- Tratados internacionales de organismos, de los cuales Venezuela forma parte, especifican y recomiendan la necesidad de implementar refugios para mujeres víctimas de violencia. En esos espacios se le debe brindar asistencia integral antes, durante y después de proceso judicial contra su agresor
Denunciar el maltrato contra la mujer suele ser el paso más importante para frenar este tipo de violencia. Pero este paso implica riesgos. Sobre todo en Venezuela donde no hay políticas públicas dedicadas a la protección y acompañamiento de la mujer luego de señalar a su agresor ante las autoridades competentes. En muchos casos, las denuncias no son atendidas con la debida diligencia por los funcionarios. Hay retardo judicial y la víctima queda expuesta nuevamente a su agresor.
Una de las dudas que surge en una mujer cuyo maltratador es su pareja o se encuentra en su familia es a dónde puede acudir luego de denunciar. Un informe publicado por la ONG Cepaz señala que 83,3% de los femicidios registrados durante el mes de enero de 2021 ocurrieron en el hogar de la mujer o en la vivienda que compartía con su pareja o con una persona de su círculo cercano. El lugar que debería ser el más seguro para una mujer, en muchos casos es donde corre más riesgo.
Ante esta vulnerabilidad que enfrentan las mujeres que se cohiben de denunciar por no tener un refugio seguro lejos de su maltratador, surge la necesidad de implementar casas de abrigo para víctimas de violencia de género.
¿Qué son las casas de abrigo?
Estas casas de abrigo consisten en estructuras de protección. Están orientadas a la “atención residencial transitoria de las mujeres que se encuentran en riesgo inminente de situaciones graves de violencia”, explica Cepaz.
ONG que defienden los derechos de la mujer han resaltado la importancia de la implementación de políticas públicas destinadas a la protección de la víctima de maltrato. Entre estas exigencias se encuentra la implementación de refugios para mujeres y sus hijos donde reciban atención médica, psicológica, asesoría legal. Además de una garantía de que en estos espacios van a tener seguridad mientras dure el proceso judicial contra su agresor.
La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw),de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), exhorta a los Estados miembros aplicar medidas para proteger y ayudar eficazmente a las mujeres denunciantes y a los testigos de la violencia por razón de género antes, durante y después de las acciones judiciales.
Específicamente recomienda proporcionar a las denunciantes casas de asilo que les brinden protección y asistencia. “Proporcionar a las mujeres en instituciones, entre ellas residencias, centros de asilo y lugares de privación de libertad, medidas de protección y de apoyo en relación con la violencia por razón de género”, reza el artículo.
María Cecilia Ibáñez, abogada y miembro de la organización internacional Womens Link, la cual promueve los derechos de las mujeres, explicó para El Diario que de acuerdo a la Convención Belem Do Pará, de la Organización de Estados Americanos (OEA), los Estados tienen la obligación de prevenir que las mujeres sufran formas de violencia en su entorno cercano.
“Los Estados tienen la obligación de evitar esto. Las casas de abrigo resultan muy importantes para garantizar que esto sea así cuando hay distintas mujeres que sufren formas de violencia”, comenta Maria Cecilia Ibáñez.
Situación en Venezuela
El Instituto Nacional de la Mujer (Inamujer) está a cargo del proyecto de casas de abrigo en Venezuela. Sin embargo, en la página web oficial de la organización gubernamental no existe información de cuáles son las casas de este tipo que existen en el país. Tampoco si se encuentran operativas.
La ONG Cepaz señaló en un artículo publicado en agosto de 2020 que a partir del año 2014 se crearon cuatro casas de abrigo en el país. Dos de ellas, ubicadas en los estados Sucre y Trujillo funcionaron hasta el primer semestre de 2018. Las casas ubicadas en Aragua y Cojedes estuvieron operativas hasta el primer trimestre del 2019, según información extraoficial.
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“En Venezuela, a pesar de la crisis económica, las elevadas cifras de inflación y pobreza que dificultan el cambio de hogar de las mujeres víctimas, no existe información que emerja del Estado sobre la situación de las casas de abrigo”, dice el artículo de la ONG.
Ibáñez explica la importancia de las casas de abrigo para las mujeres ante la falta de aplicación adecuada de leyes que protejan a las víctimas. Esta medida debe estar acompañada de la implementación de un equipo multidisciplinario, con perspectiva de género, que constituyan un apoyo integral para la mujer.
Este equipo debería estar integrado por personal de salud, psicólogos, abogados, entre otros especialistas que contribuyan y acompañen a la mujer en el proceso judicial.
La Ley Orgánica Sobre el Derecho a la Mujer a una Vida Libre de Violencia, aprobada en el año 2007, establece programas de protección y acompañamiento para mujeres víctimas de violencia y sus familiares.
El artículo 20. numeral 4 indica la creación de programas para desarrollar políticas públicas adecuadas. “De abrigo: para atender a las mujeres víctimas de violencia de género u otros integrantes de su familia que lo necesiten. En caso de la existencia de peligro inminente o amenaza a su integridad física”, reza la legislación. Sin embargo, esta indicación establecida en la ley no se aplica en el país de forma efectiva.
Riesgo en la frontera
Una gran cantidad de venezolanos han salido del país en busca de oportunidades debido a la crisis económica que enfrenta Venezuela. 5,577,077 connacionales han cruzado las fronteras, según el registro de la Plataforma de Coordinación para Migrantes y Refugiados Venezolanos. Este éxodo convierte a las fronteras en un paso lleno de dificultades,ero sobre todo de violencia, y una de las principales víctimas son las mujeres.
Norkys Salazar, abogada y coordinadora del área de Violencia basada en Género de la Comisión para los Derechos Humanos y la Ciudadanía (Codehciu), explicó para El Diario la importancia de implementar casas de abrigo en las fronteras. Allí las mujeres se enfrentan a más vulnerabilidades. Precisa que en las zonas fronterizas las probabilidades de que mujeres, niñas, niños y adolescentes sufran algún tipo de violencia son muy altas.
“En las casas de abrigo se pueden orientar, asesorar y establecer mecanismos de denuncias. De esta forma también se pueden establecer mecanismos donde se puedan levantar estadísticas, ofrecer servicios médicos y garantizar la seguridad de las mujeres migrantes”, comenta.
La abogada destaca que el movimiento migratorio de la mujer venezolana con vulnerabilidades como la falta de dinero, aumenta las probabilidades de que sean víctimas de trata de personas.
El camino aún es largo para alcanzar los objetivos en torno a los derechos de la mujer y erradicar la violencia basada en género. La responsabilidad recae en el Estado venezolano para que modifique políticas públicas, garantice la aplicación eficaz de la ley y promueva planes de concientización sobre los derechos humanos. Mientras eso ocurre, la cifra de víctimas de violencia aumenta en medio de la opacidad en el país.
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