- De acuerdo con una investigación, identificar factores de riesgo en la infancia podría ayudar a prevenir enfermedades en la edad adulta
Un estudio publicado en la revista Journal of the American Heart Association reveló que el estrés percibido desde la niñez puede aumentar en el futuro los riesgos de enfermedades cardiometabólicas, las cuales incluyen patologías cardiovasculares y metabólicas, como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y la obesidad.
La investigación aclara que enfermedades cardiometabólicas suelen manifestarse en la edad adulta. Sin embargo, las patologías comienzan en la niñez y pueden desarrollarse de forma silenciosa durante décadas antes de ser detectadas clínicamente.
De acuerdo con los datos del estudio, el estrés percibido constantemente alto desde la etapa de la adolescencia hasta la edad adulta, se asoció con un mayor riesgo de enfermedades cardiometabólicas en la edad adulta joven, por lo que las personas tenían más probabilidades de tener una peor salud vascular, mayor grasa corporal total y un mayor riesgo de obesidad en comparación con los que se sintieron menos estresados.
En el análisis se incluyeron a 276 participantes, quienes se inscribieron entre los años 2003 y 2014 cuando eran niños, y luego participaron en evaluaciones de salud de seguimiento siendo adultos (2018 a 2021).
Los padres fueron los que inicialmente informaron sobre el estrés percibido en la primera infancia (en niños con edad de 6 años, en promedio). Mientras que en la etapa de la adolescencia (13 años de edad, en promedio) y en la edad adulta temprana (casi 24 años de edad en promedio) informaron los mismos participantes.
Señales para identificar estrés en los niños
La agencia de las Naciones Unidas dedicada a la niñez y la adolescencia (Unicef) indica en su página web que todos los niños reaccionan de forma diferente a las dificultades que se le presentan en la vida; y que la cultura también influye al momento de expresar las emociones.
“En algunas culturas, por ejemplo, no es aceptable expresar emociones y llorar en público, mientras que en otras sí lo es”, aclara.
Asimismo, Unicef compartió algunas reacciones comunes en los niños según su edad.
De 0-3 años de edad:
-Mayor necesidad de estar cerca de los cuidadores
-Regresión del comportamiento
-Cambios en los hábitos alimenticios o del sueño
-Aumento de la irritabilidad
-Temores intensos
Reacciones a los 4 a 6 años de edad:
-Necesidad de estar cerca de los adultos
-Regresión del comportamiento
-Cambios en los hábitos alimenticios o del sueño
-Aumento de la irritabilidad
De 7 a 12 años de edad:
-Retraimiento
-Preocupación por otras personas afectadas por un acontecimiento concreto
-Cambios en los patrones de alimentación o del sueño
-Temores exacerbados
De 13 a 17 años de edad:
-Tristeza intensa
-Preocupación excesiva por los demás
-Sentimiento de vergüenza y culpa
-Mayor cuestionamiento de la autoridad
-Mayor asunción de riesgos
En ese sentido, el organismo de las Naciones Unidas recomendó hablar con los niños de forma constante sobre las emociones que sienten. Explicó que una forma de hacerlo sin pregunta directamente es proponerles que realicen una pintura o un dibujo.
“Anímalos a que te hablen de su dibujo, de lo que representa o de por qué han elegido un color determinado. Esto puede ayudar a algunos niños a expresar lo que sienten, mientras que otros pueden preferir enseñar su dibujo sin comentar nada; deja que tu hijo decida”, sugirió Unicef.