- En su visita a Venezuela, el cantante caraqueño conversó con el equipo de El Diario sobre su historia, su trayectoria profesional y nuevos proyectos. Luego de llegar a la semifinal de La Voz Dominicana, ahora busca emprender con nuevos proyectos que mezclan sus orígenes con su vida en el Caribe | Foto: José Daniel Ramos (@danielj2511).
El talento de los venezolanos continúa dejando una huella en distintos escenarios en el mundo. Geomar Bastardo, un cantante venezolano de 32 años de edad oriundo de Caracas, es uno de ellos. En 2021, su desempeño en el reality show La Voz Dominicana, en la isla donde reside, lo llevó a estar entre los finalistas. La plataforma visualizó sus destrezas y ahora busca enaltecer sus orígenes a través de su voz, fusionando sonidos venezolanos y de otras partes de Latinoamérica.
Bastardo comenta que siempre buscó participar en algún reality. Esa tarea la inició cuando vivió en Colombia, sin éxito alguno. Fue cuando llegó a la isla del Caribe que logró hacerlo. Quedó entre los 110 seleccionados en las audiciones “a ciegas” de entre más de 100.000 personas. Interpretó la versión merengue de “Sombras Nada Más”, de Natalia Jiménez. Ocho venezolanos participaron en la edición, pero solo él llegó a la semifinal.
Su coach fue Milly Quezada, “La reina del merengue”, con quien tuvo un match desde un comienzo y con quien espera emprender nuevos proyectos próximamente. Agrega que La Voz Dominicana le dio, no solo proyección, sino también lo expuso a nuevas oportunidades económicas y laborales.
Geomar Bastardo y su reencuentro con sus orígenes
Luego de vivir lo que Geomar Bastardo considera su mejor momento en su carrera como cantante, retornó a Venezuela luego de seis años para reencontrarse con su familia, trabajar en nuevos proyectos musicales y cerrar una etapa que tenía pendiente. La visita, aunque breve, le permitió transitar las calles que vivió durante su infancia y juventud. Los recuerdos le vienen a la mente mientras habló sobre su historia.
Su versatilidad no solo se limita a la música que interpreta. Bastardo también es abogado, egresado de la Universidad Santa María (USM). Se considera luchador, emprendedor, trabajador. Su mayor sueño es “disfrutar y vivir de la música”. Nació y vivió parte de su vida en la parroquia Petare, del municipio Sucre (Miranda).
Actualmente Geomar Bastardo vive en en Punta Cana, al este de República Dominicana. Luego de estar unos días en el país, se topó con una Venezuela distinta y “más dolarizada”; una situación distinta a cuando se fue del país; ahuyentado principalmente por la inseguridad.
Una infancia que lo marcó
Desde joven le tocó enfrentar una serie de momentos complejos. Sus padres murieron cuando él era niño. Su padre falleció cuando él tenía 4 años de edad y su mamá cuando él cumplió 18 años de edad. “Siempre estuvieron conmigo, apoyándome”, recordó en medio de la nostalgia. “Tuve una infancia muy bonita”, completa.
Su abuela materna se encargó de cuidarlo desde entonces. Esa figura que le transmitió fortaleza en los momentos más complejos, fungió de madre. Ahora que visitó su país, Geomar Bastardo busca retribuir el cariño y la atención que le brindó ella. Considera que, gracias al apoyo y la sabiduría de sus padres, puede vivir hoy de la música.
La rebeldía también lo define. Esta se presentaba con intensidad cuando estudiaba en el Conservatorio José Ángel Lamas y el colegio. Las pruebas finales en ambas instituciones ponían a prueba sus capacidades. Pero logró superar cada una de ellas, a pesar de que en ocasiones tuvo que dejar a un lado a sus amigos para estudiar.
