• El Colegio de Médicos Veterinarios advirtió que los fuegos artificiales pueden afectar a los animales tanto domésticos como silvestres, provocándoles estrés y daños en su audición, además de liberar sustancias tóxicas en el ambiente. Por su parte, el Ministerio Público anunció una investigación a la empresa Eventos Pirotécnicos G&M

Diferentes grupos defensores del medio ambiente se pronunciaron el 30 de diciembre para denunciar la realización de un espectáculo de pirotecnia en el Parque Nacional Waraira Repano, en Caracas. Este tendrá lugar en el Hotel Humboldt como parte de la celebración del Año Nuevo.

En un video difundido en redes sociales, la agencia Eventos Pirotécnicos G&M informó que realizará un show de 20 minutos de fuegos artificiales, el cual sería transmitido en vivo por televisión, aunque sin especificar los canales participantes. Allí se pudo apreciar una gran cantidad de cohetes instalados en la terraza del hotel, ubicado en plena montaña del Ávila. Posteriormente la empresa borró el video de su cuenta de TikTok. 

La fundación Plumas y Colas en libertad exigió a las autoridades ambientales suspender el evento. Esto debido al riesgo de incendio que podrían producir los fuegos artificiales en ese santuario natural. También por el daño a la fauna local, advirtiendo que varios animales podrían desorientarse e incluso morir a causa de los destellos y estruendos. Otras organizaciones como Sembramos Todos y el Observatorio de Ecología Política de Venezuela se sumaron a la petición.

Por su parte, el fiscal general del régimen de Nicolás Maduro, Tarek William Saab, informó en su cuenta de X (antes Twitter) que designó a la Fiscalía 88 con competencia en materia ambiental para “investigar, prohibir y sancionar” el show. Saab aseguró que la empresa Eventos Pirotécnicos G&M actuó sin la aparente autorización del Ministerio de Ecosocialismo. 

Afecta a animales

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Foto referencial: iStock.

El Colegio de Médicos Veterinarios del estado Miranda publicó un comunicado en el que expresó su preocupación por el show de pirotecnia en El Ávila. Recordó que el oído de los animales es muy sensible, más que el de los humanos, por lo que las explosiones de los cohetes pueden afectarles considerablemente. Estos sonidos fuertes pueden causar desde tinnitus, es decir, pérdida temporal de la audición, hasta daños irreversibles. 

De igual forma, la pirotecnia provoca un gran estrés en los animales, lo que su exposición prolongada a estas detonaciones puede derivar en fobias y ataques de pánico. La institución afirmó que muchas veces los animales no se recuperan fácilmente de este estado, y que al menos uno de cada cinco casos de desapariciones de mascotas precisamente se debe a sonidos fuertes como pirotecnia o tormentas. No obstante, los animales callejeros y silvestres también ven su comportamiento alterado por esto.

“Está demostrado que los fuegos artificiales no solo dañan a los animales de compañía, sino también a los criados en granjas y otros animales de nuestro entorno, fauna silvestre, tanto en lugares urbanos como en ambientes rurales, llanos selvas, montañas y parques naturales en general”, expresó el gremio.

Agregó que los fuegos artificiales también son altamente tóxicos para la naturaleza, pues liberan partículas nocivas en el aire que pueden agravar enfermedades existentes o provocar otras nuevas. Indicó que esta advertencia aplicaría no solo en el caso de los animales domésticos y silvestres, sino incluso para humanos con condiciones respiratorias como el asma. 

Área protegida

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Foto: Cortesía

El Ávila, conocido oficialmente por su nombre indígena de Waraira Repano, fue declarado parque nacional en 1958 por la junta de gobierno presidida por Édgar Sanabria. Más adelante, en 1974, el gobierno de Carlos Ándres Pérez promulgó un decreto en el que extendió el área protegida del parque. Así abarcó una superficie total de 85.192 hectáreas entre los actuales estados Vargas, Miranda y el Distrito Capital. 

Justamente el segundo gobierno de Pérez promulgó también en 1992 el decreto N° 2.334. Este contiene el Plan de ordenamiento y Normativa de uso del Parque Nacional El Ávila. Aunque el gobierno de Hugo Chávez ordenó en 2011 el cambio de nombre de la sierra a Waraira Repano, se mantuvo intacto el contenido de este decreto, que sigue vigente hasta la actualidad.

La normativa, que busca la protección del medio ambiente y biodiversidad de la montaña, regula en su artículo 27 las actividades que se pueden realizar en sus diferentes zonas. Y en su artículo 28 (b) detalla las actividades prohibidas en todo el parque nacional. Entre ellas destaca el uso de equipo de sonido con un volumen superior a 40 decibeles (los fuegos artificiales emiten entre 150 y 175 decibeles). 

También prohíbe “la realización de cualquier actividad o utilización de cualquier sustancia capaz de contaminar los ecosistemas naturales”. En un caso más específico, los parágrafos siguientes específica que no se permite la introducción de cualquier tipo de explosivo, así como sustancias tóxicas peligrosas como pólvora, amoníaco, detonantes y colorantes. 

Permiso especial

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Foto: cortesía

El mismo reglamento del parque nacional señala que para la realización de cualquier actividad restringida, prohibida o que no esté prevista en el decreto se deberá solicitar un permiso especial ante la Dirección General Sectorial de Parques Nacionales. Este ente, adscrito al Instituto Nacional de Parques (Inparques) estudiará la viabilidad del evento y dará su aprobación.

Hasta el momento ni Inparques ni los ministerios de Turismo y Ecosocialismo se han pronunciado para confirmar si el evento pirotécnico cuenta con los permisos correspondientes. 

Mientras tanto, el Hotel Humboldt tampoco ha mencionado nada sobre el show de fuegos artificiales. En su lugar, promocionó en su cuenta de Instagram un espectáculo de luces láser a cargo de la empresa Green Light Global. Este tipo de eventos ya se han realizado con frecuencia con láseres que apuntan desde el hotel hacia la ciudad no solo por festividades como Año Nuevo, sino también en fiestas privadas que se han realizado allí.

Cabe destacar que si bien el Hotel Humboldt es propiedad del Estado venezolano, específicamente de Inparques y la Corporación de Turismo de Venezuela (Corpoturismo), desde su restauración y reapertura en 2018 la concesión para su manejo corre a cuenta de una empresa privada Operadora Turística Humboldt 1956.

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