- Existen varios exámenes que pueden detectar indicios neurológicos sobre la probabilidad de padecer el trastorno antes de la aparición de los síntomas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que aproximadamente 60 millones de personas viven con alzhéimer actualmente en el mundo. Esta enfermedad neurodegenerativa, que afecta principalmente a los adultos mayores, presenta algunos síntomas tempranos que pueden marcar la diferencia en la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
“En un cerebro sano, las neuronas se comunican entre sí a través de sinapsis, que es cuando se forman redes complejas que sustentan las capacidades cognitivas, pero con el alzhéimer estas conexiones se deterioran progresivamente, lo que origina la pérdida de memoria, dificultades de lenguaje y otros síntomas característicos que aparecen paulatinamente, incluso antes de que el paciente sea diagnosticado”, explicó el neurólogo Víctor Solórzano para El Diario.
Desde el punto de vista neurológico, existen señales que revelan la probabilidad de que una persona pueda padecer la enfermedad. Entre estos indicios se encuentra la presencia en el cerebro de placas amiloides y ovillos neurofibrilares.
“Dos de las principales características patológicas del alzhéimer que pueden ser detectadas en resonancias magnéticas son las placas amiloides, que son depósitos de proteína beta-amiloide acumuladas en las neuronas, y los ovillos neurofibrilares, que pueden definirse como agrupaciones de la proteína llamada tau que se forman dentro de las células cerebrales”, detalló el especialista.
El neurólogo explicó que estas estructuras dañan las sinapsis de las neuronas, lo que altera la función cerebral y da paso a los síntomas conocidos del alzhéimer, principalmente la pérdida de memoria.
¿Cómo reconocer los síntomas tempranos del alzhéimer?
El doctor Solórzano enfatizó que los síntomas tempranos del alzhéimer no se limitan a las fallas de memoria, hay otros signos que pueden indicar la presencia de cambios cerebrales que alerten, tanto al paciente como a sus familiares o cercanos, sobre la posible aparición de la enfermedad.
De acuerdo con la Asociación de Alzhéimer de Estados Unidos, estas son otras señales tempranas a las que se debe estar atento:
– Dificultad para mantener la concentración al realizar una tarea
– Fallas en razonamiento al momento de resolver un problema
– Repetir frases o dificultad para entender conversaciones
– Sufrir con frecuencia de alteraciones del comportamiento, como presentar constante irritabilidad, ansiedad o apatía
– No reconocer caras, objetos o lugares que son conocidos por la persona
– Olvidar nombres de gente cercana, fechas importantes o eventos recientes
– Tomar decisiones poco habituales o que parezcan sin sentido.
“Es difícil, en muchos casos, que el propio paciente reconozca los síntomas tempranos porque su cerebro no les permite procesar que algo está cambiando, fallando o deteriorándose. Son los familiares, amigos o compañeros de trabajo quienes usualmente notan los problemas cognitivos que los afectan, por lo que es importante que se los hagan ver y los insten a buscar ayuda médica”, detalló el doctor Solórzano para El Diario.
¿Qué ocurre en el cerebro de un paciente con alzhéimer?
El alzhéimer aún es una enfermedad con muchas incógnitas para los especialistas, no obstante, los avances científicos han logrado determinar lo que ocurre en el cerebro de un paciente con este trastorno neurológico.
Uno de estos avances es el papel de los neurotransmisores (sustancias químicas que permiten la comunicación entre las neuronas) en la aparición de este tipo de demencia.
“Casi cada año aparece un nuevo indicador de alzhéimer en las investigaciones científicas, otros tienen décadas de estudio como por ejemplo la drástica reducción de acetilcolina en el cerebro, que es un neurotransmisor clave para la memoria y el aprendizaje de las personas”, indicó el neurólogo.
Los neurólogos pueden diagnosticar la enfermedad con el resultado de una resonancia magnética o tomografía que evidencie la presencia de las señales de deterioro cognitivo en el cerebro.
“Otro de estos indicios neurológicos es la atrofia cerebral, que se observa a medida que la enfermedad progresa porque se produce una pérdida de tejido, especialmente en regiones como el hipocampo, que es esencial para la memoria. En las imágenes se verá que el tamaño del cerebro se ha reducido como clara señal del alzhéimer u otra enfermedad neurodegenerativa”, acotó el experto.
Las tomografías y resonancias magnéticas permiten obtener las imágenes detalladas del cerebro y es con ellas que el especialista puede detectar los cambios estructurales y funcionales asociados al alzhéimer.
“Hay otros exámenes más avanzados, como un análisis del líquido cefalorraquídeo que permite medir niveles de las proteínas relacionadas con la enfermedad. Estos pueden ayudar a confirmar el diagnóstico y evaluar su progresión”, indicó el neurólogo.
El especialista enfatizó que un diagnóstico temprano de alzhéimer es importante para iniciar los tratamientos que pueden mejorar la calidad de vida y ralentizar la progresión de la enfermedad.
Recomendaciones para ralentizar la progresión de la enfermedad
El alzhéimer no tiene una cura definitiva hasta ahora, sin embargo, algunos tratamientos permiten que los pacientes puedan ralentizar la progresión de la enfermedad e incluso pasen años sin presentar síntomas.
“El alzhéimer se cree que aparece en todos los adultos mayores y no es así. Existen factores de riesgo que hacen más propensas a padecerlo a unas personas que a otras. Tiene que ver con el estilo de vida y los malos hábitos, por lo que mejorar estos aspectos puede ayudar a retrasar el deterioro cognitivo”, resaltó el neurólogo Solórzano.
Entre las recomendaciones que mencionó el experto están: realizar actividad física con regularidad, mantener una dieta equilibrada y conciliar un sueño reparador cada noche. Además, advirtió que es fundamental controlar factores de riesgo como la hipertensión, diabetes, colesterol alto y obesidad, así como dejar de fumar, no consumir bebidas alcohólicas ni estupefacientes ya que inciden directamente en las conexiones neuronales.
Por otra parte, el especialista también apuntó que es beneficioso para el cerebro estimular la mente a través de actividades como leer, resolver crucigramas, aprender un nuevo idioma, mantener una vida social activa y participar en actividades grupales que produzcan satisfacción.
“Nuestro cerebro es como un músculo, cuanto más lo utilizamos y cuidamos, mejor funciona. También hay que realizarse chequeos médicos regulares para detectar y tratar a tiempo cualquier problema neurológico que pueda presentarse”, dijo el doctor Solórzano.
En cuanto a los pacientes con un alzhéimer avanzado, resaltó que el apoyo y labor de la familia o los cuidadores para crear un entorno seguro y estimulante juegan un importante papel para mejorar la calidad de vida y ralentizar la progresión de la enfermedad en los pacientes, ya que el aislamiento y la soledad pueden, en cambio, acelerar su deterioro cognitivo.