La inseguridad “lo corrió” de Venezuela
El espíritu de la justicia lo hizo enamorarse del Derecho. De hecho, esa área siempre fue prioridad para él, como estudiante y luego como jurista. Se costeó sus estudios él mismo, a pesar de que obtuvo un cupo en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en un área que era ajena a sus gustos.
Al egresar de la universidad trabajó como consultor jurídico por un tiempo. Al salir del país no pudo ejercer más el derecho. Mientras estuvo en Venezuela también gerenció y creó espectáculos musicales de artistas fonomímicos en lo que en su momento fue Cool Café. Siempre buscó equilibrio entre sus pasiones.
A esa situación se sumó un robo armado en la estación del Metro de Palo Verde, cerca de donde vivía. Al finalizar el posgrado en la USM, se fue del país, por lo que no pudo recibir en un acto formal su acreditación académica. “No pude tener el título en mis manos hasta que llegué hace poco al país, que tuve mi medalla y todo lo demás”, dice el venezolano.
Caracas, Bogotá y Punta Cana
Su primera parada al salir del país fue Colombia, donde tenía familia; y con la cual vivió unos pocos meses. En ese país incursionó en el teatro musical. Estuvo casi dos años en Bogotá, trabajó en cafés y otras actividades, participó en karaokes y concursos. “Fue muy difícil ese tiempo, fue bastante apretado económicamente hablando. Luego hice un casting para un musical, quedé y me fui de gira por toda Colombia”, destacó Geomar.
Los momentos más difíciles en su vida como migrante los vivió cuando tuvo que limpiar baños, un oficio que él considera que “no denigra”, pero siendo profesional, lo impactó. En Colombia también pasó por momentos complejos. “En los anuncios de trabajo te decían: ‘venezolanos no’ o ‘abstenerse venezolanos’. Son cosas que duelen muchísimo”, resaltó el cantante.
Fue gracias a ese trabajo en el musical que personas en República Dominicana vieron su talento y luego lo invitaron a la isla a trabajar. De esa forma llegó a Punta Cana, atraído por una propuesta salarial que era tres veces mayor a la de Colombia. Con el tiempo, según certifican sus estadísticas en Instagram, su público mayoritario es el dominicano y el venezolano. La situación creció durante su participación en La Voz.
Fusionar los ritmos latinoamericanos, el nuevo norte de Geomar Bastardo
En su visita a Venezuela ha podido conectar con sus raíces, pero también trabajar en nuevos proyectos musicales. Busca incursionar en la música profesionalmente. Está trabajando en producciones que fusionen la música venezolana con ritmos latinoamericanos, como la salsa, merengue y bachata.
Su vida, de momento, está echando raíces en República Dominicana. Luego de La Voz, participó en un tributo a José José en el teatro de la capital de ese país. Con la proyección de la televisión, las ofertas de trabajo fueron mayores. En la isla “se consigue casi todo lo que se vende en Venezuela”, resaltó. A su juicio, la migración venezolana ha colaborado en esta tarea.
Bastardo relata que está también trabajando en nuevos proyectos para su canal de YouTube. Sin revelar mayores detalles, indica que los géneros venezolanos de la costa, los tambores y la música zuliana estarán presente en sus próximos temas. “Conocer otras culturas me hizo amar más la mía”, comentó.
Geomar Bastardo recomendó a los jóvenes que tienen un sueño similar al de él a prepararse y formarse en el área “para no ser un cantante más, sino ser el mejor, donde estés, destaques”. Sus próximos pasos se nutren de su pasado y de sus vivencias; ahora solo quiere celebrar la vida.
“Me gustaría crear un sonido musical que cuando lo escuchen, me reconozcan”, completa. Para él, la mayor lección que ha aprendido en los vaivenes de su vida es continuar trabajando “a pesar de las circunstancias”. Ahora que busca ganar un espacio en la industria de la música, le reza a Dios, al igual que hace antes de cada presentación para que guíe su camino. “Cantantes hay muchos, pero solo el que destaca puede lograr conectar con los demás”, concluye Geomar Bastardo.