- La Casa Blanca declaró recientemente a la denominada “droga zombie” como una amenaza emergente para la salud pública y prohibió su importación. Al mezclarse con opioides sintéticos como el fentanilo puede potenciar sus efectos, pero también aumenta considerablemente el riesgo de sufrir sobredosis
Las calles de Kensington, en Filadelfia (Estados Unidos) parecen un escenario potsapocalíptico. Entre basura, cartones y carpas instaladas en las aceras, decenas de personas caminan erráticas, o se quedan simplemente de pie, con la mirada perdida. En un video difundido por redes sociales, se ve a un usuarios caminar entre ellos sin que parezcan reparar en su presencia.
Allí quedan los Badlands, un sector de 1 kilómetro de largo que se extiende desde la avenida principal de Kensington hasta los terrenos baldíos de las vías del tren. De acuerdo con BBC Mundo, su punto más concurrido es “el campamento”, donde cientos de personas sin hogar consumen drogas al aire libre, siendo un territorio dominado por el fentanilo.
Este opioide sintético, hasta 100 veces más poderoso que la morfina y mucho más adictivo, fue declarado por la Casa Blanca como una de las mayores preocupaciones de la Administración de Joe Biden, por su diseminación en varias ciudades del país. Sin embargo, a este problema se suma un nuevo compuesto que está bajo la lupa de las autoridades, y que hace de Kensington, y otros barrios estadounidenses, escenas sacadas de The Walking Dead: la xilazina, también conocida como tranq, o “la droga zombie”.
¿Qué es la xilacina?
De acuerdo con el Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas (NIDA), la xilacina es un sedante muy potente que se usa para fines veterinarios. Sobre todo para dopar a animales grandes como caballos o reses.
Al deprimir el sistema nervioso central, inhibe los impulsos intraneurales, bloqueando su comunicación con otras partes del cuerpo. Funciona como relajante muscular y hace entrar en un estado similar al sueño. Su efecto puede durar entre una o dos horas.
Además de somnolencia, produce amnesia y reduce tanto el ritmo respiratorio como el cardíaco. De hecho, no está aprobada su aplicación en humanos precisamente porque puede reducir la presión arterial hasta niveles peligrosamente altos. Al ser aplicada por inyección, las personas adictas suelen presentar úlceras cutáneas y abscesos, aunque también se puede consumir por ingesta y aspiración en algunas presentaciones.
Droga combinada
Si el tranq es una droga peligrosa por sí sola, resulta casi mortal al combinarse con otras drogas depresoras del sistema nervioso como el alcohol y los opiáceos. Con ese último grupo es justamente con el que más se le asocia, ya que tiene un efecto potenciador, siendo buscada por los adictos en sus etapas más avanzadas. Al ser también más económica, muchos traficantes abaratan sus costos de producción mezclando la xilacina con otras drogas, especialmente con el fentanilo.
“Las investigaciones han demostrado que la xilacina se agrega con frecuencia a los opioides ilícitos, incluido el fentanilo, y las personas reportan consumir fentanilo que contiene xilacina para extender sus efectos eufóricos”, señala el NIDA en una nota..
Agrega que esta combinación de drogas eleva considerablemente el riesgo de sobredosis. En este policonsumo, de acuerdo con los reportes forenses estudiados, también suelen estar presentes otras sustancias como heroína, benzodiacepinas, cocaína, gabapentina, metadona, alcohol y opioides recetados.
Aunque no se conoce el total de muertes por sobredosis de xilacina en todo Estados Unidos, el problema parece ser más fuerte en el noroeste del país. “Entre 2015 y 2020, el porcentaje de todas las muertes por sobredosis de drogas en las que hubo presencia de xilacina aumentó del 2 % al 26 % en Pensilvania. La xilacina estuvo vinculada con el 19 % de todas las muertes por sobredosis de drogas en Maryland en 2021 y con el 10 % en Connecticut en 2020”, explica la institución.
Bajo regulación
La xilacina está aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) desde 1972 y es un fármaco común en granjas y veterinarias. Aunque se receta únicamente a animales, se puede adquirir con relativa facilidad en los establecimientos especializados. Sin embargo, ahora la propia FDA prohibió la importación de productos que contengan este compuesto.
En marzo de 2023, la Administración de Biden declaró a la xilacina como “amenaza emergente” por su riesgo para la salud pública. “Es la primera vez en la historia de nuestra nación que una sustancia se designa de esta manera”, declaró el director de la oficina antidrogas de la Casa Blanca, Rahul Gupta.
Indicó que a partir de esta declaración el gobierno federal tiene tres meses para proponer un plan nacional que haga frente al problema. Uno que pase no solo por frenar la expansión de la xilacina y fentanilo por más ciudades, sino que reduzca el número de adictos que deambula por las calles. Para ello, agregó que se solicitó al Congreso fondos especiales del presupuesto nacional.
Mientras tanto, la FDA, además de prohibir su importación, indicó que aplicará regulaciones más fuertes a la producción interna de medicamentos bajo esta fórmula. También supervisará sus eslabones comerciales para asegurarse que se venda únicamente para uso veterinario.
Sobredosis
Otra agencia gubernamental que tiene a la “droga zombie” en la mira es la Administración de Control de Drogas (DEA). En marzo de 2023, el organismo informó que había hecho incautaciones de este compuesto en 48 de los 50 estados del país. Advirtió además que el número de sobredosis se había disparado desde que los narcotraficantes comenzaron a vender fentanilo potenciado con xilacina.
En un comunicado, la DEA indicó que entre 2021 y 2022, más de 107.735 estadounidenses murieron por intoxicación con drogas. El 66 % de los casos ocurrió con opioides sintéticos. Agregó que de los cargamentos de fentanilo incautados en 2022, el 23 % de su presentación en polvo, y el 7 % de pastillas venían con rastros de xilacina.
De hecho, la agencia agregó que, dado que la xilacina no es un opioide, no le surte efecto la naloxona, medicamento usado precisamente para revertir las sobredosis. Aun así, reseña la agencia DW, los expertos médicos de la DEA recomiendan seguir usando ese antídoto para aumentar las posibilidades de supervivencia.