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  • La beatificación del médico trujillano José Gregorio Hernández llega en medio de una de las situaciones más precarias del sistema sanitario del país, por lo que muchos coinciden que el anuncio representa un homenaje no solo a la fe, sino a la medicina nacional

Aunque para algunos resulte paradójico el hecho de que, después de más de setenta años de espera, el anuncio de la beatificación del doctor José Gregorio Hernández se haya dado en medio de una de las pandemias más devastadoras en al menos los últimos cien años; para otros, resulta como consecuencia de “algo providencial”. 

En lo que sí coincide la mayoría de devotos es que tal reconocimiento por parte de la Iglesia católica llegó en el momento más oportuno para entender que ahora Venezuela cuenta con un nuevo secretario de Dios. Sin embargo, desde hace años, el médico ya permanecía exaltado, de manera muy íntima y personal, en los hogares y corazones de propios y ajenos.

“Luego de tantos años es una feliz noticia para los venezolanos, pero aún más para el gremio médico. Este anuncio de su beatificación nos toma en unas condiciones deplorables en el sistema de salud de Venezuela aunado a la migración que ha ocurrido de nuestros profesionales del área de la salud, especializados y no especializados; y además en medio de estas circunstancias con un elevado número de muertes de personal sanitario [por covid-19] que rompe todos los parámetros, a nivel de Latinoamérica, en términos de proporcionalidad”, señala el médico patólogo, Individuo de Número y Presidente de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, Enrique López-Loyo.

Actualmente Venezuela lidera en América la mortalidad de médicos por covid-19, según el gremio. Para este martes 20 de octubre, la ONG Médicos Unidos por Venezuela, reportaba el fallecimiento, desde que se decretó la emergencia sanitaria en el país, de al menos 231 trabajadores de la salud, basados en criterios clínicos, epidemiológicos, radiodiagnóstico y de laboratorio, aunque advierten que no necesariamente las cifras estén incluidas en los reportes de los voceros oficiales.

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La fe en el poder curativo del médico trujillano, en sus milagros e intervenciones, se ha convertido en una creación colectiva que surgió del fervor de la gente. 

“La figura de José Gregorio Hernández antes de ser reconocida por las figuras eclesiásticas ya la reconocían por el paciente pobre, por el paciente que, con humildad, pedía con fe a la figura de José Gregorio Hernández y conseguía respuesta. Igual en los hospitales venezolanos, en un momento dado, habían pacientes graves, el médico ejercía su labor de preservación de la salud, de tratar de salvar  su vida; llegaba el día siguiente, o la semana siguiente, y la expresión en una revista médica es ‘¡Por aquí pasó el doctor José Gregorio Hernández!’. De manera que es una figura que forma parte no de la leyenda popular sino en el día a día de los venezolanos en su capacidad de ponerle fe a una situación de salud delicada; y en el caso del gremio médico representa tener ese apoyo espiritual aún en las situaciones más adversas”, dice López-Loyo.

La veneración al llamado “Médico de los pobres” se manifiesta a lo largo y ancho del país, incluso fuera de Venezuela, en capillas, altares domésticos, nombres de hospitales, estampitas y placas. El mismo personal médico, no escapa a ello.

“Él es el santo, desde hace mucho tiempo, que queremos seguir. No hay un médico, independientemente de la religión, que no tiene su estampita o en el bolsillo, o en la cartera y sobre todo en los equipos médicos; sobre todo los anestesiólogos siempre tienen una imagen de José Gregorio Hernández en su equipo”, señala la pediatra Elizabeth Sosa, perito médico del tribunal eclesiástico que estudió el caso en Venezuela, previo a la presentación del dossier en el Vaticano que se introdujo desde enero de 2019, en la Causa de la Congregación de los Santos, y que posteriormente, este año, aprobaron de manera unánime por la comisión de médicos, teólogos y cardenales de la Santa Sede.

Fue el pasado 19 de junio, Día del Sagrado Corazón de Jesús,  que la Iglesia Católica anunció que el Papa Francisco firmó el decreto de Beatificación,  lo cual le permite al médico venezolano avanzar hacia la canonización, y convertirse en santo, para su culto universal.

Dios nos lo puso a nosotros en Venezuela, cuando estamos pasando uno de los peores momentos, tanto por la situación política como la de salud. Porque sí; muchos países la están pasando mal, pero nosotros tenemos otros elementos que nos han hecho aún más grave nuestra situación en el país. José Gregorio Hernández es a quien nosotros le pedimos”, agrega Sosa.

