- Este síndrome, que se encuentra dentro del espectro del autismo, implica una serie de dificultades en el neurodesarrollo
Esta nota fue publicada originalmente el 18 de febrero de 2023
La convivencia y la socialización con otros niños puede ser altamente compleja para alguien diagnosticado con síndrome de Asperger. Es por ello que los adultos deben cumplir un rol formativo con quienes rodean a ese niño para que puedan comprender sus diferencias.
El síndrome de Asperger está dentro del espectro del autismo, por lo que comparte algunas características de esta condición, pero en menor medida.
Estos niños muestran en sus primeros años de vida particularidades como interés en actividades repetitivas y sistemáticas, llanto muy intenso por la dificultad para manejar emociones, no mirar a los ojos, dificultad para interactuar socialmente, dificultad para entender el mundo que le rodea y la capacidad de hablar mucho, con lenguaje formal, extenso vocabulario y tono alto.
Para que un representante o profesor pueda transmitir la información a otros niños debe primero aceptar y comprender de qué va esta condición y cuáles son las principales áreas que se deben atender en esa educación.
Comprensión de la condición
Carlos Tineo, psiquiatra infantil, explicó que lograr esa aceptación y comprensión en los adultos es casi tan complejo como enseñarle a los niños sobre ell tema. Aclaró que esto sucede porque todavía existe una resistencia social a estos diagnósticos, debido a una serie de mitos que los rodean.
“Pasa mucho que los padres tienen una negación a la enfermedad hasta que ya se hace muy evidente. De hecho, es una historia recurrente de los psiquiatras que ven a familias y cuando se aproximan a un diagnóstico no vuelven al consultorio. Algunos regresan años después cuando el niño ya ha pasado por una serie de situaciones complejas”, indicó Tineo en entrevista para El Diario.
Tineo mencionó que el entorno familiar en ocasiones refuerza el rechazo al diagnóstico, porque subestiman los síntomas del síndrome de Asperger. “También hay casos de abuelos y tíos dicen que esas son cosas que se corrigen con el tiempo o que sus padres también eran así. Con eso le restan valor a la situación”.
El especialista exhortó a las familias a desechar los mitos que rodean esta condición. Por el contrario, recomienda exaltar las cualidades positivas que muestran estos niños.
¿Qué iniciativas deben tomar los padres para educarse sobre el asperger u otras condiciones?
El psiquiatra recomienda que durante todas las etapas de la crianza los padres deben estar atentos a cómo va el desarrollo de sus hijos con temas como el balbuceo, la pronunciación de palabras, sentarse, dejar los pañales, el contacto visual y las demostraciones de afecto.
Si el padre nota alguna deficiencia en una de estas áreas debería buscar información al respecto o consultar a un especialista para que lo oriente. Si efectivamente se llega a un diagnóstico, a partir de ahí el representante debe consumir toda la información posible para conocer a profundidad la condición.
¿Cómo transmitir esta información a los niños?
Tineo comparó la explicación sobre el autismo o el asperger con la que se haría en caso de que el niño tuviera una alergia alimentaria o diabetes. En ambos ejemplos se le advierte a los familiares como hermanos y primos cuáles son los alimentos que estos niños no pueden comer porque les hace daño.
Uno de los aspectos que se debe advertir con los niños es el del lenguaje que se debe usar. Eso se debe a que los niños con asperger usan un lenguaje muy formal e interpretan la mayoría de las cosas de forma literal y no comprenden las frases con doble sentido.
“Por ejemplo cuando alguien dice ‘me estoy muriendo de hambre’ para un niño con asperger significa que esa persona de verdad se va a morir, aunque sabemos que esa expresión más bien se refiere a que tiene mucha hambre”, comentó.
También se debe explicar la dificultad que tienen los niños con asperger para relacionarse con otros niños. Los padres pueden indicarle a otros niños que para su hijo o hija es más difícil mostrar afecto, abrazar o besar a algún miembro de la familia y pueden negarse por completo a hacerlo.
“Esto también tiene que ver con la interpretación de las emociones. Los niños con asperger y autismo no saben interpretar de igual forma estas muestras de afecto. Por el contrario, ese abrazo o beso puede ser una agresión para ellos en lugar de una demostración de cariño”,
Finalmente se le debe informar a quienes rodean el entorno del niño sobre la hipersensibilidad a ciertos estímulos. Por ejemplo, cuando hay muchos alumnos gritando en un salón de clases puede ser una situación perturbadora para el niño.
Distintos escenarios de convivencia
La especialista en terapias del neurodesarrollo Rusdeiba Agelvis comentó que el entorno menos complejo para educar a los niños para convivencia con otros niños con asperger es el núcleo familiar. Destacó que las relaciones entre hermanos se desarrollan de manera natural y con el tiempo ellos comprenden las diferencia que tienen con el otro.
“Apenas se conoce el diagnóstico es sumamente importante iniciar el hermano en conocer sobre el tema mediante cuentos, ejemplos, y qué situaciones podrían causar incomodidades en ambos”, dijo Agelvis en entrevista para El Diario.
La experta indicó que es importante aclarar los roles entre los hermanos, porque en ocasiones los hermanos menores del niño con asperger o autismo sienten que deben asumir responsabilidades distintas a las de otros niños de su edad. Agregó que esta presión puede afectarlos en su infancia y desarrollo.
Un espacio de convivencia más complejo puede ser la entrada al preescolar. Explicó que los padres y los maestros deben ser voceros de la condición para que quienes rodean al niño sepan de qué se trata y puedan identificar que no es una enfermedad sino de una forma diferente de aprender.
Aclaró que la institución debe proveer a los docentes de todas las estrategias académicas y sensoriales para poder apoyar al niño.
¿Cómo prevenir e intervenir en episodios de bullying?
Agelvis recomienda buscar apoyo con un psicólogo familiar y conductual para poder enseñar al niño a manejar situaciones que se presentan en contextos como el acoso escolar, también conocido como bullying.
Cuando ya ocurrió un episodio de acoso, la especialista recomienda que la familia solicite una reunión con los implicados en la que también participen los profesores y un psicólogo.
“El psicólogo debe conocer al niño que hizo el bullying para precisar las siguientes actualizaciones y evitar malos entendidos en el futuro”, añadió.
Para la especialista, trabajar en la convivencia con las personas que rodean al niño con asperger es fundamental para su crecimiento y desarrollo social. Indicó que estos ambientes pueden ser más amigables si se toman en cuenta otros aspectos como evitar sonidos, luces, movimientos que afecten el desempeño y vida diaria del niño.