Pretende ser una herramienta más para combatir la crisis de muertes por opioides que asola Estados Unidos.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. dio luz verde este miércoles a la venta sin receta del Narcan, la principal versión de la naloxona, un medicamento para revertir la sobredosis.
“La aprobación de hoy del aerosol nasal de naloxona de venta libre ayudará a mejorar el acceso, aumentará la cantidad de lugares donde está disponible y ayudará a reducir las muertes por sobredosis de opioides en todo el país. Alentamos al fabricante a que haga de la accesibilidad al producto una prioridad, haciéndolo disponible lo antes posible y a un precio asequible”, informó la agencia en un comunicado.
Más de 100.000 personas mueren al año en Estados Unidos por sobredosis, 80.000 de ellas por consumo de opioides, según los datos más recientes del Centro Nacional de Estadísticas de la Salud (NCHS, por sus siglas en inglés), una cifra que ha aumentado en un 850% en dos décadas.
Los opioides son unos compuestos que suelen prescribirse para tratar el dolor. Aunque muy adictivos, son de uso común, y su consumo con fines no terapéuticos también está extendido, debido a la sensación de euforia que provocan.
Mientras las autoridades debaten y diseñan estrategias para reducir la creciente adicción a los opioides, también están abrazando medidas para —tal como se lo denomina en la jerga médica— “mitigar daños”.
Y en esto último se enmarca la decisión de este miércoles de la FDA.
Espray nasal
La naloxona es un fármaco genérico que el Instituto Nacional de Abuso de Drogas define como un “antagonista de los opioides”, y el Narcan es su versión más conocida y se vende como un espray nasal.
Para que haga su efecto, solo hay que introducirlo en la nariz y pulsar. Aunque las autoridades sanitarias instruyen que se haga siempre mientras se llama a los servicios de emergencia.
El medicamento bloquea los químicos de la familia de los opioides (heroína, oxicodona, morfina y fentanilo, entre otros) y evita que se adhieran a los receptores del sistema nervioso.
Es, pues, un antídoto que, si se administra a tiempo, revierte por completo los efectos de una sobredosis por opioides, mientras que “prácticamente no tiene ningún efecto” en las personas que no han tomado dichas sustancias, subraya la OMS.
En la mayoría de los países su acceso está restringido a los profesionales de la salud y su disponibilidad sigue siendo reducida, aunque en algunos, como Australia, Canadá, Italia o Reino Unido, es de venta libre.
En EE.UU., ya antes de la decisión de la FDA, la naloxona se podía comprar en algunas farmacias. La versión inyectable cuesta unos US$3, dependiendo del fabricante, y un kit de dos dosis de Narcan US$47,50.
Y ahora se espera que a partir de verano esté disponible en más puntos de venta, no solo en farmacias sino también en tiendas de conveniencia y de comestibles, y a un precio más asequible, aunque el laboratorio que lo fabrica, Emergent BioSolutions, no ha adelantado esa información.
Los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) lo describen como “un medicamento con el poder de salvar vidas” que “todos pueden usar sin capacitación ni autorización médica”.
Por ello, además de venderse, en EE.UU. se distribuye gratis entre las fuerzas del orden, socorristas, asociaciones comunitarias y organizaciones que trabajan con personas sin hogar y otras poblaciones en riesgo, a través de programas estatales.
En California está también disponible en escuelas y lo estará pronto en bibliotecas públicas. Y hay máquinas expendedoras con el fármaco en las cárceles del condado de Los Ángeles para aquellos que ya han cumplido su condena.
Según la página de los CDC, los síntomas de una sobredosis son: pupilas pequeñas, contraídas, quedarse dormido o perder el conocimiento, y una respiración lenta y débil, incluso dejar de respirar.
Y los pasos a seguir para quien los presencia son:
-Llamar al 911 (el teléfono de emergencia)
-Administrar naloxona, si la hay disponible
-Tratar de mantener a la persona despierta y respirando
-Colocarla de costado para evitar que se asfixie
-Quedarse con ella hasta que llegue el personal de asistencia en emergencias