La severa escasez de agua, electricidad, alimentos, medicina e infraestructura, y la propagación de distintas enfermedades han agudizado la “crisis humanitaria compleja” que desde años atrás han advertido organismos internacionales sobre Venezuela. 

Con un sistema de salud colapsado, y aún con las limitaciones de movilización que sortean por la falta de gasolina en el país, los médicos venezolanos, regidos por el juramento hipocrático, se mantienen fieles al compromiso adquirido de consagrar sus vidas al servicio de la humanidad. “Para nosotros los médicos, José Gregorio Hernández es un ejemplo a seguir, dado a su sabiduría, dedicación y entrega para con sus pacientes. Creía en la medicina y también en un Dios Todopoderoso”, señala el pediatra Juan Carlos Rodríguez, uno de los médicos que atendió en San Fernando de Apure, estado Apure, el caso que hoy día es reconocido como un milagro de Dios. 

José Gregorio Hernández: el mentor espiritual de los médicos en Venezuela
Foto: Fabiana Ortega

Se trata de una niña oriunda del estado Guárico, al sur del país, que en 2017 recibió un impacto de bala en la cabeza, detrás de su oreja derecha, cuando viajaba en moto con su papá y unos delincuentes intentaron robarles. El diagnóstico era reservado y los médicos advertían algunas secuelas como discapacidad en la motricidad o en el lenguaje, falta de memoria e inclusive deficiencias a nivel visual, debido a la pérdida de sangre y de masa encefálica que sufrió la menor de 13 años, Yaxuri Solórzano.

Fue su madre, Carmen Ortega, quien en medio de la tragedia, solicitó a Dios y al doctor José Gregorio Hernández su asistencia divina para salvar la vida de su hija. Y así fue. La extraordinaria recuperación sin secuelas, inexplicable para la ciencia y la razón, es el milagro que hoy día convierte a José Gregorio Hernández en el primer beato laico del país.

Ciencia y fe

José Gregorio Hernández Estudió Ciencias Médicas en la Universidad Central de Venezuela y con veintitrés años se graduó en 1888. En su pueblo natal, Isnotú, se dedicó a curar a los enfermos, en medio de una población escéptica a la ciencia moderna para la época, bajo un contexto político complejo. Se esmeró por estar al día con las investigaciones científicas para impulsar la modernización de los estudios de medicina en una Venezuela primitiva.

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Recibió una beca y viajó a París para formarse con los doctores más eminentes de la época y así participar en la creación de una nueva Institución que sería modelo para la salud pública, el hoy día Hospital José María Vargas.

Dedicó su vida a compartir su conocimiento y formar a la nueva camada de galenos, que ejercieron su profesión bajo la premisa del amor y de la compasión.

Para muchos, el doctor José Gregorio Hernández fue un hombre adelantado a su época que logró unir la ciencia y la fe. 

El mismo doctor López-Loyo lo refiere como uno de los mentores de la medicina venezolana que, junto al doctor Razetti, constituyó la estructura de la formación médica en Venezuela, tal como la conocemos actualmente.  

“Él fue a Francia y tuvo una extraordinaria formación y llegó a Venezuela y creó el sistema de cátedras como está estructurada, inclusive hoy día, la escuela de medicina de la Universidad Central de Venezuela”, señala López, al tiempo que sostiene que fue el padre de la medicina basada en evidencia.

“El doctor Hernández podía hacer un examen físico extraordinario a cada paciente y él mismo elaborar un estudio hematológico, parasitológico, investigarlo en microscopio, hacerle una biopsia, hacer citología, por lo tanto le permitía a él solo hacer un diagnóstico integral”, agrega.

Mentor espiritual

Aunque son miles los favores y gracias que los devotos atribuyen al santo popular, apenas tres casos habían sido presentados en El Vaticano como presuntos milagros para su estudio. Los dos primeros (1986 y 2009) fueron refutados en su momento por la Comisión  Médica. Es el más reciente caso que se presentó en enero de 2019 el que le permite al galeno venezolano, que cumplirá 156 años de nacido el próximo 26 de octubre, avanzar a los altares y en un futuro lucir la aureola de los santos.

