Olvídese de tener acciones en Ferrari, en McDonald’s o en Apple… El negocio más rentable del mundo es meterse a socialista. ¿Quiere hacerlo sin perder tiempo? Entonces prepare un tremendo discurso de izquierda que lo convertirá en el próximo Che Guevara (con bolsillos de Bill Gates). Aquí le dejamos los ingredientes:
1. Cuente anécdotas en forma epopéyica: No diga “Íbamos en el carro y llegamos al Partido”. Mejor diga: “Íbamos en el carro manejando, así como Bolívar cabalgaba en su Palomo guerrero. Y vimos ese sol… ¡Un sol amarillo!… ¡Amarillo!… Así como el orine del Libertador… ¡Orine heroico que regó los campos!… ¡Y les dio fertilidad!… ¡Una fertilidad que nos permite afirmar que cuando el pueblo se alimenta, se alimenta del maíz de Bolívar!
2. Practique el optimismo proletario: Es una forma muy efectiva de esconder que usted se desconectó de la realidad. Puede expresarlo a su auditorio de la siguiente manera: “¿Qué es eso de tener servicio de gas todos los días?… No, no, no… Si las colas del gas son buenas. Uno hace amigos, ¿verdad? ¡Y dígame los bíceps que uno saca cargando bombonas!… ¡Ya me da envidia que ustedes hagan la cola del gas y yo no!… ¿Cuándo me invitan para una cola del gas?”.
3. Hable mucho tiempo: ¿Sabe esa tía que le va a contar de qué trata una película y termina contándole toda la película? Bueno, un buen discurso comunista es así (pero como si su tía se hubiese visto toda la saga de Star Wars). Son horas enteras hablando sin ir al baño. Una buena forma de fortalecer su lengua para esto es masticar caramelos de leche y pegárselos en una muela para después darles con la lengua hasta que se despeguen. La otra, es beberse dos litros de agua antes de agarrar carretera en un bus que no tenga baño. Si logra unir todas estas habilidades, estará preparado para montar su show de stand-up communist.
4. Rompa el protocolo: Cuando no se acuerde de lo que iba a decir o le hagan una pregunta incómoda, simplemente rompa el protocolo para desviar la atención. Diga cosas muy pertinentes de todo líder que ya alcanzó la cúspide del Partido. Cosas, así como: “¿No les aprieta la correa?… Les doy permiso de que se aflojen la correa… Eso de comer filet mignon antes de un discurso no es bueno, ¿no?”.
5. Mueva mucho las manos: Todo líder socialista suele hablarle a una audiencia peor alimentada que él. En tal sentido, mueva las manos cual maestra de preescolar para mantener la atención constantemente. Imagine que en todo el discurso está cantando “¡El Jeep de mi jefe tiene un hueco en el caucho, reparémoslo con chicle!”.
6. Culpe al Capitalismo de todo: ¡Muy importante! Si no ha llovido en mucho tiempo, es porque el Imperio Norteamericano bloqueó los charcos de agua para que no se evaporen y jamás se conviertan en nubes de lluvia.
7. Sea cursi: En todo discurso socialista usted debe referirse a algún ídolo histórico de la izquierda con alusiones homoeróticas. Vea: “Así era Fidel… erguido… robusto… y cuando te abrazaba, sentías los rulitos de su barba… provocaba pasar toda la noche absorbiendo eso que él emanaba…”.
8. Vista una prenda Adidas: Sabemos que le gustan las marcas, pero en público use la menos pretenciosa. Para las cenas del partido, Gucci. Para ir al gimnasio, Nike. Pero para eventos públicos, está bien Adidas. Además, es una marca que tiene esas tres rayas alusivas al traje que un día utilizará: el de preso.
¿Está listo para ser un camarada $ocialista? Si sigue todos estos pasos al pie de la letra, le garantizamos que en muy poco tiempo se convertirá en una de las cabezas del partido y ganará mucho, pero mucho dinero. Suficiente como para ir en su Ferrari a sentarse en un Mcdonald’s y leer la biografía de Carlos Marx en su Apple.