• En un foro realizado por el Observatorio Venezolano de Fianzas (OVF) varios economistas brindaron detalles sobre los planes de estabilización que se podrían llevar a cabo

Durante el foro sobre “Cómo derrotar la inflación” del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), expertos señalaron que Venezuela está lejos de ser una economía estabilizada debido a que la inflación continúa siendo elevada bajo todos los criterios.

Sobre la actividad económica, Daniel Cadenas, economista y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), detalló que en los últimos trimestres el país viene de un colapso largo y con caídas bruscas, luego la economía comenzó a recuperarse y se observaron tasas de variación a niveles “nunca vistos”. Sin embargo, en la actualidad se vuelve a ver una fase recesiva.

“Esto nos indica que estamos lejos de ser una economía estable. Si hablamos del tipo de cambio, que es el aparente ancla nominal del programa que se quiere aplicar en el país, hay una inestabilidad”, agregó en el foro realizado el 14 de junio.

¿Qué es una economía estable?

El economista Daniel Cardenas precisó que una economía estable o estabilizada es aquella en la que los desequilibrios macroeconómicos, como la inflación, el déficit fiscal, el déficit de la balanza comercial y la depreciación de la moneda, son controlados y se mantienen a niveles sostenibles en el tiempo.

“Se concibe como una política económica que busca estabilizar la economía, tanto en el sentido de un programa de estabilización, como las políticas que se aplican a economías así se consideren estabilizadas”, indicó.

¿Cuál es el plan de estabilización en curso?

Daniel Cadenas sostuvo que no existe un documento público sobre el plan de estabilización o antiinflación que se lleva a cabo actualmente en el país, por lo que no se conocen las bases teóricas o los tiempos de ejecución.

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“Es un programa que tiene un sesgo claramente contractivo, porque se basa en el anclaje de los salarios públicos, la reducción del crédito, la reducción draconiana del gasto público y el incremento de la recaudación tributaria (como la aplicación del IGTF)”, detalló.

A su juicio, ese plan lejos de coadyuvar a salir de la inflación en la que se encuentra la economía, lo que hace es exacerbar ese proceso recesivo.

Además, precisó que a más de cuatro años de su aplicación no ha logrado estabilizar la economía, cuando los planes de estabilización exitosos deberían tardar un periodo de dos o tres años.

“Este plan ya falló, por lo que hay que buscar otras opciones políticas. Hay muchas cosas a nivel de la estructura de la economía que no se están haciendo y que pudieran hacer que otro plan tuviera más éxito que ese”, añadió.

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Retos para una nueva política estabilizadora

El economista Daniel Cadenas recordó que Venezuela tiene más de 40 años con una inflación alta de más de un dígito, y cuatro años en una hiperinflación de la cual ya se logró salir.

El reto principal es encontrar un ancla, es decir, todos los programas para estabilizar la inflación parten de que se encuentre un ancla nominal o una variable que funcione para anclar las expectativas de precios de los agentes económicos”, puntualizó.

En su presentación, indicó que las anclas nominales tienen como ventaja la estabilidad de precios, la predictibilidad económica, la reducción de la incertidumbre y la creación de un ambiente económico estable y propicio para el crecimiento.

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Cadenas señaló que entre los retos para una nueva política estabilizadora están:

-Agotamiento del tipo de cambio como ancla nominal en el contexto de una economía dolarizada.

-Elevación de los costos de aplicación de un plan de estabilización convencional con ancla cambiaría.

-Posibilidad que no se pueda encontrar un agregado confiable, lo que hace complejo la aplicación de un programa de estabilización.

En este sentido, enfatizó que para una estabilización se debe reconocer los beneficios de la dolarización de facto, que ha ayudado “remonetizar” la economía y permitiría restaurar la intermediación financiera local y ha revertido la fuga de capitales.

Por otro lado, reconoció que los costos de la dolarización son relevantes, como la pérdida del señoreaje, la fragilidad del sistema bancario y complica la política monetaria porque es una moneda sobre la cual el Banco Central de Venezuela (BCV) no tiene ninguna influencia.

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“Venezuela es un Estado frágil”

José Luis Saboin, economista de la UCAB, sostuvo que se debe concebir a Venezuela como un Estado frágil, el cual se traduce en que tiene una capacidad estatal débil, donde las instituciones públicas carecen de habilidades para entregar servicios a los ciudadanos.

“Adicionalmente, hay un sector privado débil, donde hay bastante informalidad, pocas firmas grandes y el marco de negocio es complicado. Hay poca seguridad, poca resiliencia macroeconómica, mucha vulnerabilidad y bajos niveles de legitimidad del Estado, es decir, poca confianza”, puntualizó.

Para abordar la inflación en el país, el especialista comentó que el Estado venezolano debe encargarse primero de lo fiscal, lo que considera que es uno de los principales problemas de la inflación.

En cuanto a las políticas fiscales para reducir la inflación, Saboin señaló que es un tema complejo debido a que no existe un manual exacto para resolver ese tema.

Una cualidad que caracteriza a los venezolanos es que somos optimistas, por lo que pienso que sí hay espacio para soluciones, hay evidencia en varios países donde se van conjugando ciertas experiencias que son emitidas y se crean círculos virtuosos que se mantienen en el tiempo”, agregó.

Reiteró que salir de la fragilidad es un proceso que no es fácil, pero no se puede estimar una cantidad de tiempo exacto para que suceda.

Reducir la incertidumbre 

El economista Gustavo Rojas mencionó que con base a la experiencia que tienen todos los países que han reducido la inflación, lo primero a realizar es cortar el financiamiento monetario del déficit fiscal.

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“El financiamiento de un gobierno comienza por los impuestos, cuando no se tiene actividad económica y la economía está colapsada, no se obtienen impuestos para cobrar. Por otro lado está el endeudamiento privado, por lo que termina perdiendo el acceso a los mercados internacionales”, destacó.

De acuerdo con Rojas, en un ambiente de inflación aumentan los niveles de incertidumbre y hace que los ciudadanos no quieran tener dinero en la moneda nacional. Esto causa que la velocidad de circulación sea mucho más rápida, lo que termina acelerando la velocidad de los precios.

“Se debe cortar esa incertidumbre. Es un proceso complejo en economías frágiles, por lo que en Venezuela se necesita financiamiento internacional y ayuda de los organismos multilaterales, lo que obliga al país a reinstitucionalizarse, para que tenga nuevamente acceso a las bancas internacionales”, aseveró.

En este sentido, enumeró los aspectos que se deben tomar en cuenta y se necesitan para reducir la incertidumbre. Estos son:

-Apoyo de los organismos multilaterales.

-Comité de políticas monetarias del BCV que se apegue a las buenas prácticas que se están haciendo en el resto del mundo.

-Información oportuna y creíble. Esto debido a que con la ausencia de información oficial se generan más distorsiones en la fijación de los precios. 

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