Los devotos del médico venezolano, quien falleció a consecuencia de un accidente automovilístico el 29 de junio de 1919, no tienen duda de que el insigne galeno trujillano está muy cerca de Dios y desde allá ayuda a las personas, tal y como también lo hizo en vida. Los mismos médicos tampoco escapan de aquella inquebrantable fe.

José Gregorio Hernández: el mentor espiritual de los médicos en Venezuela
Foto: Fabiana Ortega

“Nosotros los médicos somos el instrumento de Dios en la tierra, pues es él quien nos da en entendimiento para ayudar a sanar a los enfermos”, dice Rodríguez.

 “Nosotros siempre nos encomendamos a José Gregorio Hernández antes de iniciar un procedimiento, cuando vamos a manejar un paciente; uno se entrega al doctor José  Gregorio y le pide: ‘¡Ilumíname!’, ‘¡Ayúdame con este paciente!”, confiesa la pediatra Yenny Solórzano quien el día del accidente recibió a la niña herida en la sala de emergencia del Hospital Pablo Acosta Ortíz, aquél 10 de marzo de 2017, día en el que, por cierto, se conmemora el Día Nacional del Médico.

Aún en las más precarias condiciones sanitarias, y en medio de la emergencia sanitaria del covid-19, los doctores López, Rodríguez, Sosa y Solórzano, como la mayoría de trabajadores de la salud en el país, comparten el júbilo ante la beatificación del doctor José Gregorio Hernández, cuya ceremonia está prevista, en principio, para el primer trimestre de 2021, según lo adelantó en junio Cardenal Baltazar Porras, Administrador Apostólico de Caracas a mediados de año.

“José Gregorio Hernández es una figura que forma parte del día a día de los venezolanos en su capacidad de ponerle fe a una situación de salud delicada; y en el caso del gremio médico representa  tener ese apoyo espiritual a una función que cada vez se ha hecho más complicado en Venezuela, ya no habiendo ni siquiera la capacidad de contar con servicios públicos, insumos materiales y en medio de una migración cada vez más progresiva y preocupante. Él ya está santificado en el pueblo venezolano por sus acciones y por su capacidad de empatía y por ponerse en el lugar de cada uno de sus pacientes”, sentencia López, quien el próximo lunes 26 de octubre presidirá la comisión técnica y científica de la exhumación de los restos del Venerable.

Camino a la santidad

Desde la próxima semana, la Iglesia Nuestra Señora de La Candelaria, donde reposan los restos del doctor José Gregorio Hernández, se convertirá en Santuario Diocesano, luego de la exhumación de los restos del médico y futuro beato, tal y como lo anunció a principios de septiembre el Cardenal Porras.

La historiadora María García De Fleury explica que la exhumación es el acto de desenterrar o extraer un cadáver de aquel lugar donde lo sepultaron: un cementerio, una fosa, una cripta.

Se trata de un requisito previo a la ceremonia de beatificación, en el que se verifica la condición de los restos para extraer las reliquias.

Exhumar los restos, es un requisito exigido por el Vaticano, para constatar si allí están las osamentas del futuro beato, y verificar si todo coincide con el acta que se redactó tras la exhumación del año 1975, cuando sus restos fueron trasladados del Cementerio General Sur, hasta la Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria, donde reposan actualmente”, explicó Porras recientemente en una nota de prensa de la Arquidiócesis de Caracas.

En el caso del doctor José Gregorio Hernández, el próximo lunes 26 de octubre, cuando se conmemoran 156 años de su nacimiento, los médicos patólogos y demás especialistas extraerán reliquias de primer grado, que consisten en pedacitos de osamentas o de la tela de la ropa que llevó para enviar al Vaticano así como a cada diócesis de Venezuela y otros países donde sean creados santuarios y parroquias con su nombre.

Ese día la Iglesia celebrará un breve acto litúrgico, con la asistencia de alrededor de 120 personas, que deberán cumplir el estricto protocolo de bioseguridad. La actividad se transmitirá en vivo por la señal del ValeTV y por el canal de YouTube de la Arquidiócesis de Caracas.

De momento, las distintas Diócesis del país impulsan distintas actividades, forochats y grupos de WhatsApp para dar a conocer la vida y obra de este médico, científico, académico y hombre de fe, mientras que organizan la logística para la inminente ceremonia de Beatificación que aún no tiene ni fecha ni lugar definido para 2021.

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