momento de la vida, o recibir la vacuna contra la varicela provoca que el virus se mantenga inactivo dentro del sistema nervioso. Sin embargo, esto podría reactivarse como herpes zóster con los años debido a algunos factores como el envejecimiento, el estrés o tener el sistema inmunológico debilitado.
¿Cómo se diagnostica el herpes zóster o culebrilla?
El herpes zóster comienza con un dolor o sensación de ardor en una zona específica del cuerpo, seguida de la aparición de ampollas dolorosas que luego se convierten en costras.
Estas lesiones aparecen en forma lineal y por ello es que se le da el nombre de culebrilla.
Entre los síntomas frecuentes está el dolor, picazón, ardor o sensibilidad en el área afectada; enrojecimiento de la piel con ampollas llenas de líquido; fiebre; fatiga o dolor de cabeza.
En algunos casos, las personas podrían presentar malestar general, agregó Misticone.
Estas son las zonas del cuerpo donde es común que aparezcan las lesiones por culebrilla:
-El tórax, formando una línea o banda en uno de los lados del cuerpo
-Cara
-Alrededor de los ojos
-Alrededor de la Boca
-Alrededor de los oídos
Los mitos detrás de la culebrilla
Desde hace muchos años, algunas personas han intentado tratar esta afección con métodos místicos, como rezos, mientras que otros asisten a la medicina no tradicional para que les realicen un trabajo que elimine la culebrilla.
“Muchas personas creen que esta enfermedad no la curan los médicos, sino que deben asistir a brujos o personas a que recen las lesiones, cosa que también es un mito”, reiteró Misticone.
La dermatóloga señaló que es falsa la afirmación de que si las heridas de la culebrilla llegan a tocar sus puntas la persona podría morir.
¿Cómo se contrae y cuál es el tratamiento?
La experta explicó que el herpes zóster en sí no es contagioso, pero el virus varicela zóster puede transmitirse a alguien que nunca haya tenido varicela.
La transmisión ocurre a través del contacto directo con las ampollas de la piel. Recomendó que para prevenir el contagio, es importante cubrir las lesiones y evitar roces con personas que puedan ser vulnerables, como bebés, mujeres embarazadas y personas con el sistema inmunológico debilitado.
En cuanto al tratamiento, los especialistas recetan medicamentos antivirales para aliviar los síntomas y reducir la duración del brote.
Estas medicinas se pueden suministrar vía oral y en cremas tópicas para las lesiones.
“Aunque el brote puede sanar en unas 2 a 3 semanas, en algunos casos el dolor persiste, conocido como neuralgia posherpética que debe tratarse con láser de alta intensidad para desinflamar los nervios afectados”, agregó Misticone.
Aclaró que una persona que ya haya sufrido de esta enfermedad podría experimentar a futuro un nuevo brote.
Sus complicaciones
La experta precisó la importancia de que está enfermedad sea tratada a tiempo por un especialista ya que podría generar complicaciones en algunos casos.
Estas son las complicaciones en torno al herpes zóster:
1.Neuralgia posherpética: dolor persistente en el área donde estuvo la erupción, incluso después de que la piel sanó.
2.Problemas de visión: si afecta el área ocular, puede causar daño ocular permanente en la retina.
3.Infecciones bacterianas: las ampollas pueden infectarse si no se cuidan adecuadamente.
4.Encefalitis o parálisis: no es común, pero se produce si el virus afecta el sistema nervioso central.