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- El equipo de El Diario realizó un recorrido por diferentes mercados populares y supermercados de Caracas para contrastar los precios de 13 productos de la Canasta Básica
El aumento de precios de los alimentos es uno de los principales problemas a los que deben hacer frente los venezolanos que ven día a día cómo su sueldo no les permite adquirir todos los productos de la cesta básica.
Tradicionalmente los venezolanos han recurrido a los mercados populares para intentar hacer rendir su dinero, pues tal y como su nombre lo indica, sus precios son más asequibles para el común denominador de la población.
Durante un recorrido realizado por diversos mercados populares y cadenas de supermercados caraqueños, el equipo de El Diario recopiló los precios de 13 productos para verificar si realmente existe una disparidad entre ambos tipos de negocio.
En el caso de los mercados populares, se pudo conocer que uno de los alimentos básicos de la dieta del venezolano como lo es la harina de maíz precocido puede adquirirse en promedio a unos Bs. 6,5 ($ 1,49) en su presentación de 1 Kg. Esto representa casi Bs. 1 más que el monto al que es comercializado este producto en distintas cadenas de supermercados de Caracas, donde puede conseguirse en torno a Bs. 5,44 ($ 1,24).
La situación cambia al analizar los precios de otros rubros como el arroz y la pasta que pueden comprarse a Bs. 6,56 ($ 1,5) y Bs. 6 ($ 1,37) respectivamente. En cambio, quienes deseen adquirir estos mismos productos en un supermercado deberán pagar un recargo de Bs. 11,26 ($ 2,58) equivalentes a 89,65 %.
Lo propio ocurre también al observar el precio de alimentos como la carne de primera la cual puede comprarse Bs. 2,72 más económica en los mercados populares. Esto se repite también al contemplar otros productos como la leche en polvo y el queso duro en su presentación de 1 Kg donde la brecha entre ambos es de Bs. 19,02 ($ 4,35) y Bs. 13,42 ($ 3,07) respectivamente.
No obstante, la realidad vuelve a cambiar al comparar el costo del kilogramo tanto de pollo entero como de muslos. Estos tienen un precio de venta al público en los mercados populares de Bs. 12 ($ 2,75) y Bs. 13,8 ($ 3,16) mientras que en los supermercados pueden adquirirse a Bs. 11,36 ($ 2,6) y Bs. 12,67 ($ 2,9) lo que supone un ahorro de casi medio dólar.
Otros productos donde también se confirma la idea de que los mercados populares ofrecen artículos más económicos son: azúcar (Bs. 6,5); sal (Bs. 3); café (Bs. 13); huevos (Bs. 11,5); y salsa de tomate (Bs. 4,37).
En conjunto, comprar los productos antes mencionados en un mercado popular puede suponer un gasto de aproximadamente unos Bs. 173,84 ($ 39,78), mientras que hacerlo en un supermercado puede representar un desembolso de Bs. 225,79 ($ 51,67). Esto supone en términos generales casi una brecha de casi 30 %.
Inflación
Si bien de acuerdo con especialistas la economía venezolana ya no se encuentra en una espiral hiperinflacionaria, esto no implica que el aumento de precios no continúe devorando la capacidad de compra de los salarios.
De acuerdo con las estadísticas publicadas por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) durante el mes de febrero la inflación se ubicó en 1,7 %. Por sí sola esta cifra puede ofrecer una imagen parcial de la economía nacional, pues si bien se trata de una variación casi a la par de otros países de la región como Colombia (1,63 %), al analizarla en términos interanuales el porcentaje crece drásticamente.
Entre febrero del año 2021 y 2022 la inflación interanual fue de 246 %, mientras que en el vecino país esta cifra se ubicó por debajo de los dos dígitos con tan solo un 8,01 % según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de Colombia.
Desde el OVF apuntan también que durante el mes de febrero el costo de la Canasta Alimentaria alcanzó los 353 dólares, un monto que se encuentra fuera del alcance de la mayor parte de la población, incluso de aquellos que perciben sueldos en dólares.
La cifra, según precisan, representa un incremento de 29 % con respecto al año previo, lo que da una idea de la precariedad en la que se encuentran las familias venezolanas.
“Con este resultado el nuevo salario mínimo decretado apenas cubre el 8% del costo de la canasta alimentaria, lo que sugiere el deterioro sostenido que han registrado los salarios reales en Venezuela, en particular los del sector público”, explican.
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